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domingo, 7 de junio de 2015

El gobierno cubano es totalmente ilegítimo

 Los que mandan en Cuba 

Por Roberto Álvarez Quiñones
 Pese a la designación de un civil como vicepresidente, el poder reposa íntegramente en Raúl Castro, en el número dos del partido comunista, y en el buró político del PC
Raúl Castro
La comunidad internacional no acaba de terminar de comprender que el general Raúl Castro es el jefe de Cuba no por ser presidente del Consejo de Estado sino porque es el primer secretario del Partido Comunista Cubano (PCC); y que Machado Ventura es el segundo al mando de la nación porque es el vicejefe del partido único. Machadito (como le llaman los Castro) sigue siendo el jefe del civil Miguel Díaz-Canel, vicepresidente del Consejo de Estado, y no a la inversa.
No obstante, hay aquí una incongruencia no prevista por Fidel Castro cuando se proclamó en 1976 la actual Constitución. Esta señala que el presidente del Consejo de Estado es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Así lo concibió el comandante cuando era un “mozuelo” de 50 años de edad y su hermano tenía 45. Ambos tenían décadas por delante como presidente y primer vicepresidente.
Y así fue. Pero ya estamos en 2014 y si Raúl Castro no llega a 2018, Díaz-Canel sería el nuevo jefe de Estado. ¿Aceptarían a un civil como jefe supremo de las FAR las decenas de generales de tres y dos estrellas, y los restantes, así como los cientos de coroneles y demás altos jefes militares? Es poco probable.
En términos constitucionales el derecho a elegir al núcleo institucional de poder en Cuba, es privilegio de una versión moderna de patriciado romano al que pertenece sólo el 7 por ciento de la población, es decir, los 800.000 militantes del PCC. Los millones de adultos restantes no tienen ese derecho. Constituyen la plebe, son ciudadanos de segunda clase. O sea, en la isla el poder no emana de la voluntad del pueblo soberano, como lo llamaba Rousseau, sino de la elite de su gerontocracia,
Jose Ramón Machado Ventura
Podrá ser muy constitucional, pero legítimo no es. Los cubanos no eligen a sus gobernantes desde 1948, cuando se celebraron las últimas elecciones democráticas. Fulgencio Batista dio un golpe de Estado en marzo de 1952, tres meses antes de los siguientes comicios, y luego fue derrocado por Fidel Castro. Desde entonces, durante 62 años, Cuba ha tenido solo tres gobernantes, y militares los tres (récord en Occidente).
Un poder invisible
Pero hay más, el máximo poder realmente no radica en el Buró Político del PCC como reza la Constitución, sino en un reducido grupo de militares, algunos de los cuales no integran el Buró Político. Constituyen de hecho una junta militar invisible para la comunidad internacional y para la mayoría del propio pueblo cubano, pues opera tras las bambalinas y ningún medio habla del asunto. Díaz-Canel no pertenece a esa “crême de la crême” que controla el país, y que tiene 14 miembros.
Encabezada por los hermanos Castro y por el comandante (hoy equivalente al grado de general) José Ramón Machado Ventura, el selecto grupo lo conforman además los cuatro generales más poderosos de la isla: Leopoldo Cintra Frías, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR); Abelardo Colomé, ministro del Interior; Alvaro López Miera, viceministro primero de las FAR y jefe del Estado Mayor; y Ramón Espinosa, viceministro de las FAR; así como el comandante de la revolución Ramiro Valdés, y el coronel de inteligencia Marino Murillo, vicepresidente del gobierno a cargo de la “actualización” del socialismo. Todos integran el Buró Político.
Miguel Díaz-Canel
Los no miembros del Buró Político son el general José Amado Ricardo, secretario ejecutivo del Consejo de Ministros (primer ministro en funciones, cargo que ejercía Carlos Lage); general Carlos Fernández Gondín, viceministro primero del Interior; general Joaquín Quintas Solá, viceministro de las FAR; y el coronel Alejandro Castro Espín, hijo del dictador y jefe de Coordinación e Información de los Servicios de  Inteligencia y Contrainteligencia de las FAR y el Ministerio del Interior.
El otro integrante fue finales de 2013 el coronel Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, ex yerno de Raúl, a cargo de la actividad empresarial de las FAR. Pero al divorciarse de Deborah Castro Espín cayó en desgracia.




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