Translate

Mostrando entradas con la etiqueta Abuso del poder en Cuba. Represión. Wilman Villar Mendoza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Abuso del poder en Cuba. Represión. Wilman Villar Mendoza. Mostrar todas las entradas

sábado, 21 de enero de 2012

La cruel receta del escarmiento

La cruel receta del escarmiento
por: Antonio
La nota informativa del periódico Granma deja entrever la razón por la que dejaron morir a Wilman Villar Mendoza. El poder en Cuba, encarnado en Fidel y Raúl Castro, ha aplicado una vez más su vieja fórmula: el escarmiento.
Sobre Cuba continúa, colgando amenazante, el puño del mismo grupo que tomó el poder en el lejano año de 1959. Desde entonces las conductas y maneras de someter al contrario conservan el mismo patrón. El desprecio total por la vida del adversario y el escarmiento como forma aleccionadora para ejercer el control social.
Cuántos fusilamientos y encarcelamientos ocurrieron de sólo un plumazo, “avalados” por tribunales de urgencia cuando la sentencia ya estaba previamente dictada. Los gritos de paredón siguen retumbando en Cuba.
Aún resuenan las ofensas de Fidel Castro que llevaron al suicidio al comandante Félix Pena , la crudeza sin límites en la muerte de Pedro Luis Boitel, el trato humillante a cientos de presos políticos, el terrible hundimiento del remolcador 13 de marzo, la pulverización en el aire de dos avionetas desarmadas, el fusilamiento apresurado sin derecho a habeas corpus de tres jóvenes negros, el encarcelamiento de 75 personas con delirantes condenas por pensar y opinar diferente , las golpizas al prisionero político Orlando Zapata y su posterior muerte en huelga de hambre , los gritos de preparen apunten fuego lanzados desde el último acto de repudio frente a la casa de Laura Pollán, días antes de su inesperado fallecimiento.
Ni siquiera la gastada y absurda justificación de delitos comunes, exonera al gobierno de su responsabilidad con la vida del prisionero. Como tantas otras veces, ahora, en el Granma, ni una palabra de respeto por esa vida, ni la más mínima muestra de condolencia. La falta de compasión como constante y el desprecio total por la vida humana del que discrepa, del que disiente.
Es inadmisible la muerte de un ciudadano cubano más, es inadmisible tanto desprecio e indolencia .De permanecer indiferentes e impasibles, otras muertes vendrán, el poder en Cuba ha dado sobradas muestras de ser insaciable.
Fidel Castro y Raúl Castro, dejen de jugar a ser Dios, la justicia humana existe. Tras medio siglo de ineptitud nos legan un país en ruinas con un panteón inmenso. Muestren algo de dignidad. No hay forma de detener el futuro. Es sólo cuestión de tiempo y ése está de nuestro lado.

http://www.estadodesats.com/2012/01/la-cruel-receta-del-escarmiento.html?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=la-cruel-receta-del-escarmiento

viernes, 20 de enero de 2012

Wilman Villar Mendoza:asesinado por la mafia castrocomunista de Cuba.


LA HABANA, Cuba, enero, http://www.cubanet.org/ -Este jueves circuló entre los disidentes cubanos un nuevo mensaje ominoso: “Acaba de fallecer Wilman Villar Mendoza”. Tras la breve frase se esconde la terrible realidad de otro compatriota más muerto como consecuencia directa de los atropellos y la prepotencia mantenida a ultranza por las autoridades castristas.
Los antecedentes del caso son conocidos: Por expresar de manera pacífica su inconformidad con las políticas del régimen, Wilman fue detenido y apaleado en la villa santiaguera de Contramaestre junto con otros hermanos de ideales, pertenecientes —como él— a la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) que encabeza el miembro del Grupo de los 75 José Daniel Ferrer, excarcelado hace unos meses.
Villar Mendoza fue sometido a un proceso festinado y tramposo, a puertas cerradas y sin garantías de clase alguna. Atentado, desacato y resistencia fueron los tipos penales esgrimidos en su contra. A resultas de la farsa judicial le impusieron una pena de cuatro años de prisión, y de inmediato fue trasladado a la cárcel de Aguadores, en la capital oriental.
En protesta por el atropello, el joven opositor de apenas 31 años se negó a vestir el uniforme de preso común y se declaró en huelga de hambre el pasado 25 de noviembre. Las autoridades penitenciarias le aplicaron una receta bien conocida en esos casos: el encierro en celda de castigo, sin tratamiento médico, ropa ni agua, según explicó el disidente Jorge Cervantes, también miembro de UNPACU.
La permanencia de Wilman en esas condiciones terribles durante semanas tuvo el único desenlace que cabía esperar: con sus defensas por el suelo, tirado en el piso sin ropas en medio de los fríos nocturnos de esta temporada invernal, su cuerpo debilitado por el prolongado ayuno cayó víctima de la neumonía.
Ni siquiera así terminó el calvario del valiente luchador oriental. Sus carceleros, insensibles, lo mantuvieron en las mismas condiciones, hasta que, ya inconsciente, comenzó a vomitar sangre. Sólo entonces lo condujeron a un centro asistencial, pero ya era tarde. Los facultativos que lo recibieron en el Hospital Juan Bruno Zayas de Santiago de Cuba, reflejaron la situación del paciente con una frase lapidaria: “Si se salva, será un milagro”.
Resulta imposible no encontrar las similitudes con el caso del también mártir Orlando Zapata Tamayo. Uno y otro apelaron al recurso supremo de la huelga de hambre en protesta por los atropellos sufridos; ambos quedaron abandonados en sendas celdas de castigo; los dos fueron privados de ropas, agua y asistencia médica adecuada. Tanto a Wilman como a Orlando los llevaron a un hospital cuando la muerte era ya inevitable.
En el caso de Villar Mendoza, sus familiares sí pudieron permanecer junto a él en el centro asistencial, pero las fuerzas represivas realizaron un amplio despliegue para impedir el acceso de sus hermanos opositores, así como para imposibilitar el contacto de éstos con los seres queridos del paciente agonizante. Incluso los cónyuges y parientes de otros ingresados confrontaron dificultades para entrar al hospital.
La esposa de Wilman, la digna dama de blanco Maritza Pelegrino Cabrales, tuvo que sufrir el acoso policial. En diciembre, la joven veinteañera ahora viuda tuvo que plantarse en las afueras del penal junto a sus niñas reclamando la hospitalización de su marido. Las autoridades, en el colmo de la vileza, la amenazaron con quitarle la custodia de sus hijitas de 7 y 5 años. ¡Y todavía se asombran de que, en los años sesenta, los padres de casi veinte mil niños hayan optado por enviarlos solos al extranjero, durante la Operación Peter Pan!
¿Qué podemos esperar ahora? Por desgracia, es probable que el mando castrista, animal que tropieza tres, cuatro y más veces con la misma piedra, reedite con el nuevo mártir la cobarde campaña de calumnias que orquestaron contra Zapata. Veremos a qué novedosas —o viejas— vilezas recurrirán los plumíferos y cotorrones del régimen para pintarlo como un peligroso antisocial.
Mientras tanto, tiene plena vigencia la pregunta formulada a raíz de la tragedia por la brillante bloguera Yoani Sánchez: ¿Cuántos muertos más tiene que haber para que el gobierno castrista comprenda la enormidad del abismo en el que ha hundido a la desdichada Cuba!