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jueves, 26 de abril de 2012

El delito de ser policía en Cuba

martinoticias.com
 
 
Desde que Raúl Castro asumió la presidencia, el gobierno de La Habana ha reconocido públicamente la necesidad de incrementar las fuerzas represivas del régimen haciendo reclutamientos públicos a través de sus medios de prensa.

De “renovarse o morir” habló el diario Juventud Rebelde en una convocatoria para incrementar la plantilla de “agentes”. “Honrar el uniforme” se titula el artículo más reciente del rotativo que trata de ensalzar el nombre de la institución y el papel de los jóvenes en ella, aunque hacia el interior de la sociedad sean otros los puntos de vista en torno al tema. Ser policía para los cubanos es tan grave como un delito.

Numerosos entrevistados por martinoticias.com consideran que usar un traje de policía es difícil y peligroso en la actual sociedad cubana. Sus criterios se basan en los comentarios que han podido escuchar a conocidos y vecinos que  abandonaron  el órgano policial o  que  esperan con impaciencia la llegada del retiro.

Sander Reyes, activista de derechos humanos de 37 años de edad y  residente en Santa Clara refiere como a algunos policías “los superiores los avasallan, los   pisotean, los ofenden”. Los han hasta “obligado a golpear”, bajo amenaza de quitarle los estímulos que pueden consistir en jabas de alimentos, descanso, cambio de turno, entre otros.


Reyes relata desde su experiencia como detenido de los maltratos sicológicos en el interior de una celda de la policía. “!Tranquilos!, no formen problemas que a mí me queda poco por retirarme”, le dicen para intimidarlos.

Desde el punto de vista familiar la situación se torna más compleja, explica Yoandri Argote del Toro joven de 26 años residente en Bayamo. “En caso extremo tienen que tomar represalias contra el pueblo y ahí mismo sus vidas corren el riesgo” y “en su pueblo muchas personas temen ajustes de cuentas y represalias en el futuro”.


“Están conscientes que si algún día el sistema cae, el pueblo la va a coger con ellos,” apuntó Sander Reyes.

El Jefe de Sector constituye una de las figuras más odiadas dentro de un barrio, agregó otra fuente que pidió el anonimato. “A veces son más bandoleros que los propios bandoleros”, dijo para referirse a que le quitan lo poco que consiguen los padres para alimentar a sus hijos y “como en Cuba todo es ilegal…”

La mayoría de las personas prefieren ganarse la vida “sin buscarse problemas” y el salario que les pagan “es bueno, pero no es lo más importante porque después no puedes conseguir nada ni hacer negocios. A veces son los que más trabajo pasan para resolver sus problemas” agregó, poniendo el ejemplo de que nadie les quiere vender la carne de res para que alimenten a un familiar enfermo. “Es un delito ser policía porque si los cogen y no les quieren pasar la mano, las leyes contra ellos son más duras”.

Los llevan para La Habana “sin importarle sus antecedentes penales”, los meten en una escuela y “ya salen de policías”, destacó Julio Pérez desde Holguín.

“Muchos no tienen ni noveno grado y no saben ni expresarse, no tienen ética y salen a la calles más bien con faltas de respeto hacia el ciudadano”.

Jorge Corrales Ceballos opositor que reside en Guantánamo, destacó que conoce los casos de personas que optan por integrar las filas de la PNR, porque no encuentran otro empleo.

Si tienen familiares en el extranjero deben pedirle permiso a sus superiores para recibirlos. Sin embargo, mientras llevan sus uniformes pueden trasladarse de una provincia a otra sin coste alguno y recibir beneficios de los implicados en el delito para que se hagan los de la “vista gorda”.

Comunmente llamados " la fiana", "la meta", "NG la banda, la que manda", "la monada" o la "Policía Oriental Revolucionaria" son blanco predilecto de muchos comediantes cubanos. Tal es el caso de este sketch de Limay Blanco.
 

Hay que escribir de los cobardes


 
Por Leonardo Calvo Cardenas

LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org -Un refrán antiguo asegura con certeza. “De los cobardes no se ha escrito nada”, pero cuando se ligan cobardía, poder y soberbia para causar profundo daño humano, llamar al crimen por su nombre constituye una responsabilidad para las personas honestas y amantes de la justicia.
Nunca, en más de trece años, he dedicado una letra a los agentes del gobierno cubano condenados por espionaje en Estados Unidos,en primer lugar porque creo que los espías constituyen noticia cuando son descubiertos y acaso cuando son objeto de la tradicional negociación entre estados. Los cinco miembros de la red Avispa que decidieron, a costa de cumplir largas penas, mantener fidelidad al gobierno cubano después que una decena de sus compañeros colaboraron con la justicia norteamericana para aliviar su infortunio, fueron convertidos en bandera de confrontación política por el alto liderazgo de la Isla.
En un alarde de interesada manipulación e indolente desprecio por los seres humanos, el gobierno cubano guardó silencio durante más tres años sobre el caso para luego de definidas las alineaciones y fidelidades de los encartados desarrollar una intensa y permanente campaña mediática y política que, a un altísimo costo, pretende supuestamente consagrar en la opinión pública y en el sistema judicial norteamericano la pretendida inocencia de los que considera héroes. Las autoridades cubanas nunca se han molestado en explicar como se puede, en medio de esta álgida confrontación con sabor a guerra, ser héroe e inocente al mismo tiempo.
El alto liderazgo de La Habana incapaz de prodigar justicia ni piedad a sus víctimas, nunca ha valorado o reconocido las determinaciones judiciales favorables a sus “héroes” y no atenúa su lenguaje agresivo y desafiante para con las autoridades políticas y judiciales del vecino del norte. Pero lo inesperado ha sucedido, René González,  el espía convicto y fiel que se encuentra en régimen de libertad supervisada después de cumplir la primera parte de su condena, recibió permiso judicial para visitar a su hermano en grave estado de salud.
El gesto es contrastante con la impiedad del gobierno cubano, pues baste recordar como la inmortal Celia Cruz, la gran guarachera de Cuba, no recibió el permiso de La Habana para regresar a su tierra a sepultar a su madre, o el caso de Mario Chanes de Armas, ese héroe e inocente condenado por sus ex compañeros de lucha a treinta años que no pudo salir a enterrar a su hijo por negarse a vestirse con ropa de preso común, por solo citar dos de muchos ejemplos.
Al conocer la noticia los cubanos nos preparamos para la altisonancia carnavalesca y chauvinista que era de esperar, sin embargo la visita del convicto pasó en sepulcral mutismo. De hecho René estuvo tan preso durante sus catorce días en La Habana como en sus trece años en las cárceles norteamericanas. Las autoridades cubanas siempre prodigas en bravuconadas a distancia se comportaron como dóciles alguaciles federales cuidando celosamente al recluso y devolviéndolo puntualmente a su cómodo cautiverio.
Esa observancia estricta de las disposiciones legales y judiciales del enemigo contrasta de manera chocante con la sistemática violación de los derechos de los ciudadanos y de sus propias disposiciones legales utilizadas por las fuerzas represivas del régimen para imponer su hegemonía intolerante sobre toda la sociedad.
Los arrogantes poderosos quienes, llegado el momento, no se atreven a mover una pestaña ante las condiciones impuestas desde allá por sus enemigos jurados, esos que huyen despavoridos ante una simple cámara de video y no se atreven a usar sus nombres verdaderos en su labor represiva,  prodigan sin embargo abuso y ensañamiento sobre todo a personas que consideran indefensas o vulnerables.
En el más deplorable modelo de terrorismo de estado los oficiales de la policía política no han encontrado otro mecanismo que dedicarse a aterrorizar a la anciana madre de Juan Antonio Madrazo, Coordinador Nacional del CIR, para impedir la celebración de las actividades convocadas en su domicilio, que es por cierto la  sede de esta organización civilista.
Juan Antonio Madrazo, Coordinador Nacional del CIR en su domicilio, sede de la organización.
Juan Antonio Madrazo, Coordinador Nacional del CIR en su domicilio, sede de la organización.
Teresa Luna, una encantadora abuela llena ternura, simpatía y lucidez a sus 75 años, mantiene valor y firmeza ante las cobardes amenazas de que ha sido víctima en más de una ocasión. La determinación de su hijo es no dar un paso atrás en su compromiso con la lucha por la democracia y la justicia, pero todos los que la conocen, familiares o no, están profundamente indignados por la bajeza de estos hombres que presumen de tanto poder y ninguna humanidad.
Con mucha facilidad han olvidado los hermanos Castro que cuando ellos se dedicaban a asesinar compatriotas bajo el manto protector de las sierras orientales nadie fue a molestar a su señora madre.
Más allá de ideologías o confrontaciones políticas, lanzar todo el peso de la violencia sobre mujeres que esgrimen una flor o hacer tan miserable uso del presumible celo de una madre caracteriza a un régimen que perdió definitivamente la razón, los argumentos y el decoro, al punto de ser incapaz de plantar cara a sus enemigos de siempre en el momento clave o reconocer cuando un diseño represivo ha fracasado sin remedio.
elical2004@yahoo.es



martes, 24 de abril de 2012

Mirta, mi vecina

                                                Río Las Casas, Nueva Gerona, Isla de la Juventud.

Hoy me han contado que ha muerto de un infarto. Me he mirado a mí misma y no he sentido ni la más minima pena, ni siquiera me conmueve la orfandad de su única hija.

Fue mi vecina por más de diez años en Nueva Gerona. Siempre supe que vigilaba cada uno de mis pasos dentro de mi casa, en el barrio y en la Isla. Diariamente se esmeraba, cual perra sabuesa, en descubrir los olores que salían de mi cocina. Siempre supe que tenía una libreta de notas donde apuntaba con esmero los orígenes de aquellos olores tan seductores en medio de una terrible época de hambruna generalizada. Creo que el olor de las colas de langostas que mi amigo marinero me llevaba cada cierto tiempo, la sacaban de quicio. Sé que ella sufría amargamente porque le faltaba  valor para violar las leyes absurdas que le prohibían (y todavía le prohiben) a los cubanos comer langostas, carne de res y otras cosas que sólo pueden consumir los elegidos de la élite gobernante.

En aquellos años del eufemístico Período Especial en Tiempo de Paz, quizás por su cobardía y su latente mediocridad, Mirta  se conformaba con el picadillo de soya mientras yo saboreaba una rica ensalada de langosta. Supongo cuánta alegría sentía cada vez que se le presentaba la ocasión para denunciarme ante la seguridad (policía política cubana) por mis constantes violaciones de las leyes.

Como conocía de sus malas costumbres de chivata barata, un buen día decidí jugarle una mala pasada. La invité con toda su familia a mi casa a celebrar mi supuesto cumpleaños  número 38. Me esmeré y me gasté unos cuantos pesos cubanos. Les preparé un buen trozo de  carne de res asada, una ensalada fría de langosta y mayonesa, ensalada de tomate y aguacate, arroz moro, plátanos fritos y como postre un tocinillo del cielo, luego les colé un buen café, de ese que aún se cultiva en las lomas de Oriente y que llegaba a mi casa de contrabando. Comieron y se hartaron de lo lindo, se rieron con las travesuras de mi niña más pequeña  (la mayor no estaba en casa, estaba en La Habana), hicimos chistes y luego los invité a que viéramos juntos la novela de las nueve.

Algo cambió a partir de ese día. Mi vecina comenzó a visitar mi casa con más frecuencia. Ya no me espiaba desde el patio. Creo que estaba tratando de agarrarme con las manos en la maza para que sus denuncias tuvieran efectos. Para desgracia de ella cada vez que los segurosos venían a mi casa encontraban el regrigerador como un coco: blanco por dentro y con mucha agua... Por supuesto nunca sospecharon que yo tenía un refrigerador en el  closet del cuarto de mi pequeña niña, porque si lo hubieran sabido, hoy tal vez no estaría contando esta historia.

