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sábado, 19 de marzo de 2016

A mayor acercamiento de Estados Unidos, mayor represión

Lamberto Hernandez Plana  raul castro en panama  Obama con habano

La dictadura ya prepara por todo lo alto el recibimiento al Presidente Barack Obama. Algunos dicen que como él merece; otros, que como se lo ha ganado. Lo cierto es que, luego de advertirles a los disidentes que les pesará si ejercen algún acto de oposición pacífica en los tres días de estancia del mandatario estadounidense, han comenzado las represalias desde las mismas cárceles.

El 16 de este mes fueron trasladados Lamberto Hernández Planas y Mario Alberto Hernández Leyva desde la prisión de Valle Grande al edificio I del Combinado del Este, Cuarto piso. Ala norte, en la compañía 16, donde solo encierran a homosexuales y asesinos, quienes los han amenazado con pincharlos y hacerlos dormir en el piso si no hacían lo que los militares les exigen, como vestirse con la ropa de preso y desistir de cualquier negativa a tomar alimentos.Pese a esas amenazas, Lamberto y Mario Alberto, en protesta, se han declarado en huelga de hambre indefinida. La mayoría de los presos políticos se han sumado al “plantón” para denunciar las violaciones de sus derechos, que se han acrecentado con la visita del mandatario estadounidense.

Les rogamos a los organismos internacionales y a los países democráticos que se pronuncien y llamen a la cordura a quienes nos gobiernan a porrazos y violan descaradamente los derechos ciudadanos más elementales recogidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU. Sólo así la visita del presidente Obama no será un espaldarazo a la dictadura castrista y se demostraría, de una vez por todas, que no puede existir diálogo con quienes no muestran la más mínima consideración con las libertades básicas del pueblo cubano.

Pero lo que ocurre en las cárceles cubanas en estos mismos instantes es solo es un adelanto de lo que prepara el régimen contra aquellos que osen desafiarlo, porque la represión es el único trato que tienen los dictadores para quienes disienten de sus imposiciones. Tampoco cuesta imaginar cuál será la actitud y proceder de la dictadura y sus tropas represoras hacia las Damas de Blanco, el Foro por los Derechos y Libertades, y el resto de los movimientos que se agrupan en diversas tendencias políticas, pero que coinciden y aúnan sus esfuerzos por una pronta democratización del país.

Sabemos que mantendrán encarcelados a gran parte de los quieran reclamar sus derechos, a los que necesitan exponer sus puntos de vista y sus ideales, a quienes luchan por detener el daño que la dictadura pretende seguir haciendo a la institución de la sociedad civil. A todos ellos les dedicarán brutales golpizas, serán maltratados, humillados, vejados, y todo ante el silencio de muchos que no tienen la dignidad de levantar sus voces porque dicen, creen, que “no es su problema”, o de la pasividad cómplice de otros muchos que se esconden detrás del estatus de emigrantes “económicos”, como si no fuera la mala administración de los comunistas la que les ha obligado a irse de su país, donde nos hemos quedado prácticamente sin una generación de jóvenes, que han escapado a cualquier lugar donde imaginen que pueden cultivar sus sueños.

Todos los cubanos estamos comprometidos con nuestra realidad, y juntos estamos convocados a cambiar y mejorar el presente. Es responsabilidad de cada cubano hacer frente a las injusticias que la dictadura comete contra aquellos que han tenido el decoro que muchos hombres no tienen, parafraseando a José Martí. Hacer silencio, girar la mirada y fingir no ver ni sentir en carne propia el dolor de sus hermanos, lo convierte en cómplice de la dictadura, y lo descubre como un cobarde.
Cualquier abuso cometido contra otro ser indefenso es ejercido contra todos y cada uno de los que integramos esta humanidad.