 Un buen día me cansé de tanta espiadera  y la llamé cuando estaba preparando unos bistecs. Corté tres bien grandes y se los di. Ella puso los ojos más grandes que un fondo de botella pero los agarró bien fuerte, sin saber que decir. Como soy tan atrevida, le dije:

_ Mirta, me da pena que tú y los tuyos no puedan comer carne por no tener dinero, pero si tú quieres yo hablo con la persona que me la consigue  y a lo mejor te trae algo que tú puedas comprar.

Si grande había puesto los ojos cuando le di la carne, cuando me escuchó decir lo anterior, su boca y su mirada la traicionaron. Sus negros ojos brillaron y sus escuálidos labios esbozaron una leve sonrisa propia del H de P victorioso.

Enseguida le comenté:

-Digna, la Presidenta de los CDR Municipal, la esposa del "general"*  García, Jefe del Estado Mayor del Comité Militar, es quien me puso en contacto con Manuel. El es buen amigo de la familia y se defiende traficando con carne de res, langostas, café, pescado, tasajo, bacalao y hasta jamón. El te puede conseguir lo que tú quieras y a lo mejor no te sale tan caro. Aunque si te da pena, yo puedo hablar con él. A mi me vende la libra de carne de res a 25 pesos, pero puedo hablarle para que te la deje en 20.

Ella titubeando me dijo:

- Pero si Jesús (su marido) se entera de lo que me acabas de decir le da un "soponcio" Tú sabes que él trabaja en el comedor del Comité Militar y no se atreve a llevarse ni una lata de carne rusa**

Yo, firme en mis propósitos, le respondí

- Hija, con razón ustedes se comen ese picadillo de soya que venden en el mercado. Si Jesús fuera como Manuel a ustedes no les faltaría nada. Pero no te preocupes, como Jesús es tan entretenido, le puedes inventar cualquier cosa cuando te pregunte de dónde sacaste la comida que le pones en la mesa. Hoy si quieres le dices que esos bistcs te los di yo y que me llegaron gracias a Manuel.

Mirta se quedó confundida. Se fue a su casa y creo que se comieron la carne esa misma tarde.

Unos días después vino a mi casa a pedirme que le consiguiera una libra de café y un pollo para llevárselo a su madre enferma en La Habana. Se los conseguí y se los cobré unos pesos más por encima de lo que  a mi me costaron. A partir de entonces su cocina cambió. Ya no olía tanto a picadillo de soya. Mirta me compraba los cartones de huevo, los pescados y algunas colas de langostas que Arquimedes me traía cuando pasaba por mi casa. También me compró unas cuantas libras de carne de res en ocasiones especiales.

No sé si se creyó la historia de Digna y Manuel, o si su estómago pudo más que su lengua de chivata. Yo, por si acaso me seguí cuidando de ella, pero eso sí, me aproveché de su supuesta amistad para mantenerla desinformada. Jamás me confié de ella. Sabía que por tal de que no sospecharan de ella era capaz de delatarme por cualquier cosa, menos por la comida porque entonces ella también tendría que confesar que compraba carne y langostas en el mercado negro.

Me cuentan que hace unos días murió de un infarto. Ya estaba vieja y cansada. Con sus 68 años y una vida de mentiras y miserias, a pesar de su hija doctora, no creo que haya alcanzado alguna vez ese futuro luminoso que le prometió la revolución castrista, futuro por venir por el que tanto se esmeró chivateando a todos los vecinos del barrio y defendiendo con uñas y dientes a esos líderes mafiosos, castro moncadistas que tanto la usaron.

Dura debe haber sido su vida, sobre todo desde que enviudó hace diez años y desde que su hija, mayorcita ya y divorciada, es la comidilla del barrio precisamente por no ser ese dechado de virtudes que su madre esperaba. Estoy segura que  desde hace quince años, la pobre Mirta no tenía quien le resolviera carne, ni huevos, ni café, ni nada. Ya no tenía  cerca a la vecina que ella tanto difamó y chivateó, la misma que un día le regaló un pedazo de carne a cambio de su silencio, mientras  que, los vecinos del barrio como le  temian tanto,  ni siquiera se atrevían a pasar por el frente de su casa cuando iban con sus jabas repletas de comida conseguida en el mercado negro.

Que en paz descanse Mirta, si es que los chivatos pueden alcanzar el perdón de Dios.


* García no era General. No pasaba de Capitán de las FAR

** lata de carne rusa, para esa época ya en Cuba no entraban latas de carne rusa, Mirta usó esa expresión quizás por costumbre (como todavía se usa en Cuba)o por desconocimiento.

Esperanza E Serrano
Land O Lakes
24 de abril 2012

"El tiempo se nos acabó a todos, a ellos para gobernar y a nosotros para sobrevivir."




 Los actores políticos y la transición a la democracia.

Antonio G. Rodiles y Alexis Jardines
|La Habana-San Juan | 23-04-2012

 El Gobierno suma comunistas, católicos y exiliados dóciles en un pacto vejatorio que deslegitima a la creciente sociedad civil.

El régimen cubano es completamente consciente que el tiempo no está de su lado y por esto ha comenzado una escalada final, con la que intentará transmutar su poder económico y político.
El país está sumido en un inmovilismo asfixiante que no le permite articular siquiera simples medidas de sobrevivencia. La sociedad cubana está harta de tantos fracasos y, si bien el miedo sigue funcionando, el cansancio crece cada día más. El activismo social muestra un florecimiento en su articulación, aunque definitivamente necesita un despegue para que sus demandas se escuchen con claridad y comiencen a ser conocidas por toda la sociedad. Esta puja entre el poder totalitario y las fuerzas democratizadoras es cada vez más ostensible. En un entorno  adverso, con su aliado vital en serios problemas, la elite necesita replantearse el escenario futuro echando mano a cuanto recurso tenga a su disposición.
El Gobierno solo espera ―como una inmediata y práctica salida― lograr que EE UU elimine las restricciones económicas y comerciales, y así poder recibir a corto plazo inversiones considerables. Sin embargo, debido a los intentos fallidos por lograr concesiones unilaterales por parte del Gobierno norteamericano, el poder se lanza a una campaña de presión desde todos los frentes posibles para lograr un relajamiento de las sanciones económicas y un futuro levantamiento del embargo.
La precaria idea de Raúl Castro consiste en sumar comunistas, católicos y exiliados dóciles que acepten un pacto vejatorio y, a su vez, deslegitimar la creciente sociedad civil cubana que demanda una transición democrática. Los intercambios académicos, artísticos, religiosos, las presiones desde la arena internacional, el activismo de simpatizantes y militantes, los anzuelos económicos, serán la prioridad del momento. La pasada Cumbre de las Américas es una muestra del intenso cabildeo político que ya viene gestándose.
Dentro de esta estrategia, algunos académicos, artistas e intelectuales, tanto en la Isla como en el exilio, han bebido del elíxir castrista que los mantiene hechizados dentro de la burbuja totalitaria. Por otra parte, a la jerarquía eclesiástica católica se le ve participar con entusiasmo en la preparación del brebaje para tales adictos ―incluyendo aquí a las inocentes almas que siempre son de su preferencia― en franca colaboración con el Gobierno. Así, la Iglesia cabildea en busca de apoyo solidario y financiamiento al raulismo bajo la falsa consigna de la reconciliación entre cubanos.
El presupuesto que se ha lanzado desde los foros eclesiásticos es que solo el Gobierno goza de legitimidad y poder para llevar a cabo un proceso de transformaciones y que, por consiguiente, todos debemos entregarles un cheque en blanco. Para ponerlo en palabras del viceeditor de la revista Espacio Laical en su intervención en el debate Último Jueves de la revista Temas, los actores sociales en la Cuba actual se dividen en nacionalistas y antinacionalistas. Los primeros tienen derecho a ser parte del debate ya que "muestran una voluntad política"; los supuestos antinacionalistas quedan excluidos, pues al no aceptar la legitimidad del Gobierno no "poseen un espíritu de diálogo".
Los movimientos son visibles y van desde la creación de espacios que, aunque más abiertos evaden señalar a la cúpula gobernante como los principales causantes de la debacle nacional, hasta la reciente visita del Papa. Así, por ejemplo, apenas concluida la Conferencia de Obispos Católicos de los EE UU ―con el pronunciamiento sobre el levantamiento del embargo y el pedido al Gobierno norteamericano de restablecer las relaciones diplomáticas con la dictadura militar castrista― el director de Palabra Nueva promueve en La Habana un magno e inédito evento sobre emigración con la participación de 60 académicos de la Isla y del exilio  donde las voces de la oposición han quedado, una vez más, totalmente excluidas. Casi simultáneamente el director de Espacio Laical hace lo suyo en el corazón de New York, disertando en el Bildner Center, de la CUNY, sobre la relación Iglesia-Estado. Como si fuera poco el calvario por el que hemos pasado los cubanos, aparece ahora un nuevo actor político dispuesto a silenciar a la sociedad civil: la Iglesia Católica.
En un hecho sin precedentes, la jerarquía eclesiástica fue cómplice de la ola represiva desatada antes, durante y después de la visita de Benedicto XVI. Una nota en el órgano oficial del Partido Comunista escrita por Orlando Márquez daba carta abierta a la represión y garantizaban un silencio encubridor.  Las dos elites intentan a plena luz pasar por encima de la sociedad civil.
Esa imagen de vencedor, en tanto reformista, es la que intenta transmitir al mundo el Gobierno de la Isla. Pero, cabe otra lectura: antes bien, el empuje de la naciente sociedad civil cubana obliga al totalitarismo octogenario a replegarse, a buscar apoyo en un actor humillado y vencido que hoy cobra inusitado protagonismo gracias a la debilidad manifiesta de la cúpula gobernante para acallar los rebrotes de civilidad y activismo. El cubano comienza a encontrar su lugar transcurrido medio siglo de asfixia política, y ello no tiene vuelta atrás.
Así, pues, la Iglesia Católica no ha entrado por un don divino al ruedo donde intentan repartirse los poderes en Cuba. Está allí como consecuencia del reconocimiento gubernamental de la existencia de una pujante sociedad civil, a la cual se pretende mantener confinada en las cárceles o en las derruidas viviendas de los ciudadanos, con tal que no conquiste su espacio, secuestrado ―al mejor estilo totalitario― por la oficialidad institucional, a saber: la esfera verdaderamente pública. El protagonismo legítimo de esa sociedad civil podría tirar abajo los planes de una transición prostituida.
Quien conoce algo acerca de la fundamentación teológico-filosófica del cristianismo sabe que Dios no está en las iglesias, sino en las almas de la gente, de los individuos. Y las almas no pueden menos que resultar podridas cuando se vuelve el rostro ante el abuso y la descarnada represión contra todo lo divergente. No hay precepto religioso alguno que justifique el maridaje entre la Iglesia Católica y un Estado totalitario.
No han faltado los que nos exhortan, desde la diáspora, a aceptar algunos cambios económicos que supuestamente darían paso a una apertura democrática. Es el caso del empresario Carlos Saladrigas. El desenlace, a la luz de la experiencia de China y Vietnam, ha puesto de manifiesto de un modo palmario que desde los socialismos de Estado solo se termina construyendo un peculiar capitalismo de elites postcomunistas corruptas, la cuales son capaces de llevar una nación hasta límites inimaginables con tal de satisfacer sus desbordadas ansias de poder.
Es importante que cada cubano tenga presente que la actual discrepancia de las democracias occidentales y, particularmente, de EE UU, no es con nuestro proyecto de nación, ni con el país, ni con los ciudadanos, sino con una elite político-militar, que vive como reyes a expensas de la falta de libertad y la miseria de su propio pueblo. La insistencia de la propaganda revolucionaria en la figura del enemigo exterior que amenaza la independencia y la soberanía de Cuba es solo una manera que tiene la casta político-militar octogenaria de mantener a salvo el patrimonio que le ha expoliado al pueblo durante todos estos años, mientras busca a toda costa negociar y pactar por encima de los ciudadanos.
El único camino que queda es el de la reforma política como eje central del cambio. El respeto a todas las libertades individuales contenidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, incluida la libertad de expresión y asociación, un gesto que no cuesta dinero (al menos al pueblo), haría que todos los gobiernos democráticos del mundo apoyaran sin reparos a Cuba. Las inversiones del capital extranjero y cubanoamericano inundaría entonces la Isla. El embargo estadounidense sería levantado de inmediato, con todas las facilidades que ello acarrea. Se pondría fin a la brutal e irracional represión contra los opositores y disidentes. Se lograría, sobre sólidas y auténticas bases, la verdadera reconciliación entre cubanos de fuera y de dentro.
La dictadura militar revolucionaria no puede ser garantía ni para los pequeños propietarios que hoy intentan en vano salir adelante ni para la gran masa de pobres y desempleados, ni para los propios tecnócratas y empresarios estatales que viven con un pie en la  calle y otro en la cárcel, dada la incontrolable corrupción que engendra el propio sistema.
El tiempo se nos acabó a todos, a ellos para gobernar y a nosotros para sobrevivir. Si de ser pragmáticos y realistas se trata, la reforma política es la mejor y más eficiente inversión posible.
En un escenario como el antes descrito tenemos que decidir de una vez qué pieza es la que sobra y cuya extirpación sería la solución definitiva de una situación que viene agobiando sin justificación alguna a varias generaciones de cubanos. Nada tiene que decir la Iglesia aquí, cuando en un extremo del problema se encuentra una elite con más de 53 años en el poder y en el otro un pueblo esquilmado, privado de los más elementales derechos y del acceso a todos los bienes que se producen y disfrutan más allá de nuestras costas.
Absolutamente nadie, en aras de una hipotética transición organizada, puede intentar acallar las voces independientes que claman, tanto dentro como fuera de la Isla, por transformaciones de fondo. El diálogo es un recurso insustituible pero solo si es atravesado por la transparencia.
¿De qué transición estamos hablando, y hacia dónde, cuando el cambio más notorio es el aumento de la represión y una asfixiante falta de libertad, mientras los "económicos" solo persiguen la supervivencia de la elite?
http://www.diariodecuba.com/

domingo, 22 de abril de 2012

Cuba. Más derrumbes y más víctimas

Derrumbe del Hotel Europa en Cárdenas sepulta a tres jóvenes.

http://www.cubanet.org/wp-content/uploads/2012/04/hotel-europa.jpg

Opositores golpeados por tomarle fotos al lugar. Testigo asegura que murieron tres personas
CARDENAS. CUBA. (RM)- En horas de la mañana del 21 de abril se derrumbó el Hotel Europa ubicado en el municipio matancero de Cárdenas, dejando un saldo de tres jóvenes sepultados, según informó una testigo en entrevista con Radio Martí.
El incidente ocurrió luego de que cuatro jóvenes penetraran en el lugar con la idea de seguir saqueando la construcción, en desuso desde hace algunos años, y se les viniera encima parte del techo al tratar de arrancarle una reja.
Uno de los cuatro jóvenes logró sobrevivir al derrumbe y salió herido de allí para pedir auxilio.
En el lugar de los hechos se encontraban tres ambulancias y varios carros de bomberos con perros para la búsqueda de las víctimas, aunque se estima que es muy poco probable que se encuentren con vida.
El antiguo Hotel Europa colindaba con el Casino Español de esa ciudad de Cuba y fue objeto durante años del “canibalismo”, práctica común en la isla que consiste en desmantelar construcciones abandonadas para utilizarlas en el sector residencial.
Por tomarle fotografías al derrumbe varios opositores de esa localidad resultaron arrestados con violencia por agentes de la policía en tanto una de ellos tuvo que ser trasladada a una institución sanitaria al desmayarse por los golpes que le propinaron.

Otro derrumbe ocurrió el pasado jueves en La Habana.
 Calzada  Diez de Octubre entre  Pocito y Luz (imagen tomada de internet)

Tres heridos de gravedad al desplomarse un balcón en La Habana



LA HABANA, Cuba, 19 abril (Carlos Ríos Otero, www.cubanet.org)- Tres personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, cuando un balcón de un edificio en la barriada capitalina de Santos Suárez, se desprendió  y cayó sobre un automóvil de alquiler.
El accidente ocurrió en la noche del pasado 17 de abril cuando un Buick de 1949, con placa HHB-947, se detuvo frente al edificio número 4 de la calle Luz y la esquina de la Calzada de Diez de Octubre para dejar a un pasajero. El balcón se vino abajo cuando el cliente estaba abonando el viaje, quien resultó ser el herido más grave en la tragedia.  Otros dos pasajeros que iban en la parte trasera del auto también fueron lesionados de gravedad, así como el conductor, que sufrió serias contusiones.
El pasado 3 de abril otro balcón se vino abajo a medianoche  en Rayo y Neptuno, Centro Habana,  sin provocar daños humanos.  Recientemente, en Manrique y Concordia, también en Centro Habana,  se desprendió una cornisa.
En la “temporada seca” (de diciembre a abril) las paredes de carga y columnas de varios edificios se han resquebrajado en los vetustos edificios habaneros, lo que sumado al mal estado de muchas viviendas, preocupa a arquitectos e ingenieros civiles, ya que de ser este un verano lluvioso,  el Gobierno pudiera verse obligado a decretar un estado de emergencia  por la cantidad de edificios que colapsarán.
En meses recientes varios edificios se han desplomado en la capital. El derrumbe de un inmueble ubicado en Infanta y Zanja, en Centro Habana, cobró dos vidas. Otro,  en el clausurado cine-teatro Campoamor causó un muerto.
cubano2000cisd@yahoo.es

Habanece

Más que una historia, una amarga realidad.


"Habanece" es una historia que nos muestra la realidad de un país, la aventura de sobrevivir día a día. Ambientada en un entorno marginal "El barrio de Colón", en La Habana, la ciudad nos habla de los sentimientos de sus habitantes, de sus problemas, de sus vivencias... de humanidad al fin y al cabo. Una Cuba distinta a ritmo de thriller., Carlos, joven español estudiante de cine viaja rumbo a La Habana a reencontrarse con Javier, su hermano mayor, que promete producirle un viejo y anhelado sueño. La realización de un documental sobre la religión afrocubana que había dejado inconcluso su padre en los años de la revolución, cuando la santería estaba prohibida. Sin embargo Carlos se adentrará poco a poco en esa Habana secreta, donde el negocio de la droga, la prostitución, las apuestas, peleas de perros y hasta el juego de la propia moral y dignidad humana conforman el durísimo pero real camino hacia la supervivencia. El día a día de miles de cubanos que sobreviven en una jungla de cemento que se derrumba con el paso del tiempo. Una Habana brutal que no se deja ver fácilmente pero que vive y se alimenta de todos estos seres que viven en sus entrañas.
http://www.youtube.com/user/cinematecacuba?

viernes, 20 de abril de 2012

Declaraciones de Oswaldo Payá


"Solo  en el contexto de la cultura del miedo y de represión  con que el régimen silencia al pueblo, se puede desarrollar  la penosa maniobra en la en que se combinan algunos que toman posición política desde la Iglesia,  otros desde sus vitrinas intelectuales y mediáticas,  otros desde sus intereses económicos y otros desmarcándose de la Diáspora,  para  con su participación  contribuir al cambio fraude que es el proyecto del gobierno expresado en la frase que dice “cambios para más socialismo”.

  Basta de engaños, ahora la libertad.
Por Oswaldo Payá
El gobierno del régimen militar  ha negado a los cubanos el derecho universal de la libertad de viajar durante más de medio siglo y aun le sigue negando ese derecho sin perspectivas transparentes de cambios. Ha desgarrado con la mayor crueldad a millones de familias cubanas y aun lo sigue haciendo.
Voceros del gobierno desde hace meses especulan sobre posibles cambios migratorios y algunos como el Señor Ricardo Alarcón Presidente de la Asamblea Nacional, justifica el estado de cárcel en que mantienen, a Cuba diciendo que no pueden perder el “capital humano”. Esa expresión, propia de esclavistas,  refleja la concepción de los que tienen el poder en Cuba  sobre los seres humanos,  a los que consideran su capital, su propiedad y no les tratan como personas con dignidad y derechos.  Para el régimen los habitantes de Cuba son siervos  y no ciudadanos.
¿Si es verdad que el Gobierno realizará cambios migratorios, porque no informa al pueblo de  que cambios hará y cuando? Desprecian tanto al pueblo que no le respetan ni su derecho a saber. ¿O es que los cambios que se proponen no son los derechos que demandamos en el Proyecto Heredia?
El Proyecto Heredia o Ley de Reencuentro Nacional y por el fin de la discriminación contra los cubanos en Cuba, es una propuesta ciudadana apoyada en la Constitución para que de una vez y de manera legal, inequívoca y transparente se garantice:
-          El derecho a entrar libremente a Cuba y a salir libremente de Cuba para todos los cubanossean o no profesionales  o técnicos, sin permiso de salida o de entrada, por el tiempo que la persona decida, sin impuestos, ni confiscaciones, ni despojos  de propiedades,  sin pagar cada mes que vivan en el extranjero un rescate al gobierno, pagando todos los tramites en moneda nacional y eliminando para siempre ese castigo de salida definitiva que es del destierro que se impone a los cubanos que deciden vivir fuera de Cuba.  Fin de las humillantes cartas de liberación como condición para viajar a los médicos y otros profesionales.
-                     La restitución de todos los derechos ciudadanos  a los cubanos de la diáspora y a sus hijos como cubanos plenos que son, sin exclusiones y el fin de todas las restricciones y los requisitos de obtener permisos, de manera que los cubanos que viven fuera de Cuba puedan entrar a su país cuando quieran y por el tiempo que quieran y vivir en su patria si lo deciden.
-                     Fin de las humillaciones,  deportaciones internas y maltratos contra los cubanos que en nuestro propio país, huyendo de la pobreza y de la falta de oportunidades, se trasladan de unas a otras provincias.
-                     Fin de todas las desigualdades y limitaciones de acceso a cargos  y de exclusiones  por motivos políticos e ideológicos y de otras privaciones como es el derecho a Internet.
El régimen persigue con todas su fuerzas represivas a los activistas que colectan firmas para el Proyecto Heredia, mientras habla de posibles reformas migratorias.  Algunos le hacen coro facilitando el engaño contra el pueblo. Estos acompañan al régimen en esta especulación despótica  mediante declaraciones, publicaciones, conferencias y la propagación de doctrinas en las que piden el voto de confianza para el gobierno de Raúl Castro y no los derechos, el voto y la confianza para el pueblo.
La Conferencia “ Un Dialogo Entre Cubanos” que comienza hoy en la Casa Sacerdotal de la Habana, es organizada y dirigida por los que en Cuba, no sólo desprecian la oposición pacífica, sino que niegan su existencia, expresamente, en sus publicaciones y avanzan cada vez más en el túnel del alineamiento con las mentiras del régimen y con el proyecto de continuidad del totalitarismo, en el que están encaprichados los privilegiados del poder. Así están alentando a la oligarquía a seguir negando los derechos a los cubanos. De esta manera,  estos que gozan del privilegio de tener voz y espacios protegidos, conspiran contra la verdadera reconciliación y la paz que sólo puede lograrse si se respetan todos los derechos de todos los cubanos, su libertad de expresión y asociación y se celebran elecciones libres. Esos derechos los seguiremos reclamando aun cuando estemos solos frente a estas maniobras y conspiraciones contra la soberanía popular.
Estos “organizadores” hablan con los  conceptos de “las perspectivas de la relación entre emigrados cubanos y su país de origen, teniendo como referencia el proceso de reformas o actualizaciones económicas que se iniciaba en Cuba”. Denunciamos que esos son las mismos términos que  emplea el régimen para negar la condición plena de cubanos a los que han salido de nuestra Patria en busca de la libertad que no existe en Cuba y a los que el propio régimen mantiene en condición de desterrados como lo hace con los que actualmente salen con la categoría impuesta de salida definitiva. Esa categoría de “salida definitiva” se emplea inclusive en la última Ley de la Vivienda, emitida hace sólo unos meses. ¿Cuál es la perspectiva entonces?
El Movimiento Cristiano Liberación en una declaración emitida el 30 de Marzo pasado afirma:  La Diáspora es Diáspora porque son cubanos desterrados  a los que el régimen les niega los derechos como se los niega a todos los cubanos. No es en ese marco de opresión, sin derechos, ni transparencia en el que tiene que insertarse la Diáspora, eso sería ser parte del cambio fraude.(1)
Solo  en el contexto de la cultura del miedo y de represión  con que el régimen silencia al pueblo, se puede desarrollar  la penosa maniobra en la en que se combinan algunos que toman posición política desde la Iglesia,  otros desde sus vitrinas intelectuales y mediáticas,  otros desde sus intereses económicos y otros desmarcándose de la Diáspora,  para  con su participación  contribuir al cambio fraude que es el proyecto del gobierno expresado en la frase que dice “cambios para más socialismo”. Aunque el totalitarismo se ha sostenido por más de cincuenta años, no ha sometido el corazón de los cubanos, ni puede fabricarse un pueblo a la medida de un régimen sin libertad, ni una iglesia y una diáspora en función de su poder.  Basta ya de despotismo,   de doctrinas,  de conferencias excluyentes y condicionadas, de jugadas de distracción  y maniobras para justificar y consolidar el cambio fraude, que es el cambio sin derechos, que deja a la mayoría de los pobres más pobres y a todos los cubanos sin libertad. Los cubanos de la Diáspora y los que vivimos dentro de Cuba, somos un solo pueblo, víctimas del mismo régimen opresivo y tenemos la misma esperanza y el mismo reclamo de libertad.
TODOS CUBANOS TODOS HERMANOS Y AHORA LA LIBERTAD
Movimiento Cristiano Liberación
La Habana, 19 de Abril de 2012