Ángel Santiesteban-Prats
Habana, Marzo de 2016, “libertad” condicional.
https://blogloshijosquenadiequiso.wordpress.com

martes, 12 de agosto de 2014

Sin noticias de Angel Santiesteban

 Lilianne Ruiz y Ángel Santiesteban-2012_archivo

                                        Lilianne Ruiz y Ángel Santiesteban-2012_archivo

MIAMI, Florida, Redacción.- El escritor Ángel Santiesteban continúa desaparecido. Excepto su hija Daniela, que tiene 18 años y dice haberlo visto en una visita privada, nadie más ha podido ponerse en contacto con él. Su blog personal, que lleva una editora desde el exilio, ha colgado la más reciente actualización el día 6 de agosto, para comunicar que Reporteros Sin Fronteras, Organización No Gubernamental con base en París, insta al gobierno de la isla a que esclarezca el destino del intelectual condenado a cinco años de cautiverio, por supuesta violencia doméstica.
Su amiga y periodista independiente Lilianne Ruiz intentó recabar información el sábado último. Se presentó en la estación policial de Acosta y Diez de Octubre, donde se ha dicho que está, pero allí un oficial que no quiso identificarse se negó a dar informaciones a la periodista, acerca de la presencia de Santiesteban en esa comisaría.
-Si está en la estación de Acosta o si lo han llevado a otro lugar no lo sé. Lo que sí puedo hacer es exigir información burocráticamente, para restarle impunidad al gobierno-, dijo Ruiz a Cubanet esta mañana.
Luego, la periodista se desplazó hasta el asentamiento militar donde estaba recluido el escritor disidente. Allí recibió la versión extraoficial de reclusos, que hablaban de una supuesta fuga, pero ella no cree esta versión.
-Todo indica que se trata de una patraña; me parece imposible que haya intentado fugarse-, comentó Lilianne Ruiz vía telefónica, y recuerda que Santiesteban está prácticamente solo en Cuba; sus hijos son adolescentes, dijo.
A raíz de la supuesta fuga de Santiesteban, varias personas han sido detenidas y otras asustadas por la Seguridad del Estado. Hay un estado de silencio total, comenta Ruiz. La hija Daniela, quien presuntamente lo ha visto, no quiere o no puede hablar con nadie. Así están las cosas.
La versión que dan las autoridades es que Ángel Santiesteban se fugó el 21 de julio, junto a otros reclusos, del asentamiento militar –o centro de trabajo forzado- donde cumplía condena.
Basada en su amistad con el disidente y en la idea de que el silencio informativo pudiera ser el peor enemigo en estos casos –hasta que no se escuche su voz no hay que creer nada, dice Ruiz-, la periodista se ha propuesto continuar la búsqueda, con una visita semanal al lugar donde dicen que está.
En el blog de Santiesteban se dice lo siguiente:
“La verdad siempre estará ante todo y a ella nos debemos. Y -ante el cúmulo de informaciones contradictorias sobre el real estado, localización y circunstancias que rodean el caso del escritor Ángel Santiesteban-, cumpliendo con la responsabilidad de ser la voz del escritor y no sumarnos a ninguna de las versiones, rumores y especulaciones que circulan, hemos decidido esperar a tener noticias directas, esperando a que él mismo se comunique con nosotros. Confiamos en que pronto pueda encontrar un canal para enviarnos noticias”.
Pero ese canal al parecer no está disponible todavía.
Tomado de
 