(1) Ver. NO  AL  CAMBIO FRAUDE , SI A LA LIBERACI.ON Habana, 30 de Marzo de 2012.             www.oswaldopaya.org


miércoles, 18 de abril de 2012

Canciller español no irá a Cuba sino puede reunirse con los opositores.

MADRID, España, 18 de abril (Agencias, www.cubanet.org) – El  ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, aseguró que no visitará Cuba si el régimen castrista no le permite reunirse con grupos de la disidencia como las Damas de Blanco.
García-Margallo trasladó el mensaje al Gobierno cubano en su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, la Cámara Alta del Parlamento español, ante la que expuso las líneas generales de su política en relación con América Latina, según reportó la agencia Efe.
“Yo no iría a Cuba nunca si no puedo ver al Gobierno y a la oposición”, subrayó.
El ministro español lamentó que el régimen comunista de la isla le impida ver a las Damas de Blanco, que fueron reconocidas en 2005 con el Premio Sajarov del Parlamento Europeo por su labor en defensa de los derechos humanos.
“Mi agenda es ver a las Damas de Blanco. (Si) Eso no puede ser, pues entonces no hay visita”, resumió García-Margallo.
Según Efe, el ministro insistió en que el Gobierno español no pretende modificar la Posición Común europea hacia Cuba mientras “no cambien las circunstancias” en la isla y el régimen dé pasos en favor de la democracia y el respeto de las libertades.
La Posición Común de la Unión Europea hacia Cuba fue adoptada en 1996 con el objetivo de promover la democracia y el respeto a los derechos humanos en la isla. El gobierno castrista la rechaza por considerarla una injerencia.
García-Margallo subrayó que no quiere para la isla nada distinto de lo que siempre quiso para España, tras recordar que él se opuso al franquismo. “No me gustan las dictaduras de ningún signo”.
Al referirse a la situación de los expresos políticos cubanos acogidos en España desde julio de 2010, García-Margallo lamentó que la aportación económica que se les ha venido dando haya caducado.
“La ayuda no puede ser eterna”, indicó, al considerar que podría haber un “agravio comparativo” con los españoles que están en paro.
No obstante, aseguró que el interés del Gobierno es investigar “caso por caso” para ver quiénes de los ex prisioneros políticos cubanos excarcelados “requiere de verdad ayuda” y facilitares la homologación de sus títulos profesionales, así como la búsqueda de un empleo.

martes, 17 de abril de 2012

Juan Manuel Santos: un enorme peligro para Colombia



Desde hace tiempo hemos venido observando, muchas veces con sorpresa,
como ha llevado Juan Manuel Santos su responsabilidad al frente de
Colombia. Y nos invade enorme preocupación por el futuro de la hermana
nación, objetivo primordial, desde siempre, del ambicioso proyecto
castrista de conformar una narcopotencia continental que abastecería
con drogas la creciente demanda de todos los países democráticos
corrompiéndolos y destruyéndolos desde adentro.
Teníamos grandes esperanzas en la continuación, por parte de Juan
Manuel Santos, del destacado trabajo que al frente de su nación
desarrolló el Presidente Alvaro Uribe Vélez, porque, si bien hubo
algún que otro aspecto donde no todo fue excelente, es bien cierto
que, en términos generales, Colombia y la Democracia tienen mucho que
agradecerle a Alvaro Uribe Vélez.
Y Juan Manuel Santos, el ministro de defensa de Uribe, el hombre que
por estar precisamente en ese cargo debe estar informado por los
departamentos de inteligencia de todas las argucias del castrismo y
del castrochavismo, ha ido dando pasos cada vez mas peligrosos,
permitiendo la sutil entrada a los enemigos de Colombia y la
Democracia.
En el discurso de inauguración de la VI Cumbre de las Américas en
Cartagena, Santos ha dicho:
"Es inaceptable que Cuba no esté presente en la próxima Cumbre de las Américas".
Debo ir treinta años atrás y referirme a Venezuela con la intención de
alertar el peligroso futuro que veo para Colombia.
A fines de la década de los setenta, ya Castro sabía que la Unión
Soviética no sobreviviría el siglo XX y comenzó un proyecto de
inteligencia y penetración para conquistar a Venezuela.
Asi se funda, en 1982, el movimiento bolivariano dentro de las fuerzas
armadas venezolanas y se va desarrollando un intecambio cultural con
frecuentes visitas a Venezuela de artistas cubanos, asi como
"cooperación" entre los servicios de inteligencia venezolanos y
cubanos para combatir al narcotráfico.
Hay algo, sobre Venezuela, que no puedo obviar en este artículo:
Hace pocas semanas leí un articulo del Embajador Armando Valladares (
hombre a quien admiro y respeto por su vida dedicada a Cuba), donde
exponía los esfuerzos para condenar a Castro en Ginebra por las
violaciones a los Derechos Humanos y como Carlos Andrés Pérez hizo
todo lo que pudo por, y logró, impedir esa condena.
¿Por que sucedió esto?
Al precipitarse los acontecimientos en la Unión Soviética, los
gobiernos de Venezuela y México estiman que Castro estará pronto "con
el agua al cuello" y ven la ocasión para hacer algo por el esclavizado
pueblo cubano, ya que no se vislumbra que los cubanos puedan derrocar
a Castro ni a corto ni a largo plazo.
Comienzan unas negociaciones no públicas donde le están ofreciedo,
estos gobiernos de paises hermanos, ayuda a Castro, principalmente
con suministro de petróleo a precios bajos por el Pacto de San José, a
cambio de una apertura democrática en la isla esclava.
Castro juega sus cartas con intenciones ocultas. Necesita ganar tiempo.
Castro alega (lo de siempre) que Estados Unidos está listo para
apoderarse de Cuba, que una apertura tiene que ser cuidadosa, que el
va a hacer esa apertura, pero que Estados Unidos sigue en su política
"anticubana" y que si "condenan a Cuba en Ginebra" no habrá ningún
tipo de apertura porque no le dará a los yanquis el gusto de
apoderarse de Cuba.
Es por esto que el gobierno venezolano, pensando que Castro está
jugando limpio porque está acabado, impide con su actuación que Castro
sea condenado en Ginebra.
Castro se sale con la suya y, después, busca facilmente otro pretexto
para no hacer la dichosa apertura democrática. Puede haber alegado que
Ronald Reagan dijo que era mentira que en Guantánamo había un perro
que hablaba o que Bush padre se rió de un cuento de Pepito. Cualquier
cosa que sirva a sus fines.
Castro, mientras esto sucedía, estaba ramificandose en el interior de
Venezuela y asi llegó "el Caracazo" y se fueron creando las
condiciones para el "intento" de golpe de estado de Chávez.
Y todos conocemos muy bien el precio que está pagando Venezuela por
estas astucias castristas.
Y esto mismo es lo que está sucediendo actualmente con el gobierno de Colombia.
Juan Manuel Santos está cometiendo los mismos errores que se
cometieron en Venezuela.
Desde el comienzo se hizo receptivo a las cínicas y astutas
declaraciones de Chávez y normalizó las relaciones entre ambos paises.
Lo cual no es malo, porque son dos países hermanos. Pero en este caso
hay una intención perversa oculta por parte de la dirección de uno de
los dos países. Y cada día la penetración ideológica se manifiesta más
fuerte.
Es inconcebible que Juan Manuel Santos, Presidente de la hermana
República de Colombia, consciente de la realidad de su país, que las
guerrillas izquierdistas fueron fundadas, entrenadas, mantenidas y
abastecidas por Castro, que han provocado muchas decenas de miles de
muertos, luto y destrucción a Colombia, reclame para la tiranía
castrista el mismo trato internacional que para los países
verdaderamente democráticos.
Es inconcebible que Juan Manuel Santos reclame el fin del embargo
comercial estadounidense a Castro, cuando todos fuimos testigos
asombrados de un Raúl Castro en Centroamérica exigiendo un embargo
total a la República de Honduras cuando destituyeron, con sustitución
constitucional reglamentaria, al presidente Zelaya. Juan Manuel Santos
no ha podido olvidar esto.
Y ante todo esto, yo me pregunto:
¿Tendrá Santos también una agenda oculta?
¿Estará jugando la carta de ganar apoyo del campo contrario para su
futura reelección?
¿Le estará cogiendo gusto al poder y estará pensando la conveniencia
de convertirse en presidente permanente?
Desde cualquier punto de vista, veo un peligro para Colombia si Santos
continúa en ese rumbo.
Me queda la esperanza de que en Noviembre los Republicanos ganen la
Presidencia de Estados Unidos y cambien muchas cosas.
Un análisis no muy profundo nos enseñará que estos gobiernos títeres
de Castro se comportan mucho mas activos durante gobiernos demócratas
en Estados Unidos.
No por gusto la gran mayoría de los cubanoamericanos damos nuestro
voto a los republicanos.
Una vez más digo: Debemos estar alertas.

A todos, un abrazo patriótico y cubanísimo y mi agradecimiento por leerme.
Simón José Martí Bolívar

domingo, 15 de abril de 2012

Una cumbre de penas y ninguna gloria.


La VI Cumbre de las Américas terminó sin declaración final.

 En una conferencia de prensa final  el presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo que "no hay declaración, precisamente porque no hay consenso"

Huummm...
¿A dónde quiere llegar Juan Manuel Santos con sus guiñitos y sus ridículas defensas del castro comunismo (que no es lo mismo que decir Cuba) y con su cuestionada alianza con Hugo Chávez?.
Ciertamente no entiendo a Santos. ¿Será tan ingenuo políticamente que se está dejando engatusar por la demagogia de los promotores y ejecutores del socialismo del siglo XXI, o es que en el fondo tiene una agenda oculta y también tratará de colar a Colombia en las filas de los discípulos y seguidores de  la mafia de La Habana? ¿Pretenderá seguir la misma ruta de su homólogo  Hugo Chávez para hacer su propia "robolución" y con ella perpetuarse en el poder?
Muchas son las preguntas y no tengo respuestas definitivas, pero desde hace meses tengo mis dudas sobre J.M. Santos ¿Habrá que ponerlo en la línea roja?
Esperanza E Serrano

VI Cumbre de las Américas culmina sin declaración final

CARTAGENA, Colombia (AP) — La VI Cumbre de las Américas culminó el domingo sin una declaración final y nubarrones sobre la posibilidad de que todos los países asistan al próximo cónclave.
Funcionarios de la delegación de Estados Unidos dijeron a The Associated Press que no hubo una declaración final.
La próxima cumbre está prevista para 2015 en Panamá, cuyo actual mandatario es Ricardo Martinelli.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que desacuerdos sobre temas como una participación de Cuba en este tipo de cumbres y el reclamo de Argentina al Reino Unido por las islas Malvinas impidieron llegar a un texto de consenso.
En una conferencia de prensa final y que aún se desarrollaba el presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo que "no hay declaración, precisamente porque no hay consenso" sobre esos temas.
Agregó que "antes eran unas declaraciones que a nivel técnico se elaboraban, venían los presidentes, les daban su visto bueno y se iban para su casa... Aquí se discutió todo. Eso es un inmenso avance".
El de Cuba "era un tema de esos álgidos, donde nadie iba a pensar que de esta cumbre iba a salir una decisión, pero sí hubo una discusión por primera vez", sostuvo Santos.
"Ojalá dentro de tres años podamos tener a Cuba" en la cita de Panamá, añadió.


http://es-us.noticias.yahoo.com/vi-cumbre-las-amé-ricas-
...

En otra noticia:

..."Juan Manuel Santos ... planteó en su discurso algunos de los temas álgidos de la reunión, entre ellos, la exclusión desde la creación de esta cita de Cuba.
"El aislamiento, la indiferencia han demostrado ya su ineficacia. En el mundo de hoy no se justifica ese anacronismo. Así como sería inaceptable una próxima cumbre con un Haití frustrado, también lo sería con una Cuba ausente", dijo Santos ante 30 de sus homólogos americanos, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
"No podemos ser indiferentes a un proceso de cambio en Cuba. Ese cambio debe continuar. Hay que conseguir consensos mínimos para que esos cambios lleguen a buen puerto, por el bien de su gente", recalcó el presidente colombiano.
La exclusión de Cuba de las cumbres de las Américas es rechazada por los países latinoamericanos y el tema impidió un acuerdo de los cancilleres el viernes sobre la declaración final de la reunión de Cartagena.
...
Santos puso como ejemplo de apertura la reconciliación lograda con Venezuela al inicio de su mandato.
"Vinimos a esta cumbre a transformar la realidad', dijo el presidente Juan Manuel Santos. Y para lograrlo, pidió "tender puentes políticos" como los que permitieron restablecer las relaciones entre Colombia y Venezuela, que quedaron en crisis al final del gobierno anterior.
“Aquí todos somos iguales”
El mandatario colombiano y anfitrión de esta Cumbre de las Américas llamó a olvidar el “viejo estereotipo” entre los países del Norte y del Sur.
“Aquí todos somos iguales (…) debemos aprovechar esta Cumbre para que este sea el momento de las Américas, para que surja como una región con consensos fundamentales para la prosperidad y bienestar de nuestras gentes”, insistió ante la audiencia en la que se encontraba el mandatario estadounidense, Barack Obama, entre otros.
“En América hemos transitado de ser una región problema, atormentada por las crisis económicas y las dictaduras a convertirnos en una fuente de respuestas y de soluciones a los desafíos presentes”, agregó.


 http://www.espanol.rfi.fr/americas/20120414-santos-otra-cumbre-sin-cuba-seria-inaceptable

Nota:
Para Juan Manuel Santos en Cuba no hay una dictadura, pero tampoco acepta que el gobierno castrista es una tiranía basada en un gobierno autoritarista, excluyente, totalitarista de estilo stalinista, salpicada con algunas artimañas copiadas de la actual  China comunista-capilatista de estado.
E.E.S.

martes, 10 de abril de 2012

No todo está perdido... En Cuba todavía hay hombres con decoro.

Asi lo creo después de leer el siguiente reportaje:
El decoro de  muchos hombres
 Por Aleaga Pesant


LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org -La frase es de José Martí: Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Me vino a la mente cuando veía una y otra vez, hasta el cansancio, las imágenes del camillero de la Cruz Roja que agredía con furia animal a un disidente que era arrestado por la policía de civil, por gritar “abajo el comunismo”, durante la misa papal en Santiago de Cuba.
Este acto barbárico, registrado en audio y video por las televisoras extranjeras presentes en la ciudad, le dio la vuelta al mundo y se recordará con vergüenza por los cubanos.  Pero el triste e indignante espectáculo sirvió también para despejar dudas y marcar  la  visita del Papa con la esencia represiva del régimen, que muchos trataban de obviar y encubrir, como una realidad incómoda, entre cánticos religiosos y llamados al “perdón, el amor y la reconciliación”.
Sin embargo hay algo en el infame video que la mayoría de la gente pasó por alto.  Se trata del hombre pelado al rape, con  pulóver blanco que se abalanza sobre el camillero agresor que, en medio de la euforia, ataca nuevamente al valiente indefenso con la misma camilla de madera y hierro.  El desconocido del pulóver blanco abraca  al de la Cruz Roja y lo saca, y sin detenerse, se enfrenta a un esbirro vestido de civil, con pulóver de rayas negras y blancas, que no identifica al recién llegado.
Diez días después de los sucesos, cuando pude finalmente ver el video del incidente, que el mundo vio en tiempo real pero la dictadura mantiene censurado para los cubanos, me llamó la atención el enfrentamiento entre los dos hombres. Supuse que ambos – el del pulóver blanco y el del de rayas-  eran de la policía y que, en medio de la confusión del momento, se había producido una descoordinación entre los agentes.  Pero al mirar más detenidamente ese momento identifiqué al hombre que sacó del juego al camillero.
Guillermo Espinosa,( Foto de la izquierda) un demócrata de amplio historial, en su natal Santiago, y que estuvo en prisión domiciliaria durante tres años pos sus actividades pro democráticas, fue el hombre que se lanzó sobre el de la Cruz Roja.  Lo localicé por teléfono, gracias a la cortesía del Roberto de Jesús Guerra, director de Hablemos Press, en La Habana, y el abogado Ernesto Vera, en Santiago de Cuba.  Estaba en su casa, a un constado de la carretera vieja del Cobre.
Según narra Guillermo, estaba cerca del lugar y cuando vio lo que ocurría con Carrión trató de auxiliarlo. Sin pensarlo se abalanzó sobre él camillero y lo tiró a un lado. Inmediatamente después fue identificado por la policía política, que lo detuvo durante veinticuatro horas en la estación de policía conocida como Micro 9, bajo los  cargos de “desacato a la autoridad”.
Guillermo Espinosa (De izq. a Der.: con camisa blanca y bolso negro).
Guillermo Espinosa (De izq. a Der.: con camisa blanca y bolso negro).
Durante la conversación comprendí que Guillermo no sabía hasta ese momento que el incidente se conocía en todo el mundo y  él aparecía agarrando al camillero y enfrentándose al policía vestido con el pulóver negro de rayas.
-¿Por qué entraste en la bronca  y después no hiciste la denuncia de tu detención?, le pregunté.
-¿Qué denuncia iba a hacer?  Defender a ese hombre de los abusadores era lo que tenía que hacer, y lo hice.
-¿Estabas en combinación con Carrión?
-No, yo no sabía lo que él iba a hacer.  Entre a defenderlo por solidaridad, nagüe.
Al terminar la conversación, llame al Presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, y le pregunté si se conocía la participación de Guillermo Espinosa en incidente y su posterior detención.
La respuesta de Elizardo me confirmó que Guillermo era uno de esos héroes anónimos, uno de los que llevan en sí el decoro de otros muchos hombres sin decoro.
aleagapesant@yahoo.es
Secuencia de fotos extraídas por Cubanet del video donde se observa a Guillermo defendiendo al disidente
Secuencia de fotos extraídas por Cubanet del video donde se observa a Guillermo defendiendo al disidente (Pulse en la foto para ampliar).




sábado, 7 de abril de 2012

¿Saludó o no saludó? ¿a quien creerle?


Para mí sus palabras son elocuentes.
No es el saludo lo que marca su posición ante la tiranía, sino su verbo.
En la TV cubana el Mar 23, 2012 donde le habla al pueblo cubano sobre la visita del papa Benedicto XVI.

Video donde le da la Bienvenida al papa el
Arzobispo de Santiago agradece visita de Benedicto XVI

jueves, 5 de abril de 2012

"Esfumaron al héroe del Coliseo". Campaña de protesta y nuevo encuentro.

"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.(Artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos) "Por: Efrén Fernández/ MCL

193831_143528052381895_100001741046735_297731_431995_oEn Cuba desde hace más de cinco décadas, la Dictadura de los hermanos Castro priva al pueblo cubano del derecho a expresarse libremente, así como el ejercicio de otros derechos fundamentales.

El día 26 de marzo en la plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba, momentos antes de comenzar la misa del Papa Benedicto XVI, un señor grito “Abajo el Comunismo”, por lo que fue detenido y golpeado brutalmente por esbirros de la dictadura de los hermanos Castro. La incertidumbre generada por no saberse la identidad de este valiente cubano, duro algo más de tres días, hasta conocer que su nombre es Andrés Carrión Álvarez, y que lo tienen detenido en el aborrecido centro de interrogatorios de Versalles, en la misma provincia.
En un vídeo, donde entrevistan posteriormente a la abuela y a un primo de Andrés Carrión Álvarez, se percibe el pánico que ambos tienen a las represalias de la Seguridad del Estado, que sin lugar a dudas ya los había intimidado.
Días después de este suceso, la Cadena Al-Jazeera dio a conocer un vídeo realizado durante la misa que efectuó el Papa Benedicto XVI en la Plaza de la Revolución, de la capital del país, donde se contempla como agentes (vestidos de civil) de los cuerpos represivos del régimen detenían a otro valeroso cubano que manifestó su desacuerdo con la dictadura. En estas imágenes se observa como un miembro de la policía política, trata de tapar con su mano el lente de la cámara de Al-Jazeera, para que el mundo no conociera la crueldad de la opresión. Hasta el día de hoy, no se ha podido identificar a este hombre, ya que en las imágenes no se ve su rostro.
La integridad física de estos dos cubanos corre un grave peligro, fundamentalmente el segundo caso donde no se ha podido reconocer su identidad.
Casos similares al de estos heroicos señores sucedieron años atrás en Cuba, pero el hermetismo y el terror existente en ese periodo, no posibilito identificar a esos héroes anónimos.
Hace alrededor de cuatro años, cuando me tenían encarcelado injustamente en la prisión de Guanajay, en la otrora Provincia Habana, un preso común nombrado Félix Valdivia Álvarez, que padece trastornos psíquicos y había estado más de treinta años en cautiverio por haber cometido en distintas fechas dos asesinatos, me relato que hacía muchos años cuando lo tenían internado en la terrorífica e inhumana sala Carbó Seviá, del hospital Psiquiátrico de La Habana, conoció allí a un hombre que había gritado “Abajo Fidel”, en el Coliseo de la Ciudad Deportiva de La Habana, durante un evento de boxeo.
Según Valdivia cuando la Seguridad del Estado ingreso en esa sala al anónimo Héroe del Coliseo, este tenía muchos hematomas en su cuerpo, causados por las golpizas que había recibido en el detestado centro de interrogatorios conocido por Villa Marista. También me contó que el Héroe del Coliseo era un hombre normal, pero que en unos días dejo de serlo, por las continuas sesiones de electroshock (electro-choque) que le dieron. Valdivia se lamentaba de que habían convertido al Héroe del Coliseo en un zombie, que se babeaba y repetía a media voz: ¡Eh, Eh, Eh…!, y que en pocos días había adelgazado tanto que su estado era cadavérico.
Félix Valdivia me refirió que después lo trasladaron a él para una prisión y más nunca supo del Héroe del Coliseo.
Teniendo en cuenta los antecedentes diabólicos y criminales del régimen de los hermanos Castro, URGE conocer la identidad del cubano que grito en la Plaza de la Revolución de La Habana, URGE alzar nuestras voces para exigir la libertad inmediata de todos los que están detenidos o encarcelados por pensar, opinar o expresarse de una manera diferente a los dictámenes de la Junta Militar que dictatorialmente desgobierna en Cuba; URGE continuar reclamando la realización del referendo del Proyecto Varela, donde más de 25 000 ciudadanos cubanos en una de las cinco peticiones propuestas, solicitan el derecho a la libre expresión, para que las personas, individualmente o en grupos, puedan manifestarse y expresar sus ideas, creencias y opiniones.
El derecho a la libertad de expresión y todos los derechos humanos existen antes de que nadie los formulara, y deben ser garantizados y respetados para que prime la dignidad humana, se reconozca la diversidad de opiniones presentes en la sociedad, se ejerzan las libertades democráticas, y exista verdaderamente la soberanía popular y se fragüen las bases de la Independencia Nacional.