jueves, 17 de noviembre de 2011

La propiedad de la vivienda en Cuba y algo más

                                  
Pequeña memoria de la estafa gubernamental.
Por: Ángel Santiesteban-Prats
Lo último que ha podido subsistir del patrimonio de los cubanos es la vivienda, debido a la voluntad totalitaria Fidel Castro, que dispuso por más de cincuenta años que todo era de su propiedad y solo él decidía qué era de quién y cuándo dejaba de serlo. Por suerte o por desgracia, el hogar es lo único que no se permitió sacrificar para sobrevivir la debacle por más de cincuenta años. Pronto aquella prohibición de venta de los bienes y raíces, quedará en el recuerdo.
A la población cubana, en la década del ochenta, se les despojó de las joyas heredadas de sus ancestros; ancianas que, por satisfacer a sus hijos y nietos y aliviarles la extrema pobreza, entregaron sus alhajas a cambio de unos billetes “chavitos”, que sólo tenían valor en una tienda dispuesta para la ocasión, donde los precios de los artículos eran irrisorios. Y todo funcionaba como un robo porque no existían otras tiendas donde pudieran obtenerse esos productos que no tenían nada de especial, que no fuera la ocasión de adquirirlos.
En aquellos tiempos poseer dólares era penalizado con sanciones de años de cárcel. La población enfrentaba el engranaje perfecto de un chantaje gubernamental que dejaba muy mal situada, ante los familiares, a aquellos dueños de las heredades que se negaban a perder el sacrificio y la memoria de sus antepasados. Al final, las ancianas que entregaron hasta sus anillos de compromiso, reliquia que exhibían en sus manos como vitrina de profundos sentimientos, lo hicieron con una mezcla de dolor y satisfacción por complacer a sus familias, pero les quedó la percepción que fueron timadas al igual que los indios a la llegada de los españoles, cuando intercambiaron las pepitas de oro por vidrios de colores.
El Estado también les compró sus jarrones de porcelana, plata y oro, los cuadros de pintores que sus antepasados colgaron para admirar en sus paredes, muebles de estilo. Riquezas que fueron a las arcas de los políticos o de sus familias y duermen en cajas de seguridad en bancos extranjeros. Quito lo del holocausto a los judíos porque se me hace un exceso, aquello fue por la fuerza y les sacaban hasta los dientes de oro.



Un pueblo como la caña: exprimido


La sociedad cubana ha sido saqueada espiritual y materialmente como la caña, que en múltiples ocasiones es pasada por el trapiche y pierde la consistencia, se deshace en bagazo y polvo. Lo doloroso es que todo ocurre bajo el silencio total, égida y complicidad de los funcionarios e intelectuales cubanos que se ahorraron los comentarios por el miedo que siempre les acompaña en su alma artística. Callaron ante el gran robo que significó aquel cambio de joyas por panes. Una vez no cumplieron aquel papel tan cacareado de que el intelectual es la voz de la sociedad, su abogado defensor, la memoria viva. Pero prefirieron darle la espalda al pueblo y a la historia que los recogerá en su justa medida.
Pero las circunstancias han cambiado tanto para la cúpula gobernante, que no le ha quedado más opción que revisar sus medidas extremistas y abrir el banderín, siempre en aras de su beneficio, olvidando los repetidos y extensos discursos que aseguraban que “la propiedad privada jamás regresaría a Cuba”. ¿Se han preguntado cuánto dolor debe causarle a Fidel Castro ver como se le desvanece en vida todo el castillo de naipe que nos obligó a visualizar, a creerlo como si fuera cierto y lo hubiéramos palpado? ¿Qué debe estar sucediendo y qué planes tienen que han comenzado a devolver algunas pequeñas libertades que antes quitaron y que les hace sentir que pierden su apreciado “poder”? Con seguridad es la misma sensación de impotencia de los amos cuando obligados vieron partir a sus esclavos libertos. Porque no debemos engañarnos, ninguna medida de este Gobierno jamás será para mejorar al pueblo, ni siquiera para devolver las libertades y derechos que le corresponden al ser humano.


El derecho de nacer… ¿en el lugar equivocado?