Tomado de;
http://www.oswaldopaya.org/es 

 Campaña de Protesta y nuevo encuentro

cartel


La visita de Benedicto XVI demostró el temor desmesurado del gobierno cubano ante el crecimiento acelerado de la sociedad civil y de los nuevos actores políticos dentro de la isla. La ola de arrestos y encarcelamientos puso de manifiesto, el recrudecimiento de la represión y la determinación de ejercer el más férreo control mediante el uso de la fuerza frente a cualquier escenario que ellos consideren una amenaza a su status de permanencia.
Actores y activistas sociales tenemos el deber de mostrar la realidad de indefensión que enfrenta cualquier ciudadano cubano, cuando decide reclamar o ejercer de forma abierta sus derechos más elementales.
El futuro de Cuba lo estamos discutiendo hoy. El apoyo y respaldo a la campaña de protesta iniciada hace unos días es imprescindible, el gobierno cubano debe saber que no puede actuar con total impunidad. La comunidad internacional debe pronunciarse y condenar estas acciones represivas, esto representará un gran apoyo para la sociedad civil cubana y un llamado al cese de acciones violatorias.
Estado de SATS, como parte de esta campaña de protesta, anuncia un nuevo encuentro el próximo sábado 7 de abril a las 10:30 am para denunciar y mostrar su solidaridad con todos aquellos que sufrieron acciones represivas durante la ya tristemente conocida operación “Voto de Silencio”.
Equipo Organizador de Estado de SATS

miércoles, 4 de abril de 2012

Alfredo J. Sadulé, escolta y ayudante personal habla de Fulgencio Batista

Capitán Alfredo J. Sadulé, 1958.


"De la biblioteca de Kuquine al exilio de Batista en Santo Domingo, Alfredo J. Sadulé es un testigo excepcional."

"Vamos a ajustarnos a un código de honor", me avisó desde Miami en su primer mensaje. "Siempre le diré la verdad de lo que vi y oí, pero habrá cosas que sé y que por discreción profesional no le diré".

Nacido en El Cerro, en La Habana, el 18 de abril de 1932, Alfredo J. Sadulé pasó casi toda su niñez cerca del campamento militar de Columbia, donde su padre era soldado. La familia vivía modestamente, con los 19 pesos mensuales del sueldo paterno. En casa de una de sus abuelas había un radio donde escuchaban las noticias de la guerra en Europa y las tías oían las radionovelas, que hacían furor.
Siendo un adolescente (a los 14 años tenía la estatura de un adulto), comenzó a trabajar en las mañanas como mecanógrafo en la oficina política de Panchín Batista, alcalde de Marianao y hermano menor de Fulgencio Batista, y dedicaba las tardes a estudiar en la Nobel Academy. Tres veces a la semana asistía, por las noches, a la Escuela Marrero, del Paradero de la Playa, para alcanzar el ingreso en la Escuela de Cadetes. Y, en lugar de conocer a los peloteros locales o de las Grandes Ligas, como cualquier otro joven de su edad, lo entusiasmaban las historias de la Segunda Guerra Mundial. Patton y Rommel eran sus ídolos.
Pasó de la oficina de Panchín Batista a la Cámara Municipal de Marianao, también como mecanógrafo. Fulgencio Batista se encontraba, por esas fechas, exiliado en Daytona Beach.

Su padre había trabajado con Fulgencio Batista en los años 30. ¿Qué le contaba?
Mi padre había comenzado a trabajar con él en 1934. Me contó que una noche estaba de guardia en una de las postas del campamento de Columbia y le dieron la orden de que por allí no pasara nadie después de las once. Batista, que era jefe del Ejército, llegó con su séquito a la una y mi padre, soldado de 27 años, le dio el alto. El jefe de los ayudantes, capitán Ángel Alonso Elliot, un hombre muy enérgico y duro, increpó al soldadito, pero Batista aceptó la orden y dieron la vuelta al campamento.
Al día siguiente, mi padre recibió orden de presentarse en la residencia del jefe del Ejército con todas sus pertenencias, y él se presentó con su baúl y armamento, creyendo lo iban a licenciar. Lejos de eso, en una sencilla ceremonia, lo ascendieron a cabo, y lo hicieron jefe de la guardia de la residencia, como premio a su celo. Mi padre terminó siendo el jefe de escolta del Presidente.
Pasaba largas horas de guardia, y me contó que, una vez ascendido a coronel, Batista se reunía con el Dr. Juan J. Remos, y pasaba horas hablando de temas políticos con Yoyo García Montes, Jorge Mañach, Carlos Saladrigas, el Ing. López Castro. Así adquirió una formación digna de un estadista.
¿Cuándo lo vio usted por primera vez?
En 1948, el 20 de noviembre. Ese día regresó del exilio que le impusiera el Dr. Ramón Grau San Martín, y todos sus amigos, los ex alumnos del Instituto Cívico Militar, que estaban muy activos, fueron a recibirlo y me llevaron con ellos. Pero yo no me acerqué al avión. Se abrió la puerta y, ante la demora de la escalerilla, él se lanzó sobre el grupo, bastante grande, que lo vitoreaba. Y declaró: "Si no me tiro, me tiran".
¿Cuándo empezó a trabajar a sus órdenes?
Al otro día de su regreso del exilio, el 21 de febrero de 1949. Mi padre, civil ya, era su chofer personal y le hizo una solicitud de trabajo para mí. Yo tenía 15 años y comencé a trabajar en la biblioteca de Kuquine, su casa de campo.
Una vez me tocó acompañarlo como escolta. Además de la escolta privada, compuesta por hombres que pertenecieron a las Fuerzas Armadas, el presidente Prío le había asignado dos sargentos, cada uno con una ametralladora Thompson. Adonde quiera que iba Batista, los escoltas se bajaban con las ametralladoras en unos maletines de cuero.
Eran dos carros y, contando los choferes, 10 hombres en total. El jefe de la escolta era su cuñado, Roberto Fernández Miranda, un gran tirador que participaba en campeonatos de tiro de defensa mexicana, tanto en Cuba como en el extranjero. Batista salió una vez antes de la hora prevista, yo estaba en la puerta de salida a la espera de un vehículo que me sacara a la carretera, un escolta no estaba listo, y yo ocupé su lugar, con gran emoción y orgullo, que aún no olvido.
Su ilusión era pertenecer al ejército constitucional cubano.
Cuba era una república joven, y el ejército se nutrió inicialmente de tropas y oficiales del Ejército Libertador y, sorprendentemente, de tropas, clases y oficiales del ejército español. Una de las cualidades que se le reconoce es que era un ejército disciplinado. Sin embargo, a diferencia de otros ejércitos latinoamericanos, las familias cubanas con cierto abolengo nunca vieron en la milicia una carrera de tradición y futuro. Nunca mandaron a sus hijos al ejército. De manera que sus filas se nutrían de jóvenes campesinos o sin carrera.
Otra diferencia importante con el resto de América Latina es que los oficiales cubanos se formaban en Estados Unidos y Panamá, no en escuelas militares europeas. Una vez instaurada la República, el ejército se organiza siguiendo el modelo norteamericano en cuanto a mandos y manuales. Sin embargo, la disciplina era al estilo europeo, con un trato rudo a la tropa, incluyendo rigor físico. Además de, que con tanto quehacer revolucionario, las tropas se hicieron caudillistas, estuvieron envueltas en todos los alzamientos de la época, y los políticos y la gente adinerada las usaban para cometer arbitrariedades contra el pueblo.
Así llega, en 1933, la revolución de los sargentos y, representado el ejército por el sargento taquígrafo Batista, se consiguen mejores prestaciones y mejor trato para la tropa. Se abren oportunidades para los jóvenes bachilleres que se presentaran a las oposiciones de clases (cabos y sargentos) y más tarde a la escuela de oficiales.
Fueron fundadas las Escuelas Cívico Rurales y el Instituto Cívico Militar. Se llamaron a servicio a maestros normalistas y se convirtieron en sargentos, y los sargentos se hicieron maestros, que llevaron la educación al campo. Y en el Instituto Cívico Militar, creado para huérfanos de los miembros de las fuerzas armadas, obreros y campesinos, se les enseñaba un oficio, música y deporte. Pero esto es tema para otra entrevista…
Los oficiales cubanos gozaban en América de un gran prestigio en preparación matemática y militar. Muchos fueron a cursos en Panamá y a las distintas escuelas de especialización en paracaidismo, artillería, infantería y tanques. En esos cursos los cubanos se llevaban los tres primeros lugares. Además, es justo destacar que los pilotos cubanos no necesitaron aviones de entrenamiento de dos plazas, pues desde el primer día de entrenamiento eran verdaderas águilas.
También eran muy buenos los oficiales de la Marina de Guerra, donde se refugiaron algunos muchachos de buenas familias. Tenían el inconveniente de que el equipo no era muy moderno, pero la Escuela de Guardamarinas era una de las mejores del área.
Y existía, además, la Escuela Superior de Guerra, donde se le daba al oficial una formación cívico militar, con estudios de Teoría General del Estado, Derecho Constitucional, Filosofía de la Guerra, Historia y Geografía Universal, en la que intervenían profesores civiles, militares y algunos extranjeros.
Hábleme de la biblioteca de Kuquine.
Batista se divorció de su primera esposa Elisa Godínez en 1944, y se fue a viajar por América Latina, invitado por los distintos gobiernos, acompañado de su nueva esposa, Martha Fernández Miranda. Al regresar a Cuba, fueron a vivir a la finca Kuquine, en Arroyo Arenas. Su otra finca estaba en Ceiba del Agua, de donde el bibliotecario Pedro Pérez Vento sacó la biblioteca completa, más los diplomas, cuadros, trofeos, condecoraciones y un gran etc.
Pérez Vento instaló la biblioteca en el lugar que ocupaba la bolera de la casa. Era una biblioteca de más de 5.000 volúmenes. Los temas que más abundaban eran la política, la historia y la literatura. Había también una colección de diplomas y condecoraciones que le habían entregado en su vida política. Allí estaban los galones de sargento, las estrellas de coronel, el teléfono de oro que le regalaran los trabajadores del sector por las leyes con las que los favoreció, cuadros y trofeos. La biblioteca era el lugar donde recibía a sus visitas, periodistas, políticos, amigos, familiares, militares retirados...
Yo estaba a las órdenes del bibliotecario, a cargo del archivo de la correspondencia y de pegar los recortes de prensa en álbumes. Batista leía todos los periódicos y le hacíamos diariamente una síntesis del noticiero de Pardo Llada. No importa la hora a la que se acostara, pedía siempre el reporte del radio. Le hablo de los años 49 al 52. En esa época él estaba en la oposición y regularmente lo entrevistaban periodistas locales, Luis Ortega, Rafael Esténger, Edmund Chester, Benjamín de la Vega, Oscar Ramírez. Escribía semanalmente un artículo en Prensa Libre, y un chofer de Kuquine lo repartía por todos los periódicos y estaciones de radio.
¿Qué recuerdos tiene del Batista lector?
El Presidente marcaba y anotaba profusamente las páginas de los libros que leía.
Llevaba siempre en un bolsillo 5 mochitos de lápiz con los que escribía continuamente. En el coche, en la oficina, en su casa.
Era costumbre que en sus cumpleaños todos los amigos y familiares le regalaran libros, pues no era un hombre de perfumes y corbatas. Amigos y familiares llamaban al bibliotecario para consultarle esos regalos. Recuerdo que el coronel Ugalde Carrillo llamó en alguna ocasión para preguntar si el Presidente tenía la enciclopedia taurina de Cossío.
Un 16 de enero, que era su cumpleaños, mi padre y yo decidimos regalarle un libro que costaba tres pesos, La expedición de la Kon-Tiki. El Presidente se personó en la biblioteca y comenzó a revisar los libros que le habían obsequiado, algunos de arte, carísimos. Dijo: "Me voy a llevar un libro para leer esta noche. A ver qué tonto me lo regaló…". Y cogió el que estaba dedicado por los Sadulé, o sea mi padre y yo. Se apenó por sus palabras, y se llevó el libro a su dormitorio.
Tengo este otro recuerdo, de cuando ya era ayudante presidencial: al recoger en la embajada argentina al embajador de ese país, éste se pasó el viaje hasta Palacio haciéndome preguntas indiscretas. Que si había elecciones, que si había Congreso, considerando a Batista como un presidente cuartelario, al estilo sudamericano de los años 20. Así que cuando llegamos a Palacio, mientras el Introductor de Ministros hacía la presentación y el embajador argentino entregaba las cartas credenciales, aproveché y le dije al Presidente: "Éste se cree que usted es un militar de opereta".
Después de la ceremonia venía un brindis con champán, sentados en butacas de terciopelo. (Durante el primer gobierno de Batista se hacía de chaquet, y se escuchaban los himnos en la terraza norte de Palacio a las doce del día. Batista lo cambió a las 4 pm y en traje de calle.) Y, antes de brindar, Batista le dio una clase maestra de política al embajador, comenzando en los griegos y terminando en el último presidente argentino.
Aquel hombre enloqueció. Más aún cuando el Presidente pidió que lo llevaran a conocer su biblioteca. Así se hizo, y cada vez que tomaba un libro, de política o del tema que fuera, encontraba en los márgenes anotaciones de su puño y letra.
Yo conocí a un Batista austero y de pocos gustos exquisitos. Aunque me dicen amigos que en España, en su último exilio, gustaba de la buena mesa. Sus gastos, mientras estuve cerca de él, eran en libros, costumbre que mantuvo en Europa. Allá su cuñado, el general Roberto Fernández Miranda, lo acompañaba a las bibliotecas. Y supe por su cuñado que estudió portugués y visitaba con vehemencia los museos europeos, especialmente los de pintura clásica.
¿Fue en sus primeros días en la biblioteca de Kuquine que cruzó palabras con él?
Sí. Batista no me conocía, y le resulté chistoso, pues era muy alto y delgado, pero a la vez ágil, y me movía bien entre los canales de la bolera, que no se habían quitado. Al verme caminar rápido, dijo: "Uy, pareces un lagartijo...", y no recuerdo por qué me habló de la muerte de Antonio Guiteras, de la que él no había tenido culpa.
Siempre me llamó la atención su manera de vestir. No tenía una arruga en la ropa, ni sudor ni olor. Era muy elegante y exigente en el vestir, blanco, gris, trajes a la medida, camisas blancas y corbatas discretas. Era muy cubano en el comer, y se mantenía en buen peso tirando y recogiendo una pelota de béisbol que en su día le regaló el pelotero cubano Pedro Formental. En el fumar y beber era muy discreto, y no era extravagante en sus gustos. Al contrario, usaba marcas conocidas y baratas.

Fulgencio Batista y su familia. Años 50. (SECRETOS DE CUBA)

Era un padre extraordinario, pues aceptaba las quejas llorosas de sus hijos pequeños que regresaban de la escuela, donde sus compañeritos le decían que su padre era un asesino… Y, aunque tenían un maestro que los ayudaba en las tareas, el Presidente tenía el tiempo, las ganas y la paciencia de sentarse a conversar con sus hijos y explicarles lo que no entendían de la escuela.
En Cuba todas las clases sociales tenían su club. Al presidente Batista se le prohibió, en su primer gobierno, ser socio del Habana Yacht Club. (Al senador Alfredo Hornedo, también le negaron el acceso a ese club y se vió obligado a fundar el Casino Hornedo.) Sin embargo, tanto de coronel como de presidente, Batista supo pasear su figura por todos los salones, con una postura varonil y encantadora. Sabía ganarse al público, y principalmente a las damas.
Tres años después de haber iniciado su trabajo en la biblioteca de Kuquine, ocurre el golpe de Estado del 10 de marzo.
El gobierno del Dr. Carlos Prío Socarrás había logrado una de las legislaturas más creativas en la historia cubana, con leyes sociales que protegían a la mujer, al niño, a la familia, a la empresa, a la banca, a las instituciones financieras. Sin embargo, no podía controlar la corrupción en su gobierno, heredada del anterior. Su propio hermano desvió 74 millones de pesos que debían incinerarse, por su mal estado, y los depositó en su cuenta personal en Miami. Prío tampoco controlaba las luchas intestinas a balazos, en la calle, entre los miembros de su partido.
Advertido por personalidades de la política y la cultura, se preocupaba por las amenazas que lanzaban los políticos del Partido Ortodoxo, con su lema "Vergüenza contra dinero", prometiendo encarcelar a los políticos corruptos. Y, para colmo, el Jefe del Ejército, general Ruperto Cabrera, hombre mesurado y recto, informaba a Prío de la existencia de varias conspiraciones golpistas, a las que éste no les dio la importancia que merecían.
Una de las conspiraciones contra el presidente Prío la dirigía el Dr. Aurelio Sánchez Arango, con elementos de la Aviación Militar. Otra, Eufemio Fernández, líder auténtico de una agrupación gangsteril. Y existían otras dos conspiraciones dentro del ejército: una de oficiales retirados de alta graduación y otra de oficiales subalternos en activo y retirados. Estaba, además, la conspiración de Colacho Pérez, Oscar de la Torre, Ramón Hermida, Carrera Justiz, Coronel Garcia Tuñón, Teniente Rafael Salas Cañizares y Fulgencio Batista.
Preocupado por los anuncios de Partido Ortodoxo, el Dr. Juan J. Remos, intelectual y respetadísimo profesor, visitó al presidente Prío y acordaron invitar a Batista a una entrevista. Iba a ser en la biblioteca del Dr. Remos, de madrugada, a las 3 de la mañana. Entre Batista y el presidente Prío solamente. Invitarían a Batista a que apoyara a Hevia, candidato del Partido Auténtico, y se le nombraría por ello ministro de Defensa. Barajaban también la posibilidad de un golpe de Estado. Pero la entrevista no se dio. El vicepresidente Dr. Guillermo Alonso Pujol visitó a Batista en su finca, y éste temió que se tratara de una trampa.
El 7 de marzo, Batista celebró un mitin en Guanabacoa que la Juventud Ortodoxa quiso sabotear. Y el 9 de marzo, domingo, habló en Matanzas ante los miembros de su partido,promoviendo a los candidatos locales y su candidatura presidencial. En la madrugada del 10 de marzo, en mangas de camisa y acompañado por 16 amigos, entró en el Estado Mayor del Ejército y dirigiéndose al personal que estaba allí, les dijo: "Yo soy Batista, ayúdenme a resolver el problema de Cuba". Hubo aplausos, y seis llamadas telefónicas a los mandos resolvieron el problema.
Al día siguiente, ningún banco se fue de Cuba, ninguna fábrica cerró, las escuelas continuaron abiertas y la ciudadanía le dio una carta de crédito a los conspiradores. Los pocos políticos y profesores universitarios que se exilaron cobraban su cheque y a nadie, ni a los que no aceptaron el 10 de marzo, militares y civiles, dejó de respetársele su decisión y sus derechos. Nadie fue encarcelado, ni se le intervinieron sus negocios o expropiado sus casas.
Ese cuarto de siglo, de 1933 a 1958, fue uno de los períodos más creativos del país. Cuba estuvo mejor que nunca en logros económicos. El 67% de los capitalistas eran cubanos. Y las leyes sociales, la educación, la salud pública, las exportaciones eran, en muchos casos, más altas que las de países más grandes y más antiguos.
¿Considera justificable el golpe de Estado?
Solo demagogos y no conocedores de la historia de nuestro país pueden criticar el golpe de Estado. Una de las responsabilidades más sagradas de las fuerzas armadas es la de proteger a sus conciudadanos, y precisamente el 15 de febrero de 1952, a las 12 del día, fue asesinado el senador Alejo Cossío del Pino por pistoleros del Partido Auténtico.
Después del golpe de Estado el país continuó su desarrollo y crecimiento hasta que unos desalmados atacaron un cuartel, fueron arrestados, juzgados con todos sus derechos, encarcelados y amnistiados. Se les dio la oportunidad de crear un partido político y participar nacionalmente en el desarrollo de Cuba y, lejos de eso, abandonan la Isla, se entrenan en un país extranjero y regresan en plan bélico y, una vez que las fuerzas del orden público se les enfrentan para defender la territorialidad de la Isla, inmediatamente las clases vivas del país piden un alto al fuego y el acuartelamiento de las tropas...
¿Cómo transcurrió ese día, el del golpe, en Kuquine?
La señora Martha estaba tranquila, pero con los ojos buscaba noticias. Hay que recordar que su esposo y su hermano encabezaban el golpe de Estado. Ella, aunque rodeada de hermanas y amigas, me miraba con sus grandes ojos, como indagando si sabía algo.

Columbia, 10 de marzo de 1952. (SECRETOS DE CUBA)

Nos fuimos a la biblioteca, pues habían más teléfonos allí, aunque de larga distancia (de esos que no tenían disco y había que llamar a la telefonista), y también habían más radios y más facilidades para atender a la gente reunida.
Al fin, el 11 de marzo, Batista invitó a su esposa a Palacio, y tuve el honor de acompañarla allí, a la iglesia y a la peluquería. El 27 de marzo, fecha en que yo planeaba regresar a la Escuela de Cadetes, ella consiguió una plaza de taquígrafo-mecanógrafo, con el grado de segundo teniente, asignado a Guardias Presidenciales a las órdenes de ella, y me volvió a mirar como me había mirado el 10 de marzo, y se buscó de cómplice a mi padre. Así que acepté el puesto.
¿Cuáles eran sus tareas?
Mi responsabilidad consistía en acompañar a la Primera Dama a sus salidas. La guardia de Palacio le asignó dos escoltas y dos choferes, para trabajar en turnos de 24 horas. En pocos días ella organizó su oficina, y le dieron en uso el Cadillac matrícula 2. Creó la Organización Nacional de Dispensarios Infantiles, la Organización de Dispensarios de Rehabilitación de Inválidos. Y se dio a la tarea de conseguirle trabajo a vecinos, familiares y amigos. Cada vez que surgía una epidemia, allá salíamos en auto o en tren.
Cuando acompañaba en los viajes a la Primera Dama, Batista me decía: "Ese es mi tesoro, cuídela y no permita que ningún político o militar, no importa el grado, se retrate con ella". Imagínese que a veces tenía que negarle ese derecho a un gobernador provincial, a un senador o a un coronel jefe de regimiento, y yo era un tenientico de Palacio…
Al regreso de uno de esos viajes, en que la acompañé a la inauguración del Teatro Rodí, ella recomendó al Presidente que me ascendiera.
Usted participó en la campaña electoral de 1954, en las que Batista se presentó como candidato presidencial.
Sí. Batista nos pidió al entonces coronel Francisco Tabernilla Palmero, Jefe de Regimiento Mixto de Tanques y secretario del Presidente, y a mí que lo ayudáramos en esa campaña. Solicitamos permiso de las Fuerzas Armadas y nos sumamos. Tabernilla como secretario privado, con mucho poder, y yo a cargo del marketing político y de la agenda.
El coronel Tabernilla me entregaba dinero en efectivo, procedente de distintos colaboradores civiles, para que lo contara y lo envasara en sobres a repartir entre candidatos y periodistas. Él me daba las listas, yo citaba a esas personas y les entregaba el sobre respectivo con un saludo del Presidente.
Más de uno se disgustó, pero se llevaban la aportación. Recuerdo que dos de ellos, un candidato y un periodista, me tiraron el dinero a la cara. Otro, un director de semanario, me reclamó: "Dígale al presidente que con ese dinero (4.000 pesos) no puedo ir a España". A lo que le contesté que la colaboración era para ayudar en los gastos propagandísticos, no para viajar de vacaciones a España.
A todos se les daba: directores, columnistas, editorialistas, dueños, comentaristas de todos los medios. Cuanto más grande el medio, más grande la cantidad. A muchos se les enviaba el paquete en una moto. Por supuesto, en efectivo. Cantidades de 5.000 a 20.000, dependiendo el medio.
Esto era una colaboración, aunque el medio nos podía atacar. Usábamos la publicidad en los cines, en noticieros. En una iniciativa de la Juventud del Partido, organizamos grupos de jóvenes que iban a los cines y, cuando salía en pantalla la Primera Dama inaugurando alguna obra, dos o tres jóvenes aplaudían y el aplauso se hacía contagioso, el cine estallaba en aplausos. Puesto que la figura del Presidente no era vendible, pues le habían creado una leyenda negra de asesino, de tirano y de ratero, usamos a la Primera Dama como un valor añadido al gobierno, cuyo mensaje sí que era aceptado y respetado por el pueblo y la opinión pública.
Sus ascensos llegaron hasta ser nombrado ayudante presidencial.
El 31 de diciembre de 1957 fui ascendido a capitán y el 4 de enero de l958 fui promovido a ayudante presidencial.