Por estos días se ha aprobado la venta de casas, algo que ya se venía pregonando. Pero hace más de un año también, como por “casualidad”, comenzaron en Cuba, después de cincuenta años de inmovilismo, a actualizar los Registros de la Propiedad. Todo se ha hecho con la mayor urgencia. Ha sido un llamado obligatorio a las empresas estatales, y de ineludible gestión de los ciudadanos para cualquier trámite con su vivienda. En cada municipio se han abierto las oficinas para asentar en los libros al propietario actual. Un movimiento con la mayor premura y presión. Saben que el tiempo se les acaba. Para ello se han entregado los locales para dichas oficinas, impartidos pequeños cursos de adiestramiento, impreso modelos que en la marcha han corregido, entrega de computadoras, archivos y material de oficina. Las visitas del Director Provincial de Justicia, y de los funcionarios políticos, es constante. Ellos también son presionados a otras instancias. Tienen que responder a cuánto asciende lo registrado a partir que se recibió la orden. El primero que comenzó la tarea, desde sus funciones como Presidente del Gobierno (Alcalde de La Habana), Juan Contino Aslan (que en paz descanse su pequeño poder), fue relevado del cargo, hasta ahora en “plan piyama” (dicen que por hacer lo mismo que sus antecesores y modelos políticos, entregar casas a sus amantes).
El Gobierno de Cuba no hace ningún movimiento que no le resulte una compensación. Pero en este caso, toda la parafernalia nos lleva a que la verdadera intención es la de recoger las antiguas propiedades pertenecientes a los viejos propietarios que abandonaron el país o fallecieron en Cuba.
El objetivo es borrar el pasado. Cuando el Estado obtenga en su poder todas las viejas propiedades, las harán desaparecer y, ante el Registro, solo quedarán las propiedades actualizadas. Ningún propietario “nacionalizado” a partir del 1959, ni sus herederos, podrán reclamar algo que no existe ni pueden probar documentalmente.
Quizá algunos se hayan llevado las propiedades al exilio, pero fueron los menos. Y podría creerse que es un gesto loable de los Castro para asegurarles a los cubanos que no serán echados a la calle cuando el inevitable cambio político asome; pero eso sería una ingenuidad. La razón real es que el grupo de poder intenta esconder sus propiedades familiares, que fueron confiscadas o inventariadas después de la partida de sus propietarios originales. Dentro de la gran montaña de movimiento de papeles que conllevan dichas inscripciones se perderán las personales. De paso, asegurarles a sus generales y acólitos que tampoco perderán sus intervenidas posesiones que les entregaron cuando llegaron al poder.


El país que se desangra
Los cubanos, en este carnaval de pequeñas libertades desconocidas, en su desesperación de cambiar su realidad, en el anhelo de hacer cumplir algunos sueños, sobre todo el de emigrar, podrían vender sus hogares. Los que desean quedarse en la isla, piensan en lo inmediato, que el dinero resolverá todas sus necesidades de prioridad: comer, vestir y dormir sin la tortura de no saber qué comerán al día siguiente. El Gobierno ya se ha encargado de advertir que “no se responsabiliza por las malas decisiones de los propietarios y luego de gastar el dinero terminen en viviendas en mal estado y les ocurran derrumbes, o se vean errantes sin un techo donde cobijarse".
Una vez más, nos preguntamos qué función tuvo esta supuesta revolución, qué se supone que se hizo para garantizarle al pueblo una vida segura con igualdad de derechos. ¿Qué ganamos por padecer una dictadura por más de cincuenta años si al término nos encontramos vendiendo lo único que poseemos, o mejor dicho, fue lo único que pudimos guardar? Y lo peor, que un Estado “socialista”, se desentiende de su pueblo, que fue su único estandarte y justificación en esta larga marcha de agonía.


El saco del Comandante
Imagen, Otrora Comandante en Jefe, hoy, momia decrépita, ave de mal agüero,  de Cuba. Abril 2011
De niño pensábamos que el “coco” vendría por nosotros, por nuestro cuerpo, venía a recogernos por no comernos toda la papa (entiéndase boniato), o por no acostarnos temprano. Luego de crecer sabemos que el hombre del saco sí pasó por nuestras vidas, y se llevó en su fardo más que las riquezas y pertenencias familiares, las vidas y los sueños de mis abuelos, padres, hermanos, amigos, las mías a las que aún me aferro con las uñas y los dientes para que no sean arrebatadas, y ya manipula la de mis hijos y ahorita, si se lo permitimos, la de los nietos.
El Estado cubano, por más de medio siglo, se ha detenido frente al monstruo del “capitalismo” que describía en crítica constante, niños que asustaba conque “viene el coco”, y ha sido tanto su estudio minucioso del original, que por reflejo ahora se ha convertido en su imagen, “el hombre del saco que viene a llevarnos”, así nos asusta con el capitalismo la propaganda comunista.
Los cubanos hemos sido estafados. El Estado socialista lentamente va cediendo las ideas con que quiso eternizar la dictadura, un franco retroceso al capitalismo. Con las diferencias que ahora se estará más desprotegido porque no se tiene el conocimiento ni la infraestructura familiar ni social, para enfrentar y sostener una vida con dignidad.
La gran diferencia radica en quiénes son los únicos ganadores del cuantioso sacrificio de millones de cubanos en este más de medio siglo. La familia Castro vive en mansiones lujosas, poseen varios autos, yates, viajes constantes, negocios prósperos, fortunas y propiedades en otros países, en definitiva, disfrutan de una entrada económica que les permite vivir como millonarios.
El principio del siglo XXI ha comenzado a ser su final. Intuyen que se les acaba el tiempo. Lo único que no saben es cómo y qué idear para que su familia mantenga su estatus y riquezas, y asegurar, por supuesto, que luego no sean devueltas al pueblo cubano.
Mientras prolongan las estrategias de ventajas usureras de los gobernantes Castro, los sueños de los cubanos de libertad y próspera economía, se aplazan, continúan en plena postergación.

Ángel Santiesteban Prats

martes, 15 de noviembre de 2011

Desde Cuba escribe Ángel Santiesteban- Prats: "La matemática de los dictadores."

¿Qué misterio encierra el “poder” de los tiranos, que la obsesión de conservarlo los conduce a sacrificar a su pueblo, a su familia y a su propia vida?.. Disfrazan su obstinación con ideales, que exigen sacrificios constantes, con los que ha engañado y que no persigue otra intención real que seguir siendo el “mandatario” de la nación. Todos los dictadores coinciden en estructuras de gobiernos totalitarios, donde la democracia es asfixiada para que ni siquiera se recuerden las elecciones justas, las que sin dudas causarían la pérdida de sus regímenes.
Cuando comenzaron las revueltas en Libia, percibí cuál sería el desenlace del dictador Muammar Gaddafi, aunque lo imaginé con la variante legal con que fue condenado el absolutista Sadam Hussein. Los caudillos, luego de apropiarse del poder, ejecutan a los que se le oponen, y lo hacen decididos a todo por mantenerse como líderes.
La historia ha demostrado que no se puede contener a un pueblo en rebeldía. No se consigue mentir y atemorizar a varias generaciones sin recibir el castigo por ello. Ninguna maquinaría política y represiva, ni siquiera la cubana, la que considero la más efectiva de cuantas han existido, podrá contener el derecho de libertad de todos los cubanos.
Fidel Castro ha vivido como un Rey que le exige a sus súbditos el sacrificio de sus vidas. Varias generaciones en pleno siglo XX le dedicaron sus existencias como rituales donde se ofrecen inmolaciones humanas al dios supremo. Vidas perdidas que no recibieron nada a cambio. Tampoco sus hijos y nietos han comprendido para qué fueron ofrendados. Entienden que fueron engañados, mártires en vano que no lograron cambiar ni mejorar el presente ni el futuro.
Fidel Castro sabe que el tiempo de vida que le resta ya no es “importante”, si calculamos que lo logrado en sus años de vida plena y vital, no ha sido suficiente para recordarlo como un pasado feliz (entiéndase “importante”, a su probada incapacidad de aporte a la maltrecha economía o a la democracia). Nada de lo que le prometió a mi abuelo, luego a mi padre, que también intentó hacerlo conmigo, con mis hijos, y si se lo permitimos ahorita con mis nietos, ha podido cumplir. Los ideales son para fortalecer a los pueblos, no viceversa. Las ideologías no pueden devorarse un país. Y esa fue la gran falsa de Fidel Castro, su gran estafa.
Su hermano Raúl Castro, ahora Presidente de la nación por designación de la dinastía, que comprende que su presencia es como una parada de un ómnibus que en breve continuará su ruta, después de medio siglo de dictadura, trata de retardar lo más que pueda una evolución natural de la sociedad que los expulsará del poder. Pretende volver a engañarnos con la inalcanzable zanahoria, falsas estrategias políticas, que no son otra cosa que diques que pretenden contener la fuerza de las aguas que golpean la férrea compuerta que nos cierra el paso al futuro, al desarrollo social, intelectual y económico. Su impericia política nos deja el mal sabor de hacernos sentir subestimados.
Lo lamentable es que existen las probabilidades de pérdidas de vidas humanas. Lo asombroso es que los hermanos Castro lo saben, como lo supo Hussein y Gadafi, y no harán nada por evitarlo. Llegaron al poder violentamente, y saldrán de allí en un baño de sangre semejante al que cometieron en 1959. Desgraciadamente el color rojo con que mancharon las calles y la historia de su país será, igual que en su llegada, así también en su partida.
Aún me queda una esperanza, que razonen y piensen en sus descendientes. Dicen que a los nietos se aman más que a los hijos. Fidel nunca ha sido afectuoso ni siquiera con sus hijos (dicho por ellos mismos), entonces ¿por qué va ha serlo con sus nietos? Su egoísmo no le da espacio a pensar en otro ser que no sea él. Pero en cambio, Raúl Castro es conocido por su apego filiar. Sabemos que de alguna manera ha logrado situar a sus vástagos en varios países. Se podría interpretar como una opción de fuga, o de al menos un intento de salvar a su descendencia, por lo que sospecho que ellos también esperan alguna revuelta.
Debemos hacer consciente a los hermanos Castro y al resto de su linaje, que si definitivamente deciden aferrarse al poder y provocan una guerra civil, exponen las vidas de sus descendientes. Dejarán un rencor en esta tierra que no permitirá compartir nada con su prole. Sus cuentas bancarias y propiedades serán congeladas y su valor devuelto a las arcas del Estado, cuyos dirigentes, para ese entonces, serán elegidos democráticamente.
Por expresiones que ha hecho el mismo Fidel Castro, exactamente recuerdo una con mucha nitidez, cuando apresaron en Inglaterra al dictador Pinochet. En aquel momento reveló que él siempre viajaba con una granada para evitar ser capturado con vida. Sabido es que cuando llega el momento, por lo general tiemblan las manos (y no es precisamente por Alzheimer), ya lo vimos con Hussein y Gadafi, influenciados por culturas más propensas al suicidio, que no tuvieron el valor de pegarse un disparo, ni siquiera masticar una capsula de cianuro; suponemos que Fidel Castro tampoco tendrá el valor de hacer saltar la espoleta de la granada; y quizás, después de evitar el linchamiento popular, los hermanos enfrenten un proceso jurídico, observado y asesorado por un Tribunal Internacional, donde no se dignifiquen sus días finales. Parafraseando a José Martí, valdría la pena decir que “los hombres no miran de qué lado se vive mejor, sino de qué lado se muere mejor”.
Como oímos desde niño que: guerra avisada no mata soldados; ya va siendo tiempo de que los gobernantes Castros y su séquito, después de resignarse a abandonar el poder, se sienten a sumar y restar las posibilidades inteligentes de un desenlace pacífico; para que por fin, ayudados por el Gran Arquitecto Del Universo, todos los cubanos tengamos, por primera vez y por siempre, una república con progresivo desarrollo cívico y democrático.
Dios nos asista y nos auxilie en este empeño.

Ángel Santiesteban-Prats
http://loshijosquenadiequiso.blogspot.com/