Fulgencio Batista en su despacho, acompañado del cuerpo de ayudantes presidenciales. De izq. a der: Cap. Alfredo J. Sadulé, Cmdte. Manuel Atorresagasti, Cor. Cosme Varas, Cor. Alfredo Rams, Comdte. Carlos M. Serio y Cmdte. Armando N. Acosta. Palacio Presidencial, 20 de mayo de 1958.

Mi primera representación del presidente fue en la celebración de los 25 años del servicio de carteros por parte del Ministro de Comunicaciones. El acto fue aburrido, aunque amenizado por la cantante Estelita Santaló. Cuando regresé a Palacio, el Presidente me preguntó cómo me había ido, y le contesté: "Presidente, lejos de premiar a esos hombres, que durante 25 años cargaron la cartera llena de cartas, yo los hubiera despedido. Porque no han tenido aspiraciones, como ser inspector, jefe, delegado, ministro... Si yo fuera usted, los mandaba a capar". Y el rió estruendosamente por mi falta de respeto.
En algunos actos, nos jugaba bromas a los ayudantes. A veces me decía: "Capitán, ve aquella dama de blanco, fíjese cómo me mira". Y yo, continuando la broma, le decía: "No, señor Presidente, me mira a mí, porque es mi amiga y, además, soy más joven". Otras veces, me prohibía estar de pie a su lado, pues —como decía él— yo era una vara de tumbar gatos, y él tenía una estatura normal.
El Presidente gustaba mucho de los sandwichs de pierna que preparaban en la calle 23 y 8, en La Palma. Cuando él trabajaba en la biblioteca en algún artículo, preguntaba por mí, que los viernes o sábados estaba de retén y asistía en su nombre a bodas o recepciones. Entonces él pedía al ayudante de guardia que me localizara y me dijera: "Operación Sadulé". Contaba a las personas que lo acompañaban y le decía: "Dígale al capitán que Operación Sadulé 8". Y yo compraba 8 sandwichs. Hasta que un fin de semana la Primera Dama descubrió el invento y no lo dejó comer cerdo de noche.
Él siempre decía, cuando pasaba algo raro, que era "una saduledada".
Hablando de esas "saduledadas", usted intentó contactar con Fidel Castro siendo ayudante presidencial…
En junio de 1958, junto a un amigo, Ernesto Rodríguez, hermano de René Rodríguez, lugarteniente de Fidel Castro en la Sierra Maestra, acordamos una cita para convencer a Castro de que bajara de la Sierra y organizara un partido político. Yo le ofrecería seguridad hasta La Habana.
¿No lo vió entonces como un propósito descabellado?
Era el propósito de un hombre de buenos sentimientos, que quería evitar que los cubanos siguieran matándose. Asistí a la cita en La Virgen del Camino a la hora y el día convenido, acompañado de Ernesto Rodríguez, y había informado de esta gestión al entonces jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), brigadier Carlos Cantillo.
Después de estar más de dos horas esperando en balde, Ernesto y yo nos fuimos a un bar mexicano, Las Catacumbas, que se especializaba en asustar a los parroquianos con fantasmas, arañas, oscuridad y ruidos. Tomamos una copa y nos regresamos a La Habana. El representante de la Sierra nunca llegó, al parecer por lo convulso de la situación. Se asustó en Las Villas y regresó a la Sierra Maestra, comunicándole a Fidel Castro que yo no había asistido. Al ofrecer esa información, fue fusilado personalmente por el Comandante en Jefe.
¿Qué dijo Batista al saber de esa gestión suya?
Al siguiente fin de semana, estando en Kuquine, me encontré con el coronel Orlando Piedra y le comenté lo que estaba haciendo. Él me preguntó, muy alarmado, si lo sabía el Presidente. Le contesté que no, pero que se lo había dicho al brigadier Cantillo. "No, eso tenemos que decírselo al Presidente", me dijo, "porque a Carlos [Cantillo], le decimos Sieteaños, por lo aniñado que actúa".
Recuerdo entonces la cara de Batista, de preocupado. No estaba de acuerdo con mi actuación, pero nunca me reclamó, aunque a veces me decía: "Es que tú todavía piensas como universitario". Porque, efectivamente estudiaba por entonces Contaduría Pública en Villanueva. El presidente asumió que Castro me habría presentado ante la prensa como un edecán presidencial, universitario, que se sumaba a la revolución. Y cuando se enteró de que el Jefe del SIM lo sabía, sí que se enojó. Y Cantillo, sin la menor preocupación, dijo: "Si Sadulé lo bajaba para hacer política, yo me ocupaba de que no pudiera registrar su partido..."
El Presidente le ordenó callar, le dijo que esto era un asunto muy serio y no estábamos para bromas. "Bueno, pensé que esto era obra suya", le dijo entonces Cantillo. "¿Cómo voy a pensar que el capitán estaba actuando por su cuenta?".
"Menos mal que el guía no llegó y nos ahorramos un golpe publicitario en que harían ver que el Presidente envió a un ayudante suyo para conversar con la guerrilla", terminó diciendo Batista, y realmente no me regañó.
Nunca reclamó mi impericia y despiste. Pero su cara demostró preocupación, no solo por el riesgo del gobierno, sino por la posibilidad de que, asumiendo leyes revolucionarias, Castro me hubiera fusilado.
Hablemos de los últimos días de Batista en el poder.
Semanas antes del 31 de diciembre de 1958, el coronel Alfredo Rams, jefe de los ayudantes presidenciales, descubrió un avión de Cubana de Aviación en las afueras de los terrenos de Cuba Aeropostal, línea de carga, que compartía con la Aviación Militar y Aerovías Q las pistas de la Aviación Militar. Batista se excusó con Rams, y le dijo que ese avión lo había ordenado poner él, pues tenía preocupación de que al general Tabernilla Dolz, jefe del Estado Mayor Conjunto, le entrara un miedo insuperable y se fuera y nos dejara incomunicados. Acto seguido, comisionó al coronel Rams para que protegiera ese avión con gente de confianza.
En todas las unidades donde estaban los teléfonos de la microonda (a saber Kuquine, Palacio Presidencial y la residencia en el campamento militar de Columbia) debían dormir los ayudantes presidenciales que estuvieran de retén. Para que, cuando en el Estado Mayor se retiraran a dormir, supieran que estaba a cargo un ayudante. Al mismo tiempo, no sabían o no debían saber donde dormía el Presidente.
El entonces jefe del SIM Irenaldo García descubrió una reunión de los jefes militares, dirigidos por el general Tabernilla Dolz, con el embajador norteamericano Earl Smith, en la que le ofrecieron al gobierno de EE UU sacar a Batista del gobierno y organizar una junta militar. Sin embargo, el embajador no aceptó esa gestión. El coronel Irenaldo García quiso arrestar a la plana mayor, pero fue aconsejado por su padre, general Pilar García, jefe de la Policía, de que no lo hiciera.
El 24 de diciembre, el coronel Rams me da la orden de mandar a hacer un uniforme de jefe de Estado Mayor Conjunto, y para ello la doncella de la Primera Dama, Teresa Orobengoa, me entrega un pantalón, una camisa con las iniciales "FBZ" y un sombrero con las mismas iniciales, para que ese mismo día se confeccionara un uniforme con esas medidas y con las 5 estrellas pequeñas en círculo.
La idea era que el Presidente asumiera la jefatura del Estado Mayor Conjunto, que volviera a la vida militar. Me fui a los talleres de la Policía y allí me asignaron un sastre, Odelín Ortiz, quien cortó y cosió el uniforme. Esa Nochebuena, por razones de visitas y horarios, la Primera Dama no pudo entregarle el uniforme al Presidente. Sin embargo, pudo hacerlo el 28 en la mañana y el Presidente agradeció a los que intervenimos en la "conspiración", pero comentó: "Parece que mi mujer está todavía enamorado del coronel Batista y quiere que yo regrese a las Fuerzas Armadas y me vista nuevamente de militar, pero eso ya no puede ser".
Repitió varias veces estas últimas palabras. Dijo: "Alguno de mi amigos y mi esposa me han pedido que adelante la toma de posesión del Dr. Andrés Rivero Agüero, y que regrese al Estado Mayor Conjunto, pero eso ya no puede ser".
¿Se le veía nervioso?
Siempre vi al Presidente seguro de sí mismo. Cuando el asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957, alguien llamó por teléfono antes del asalto, el telefonista le pasó la llamada, y él personalmente llamó a la Cruz Roja y avisó: "Prepárense para lo peor".
A la Primera Dama también la vi entera, digna. El 31 de diciembre de 1958, cuando todo estaba perdido, él mantuvo una actitud digna, sobre todo tratando de no preocuparla a ella.
En muchos momentos de peligro que conviví con él siempre se portó a la altura de las circunstancias. Un día, en Ceiba del Agua, entre una fila de personas que querían darle la mano, un maestro joven trató de dispararle. Al sacar el revólver, el martillo se le enganchó en la guayabera, y el Presidente le sujetó el brazo y le dijo al personal de seguridad: "Acompañen al joven, que se siente mal".
Usted estaba de guardia el 31 de diciembre de 1958…
Exacto. Mi turno empezó en la residencia de Columbia, porque era fin de semana. (De haber sido otro día habría comenzado en el Palacio Presidencial.) Hacía semanas que el Presidente iba a Columbia, pues el general Silito Tabernilla Palmero, secretario privado del Presidente y jefe de la División de Tanques, llevaba días protegiendo la posta de la calle Consulado y su propia casa con una tanqueta, porque, al salir la tropa hacia Santiago de Cuba, sentía que el campamento estaba desprotegido. Así que el Presidente y su familia estaban allí desde días antes por cuestiones de seguridad.
Después de almuerzo nos fuimos a la biblioteca de Kuquine. Pasamos la tarde allí. El general Francisco Tabernilla Palmero llegó temprano, con personal de su oficina que atendía la correspondencia del Presidente, y se encerraron con el Presidente en su despacho. Al rato se incorporó el general Eulogio Cantillo, quien regresó después a Santiago de Cuba en avión.
El Presidente permaneció en la biblioteca, acompañado por Tabernilla. El coronel Cosme Varas, ayudante presidencial que compartía conmigo la guardia, estaba muy nervioso, pero no me decía nada. Yo realmente no sospechaba nada, a pesar de una conversación que había tenido con mi esposa, Martha Vila. La había llamado para recordarle que el comandante Armando Acosta y su esposa la recogerían a las 9 pm para ir a la cena de Nochevieja, y ella me contó que su tío Mario Fernández, ex capitán del ejército de la vieja oficialidad machadista, le había pedido que me dijera que Batista se iba esa noche.
La tarde se convirtió en noche, las horas volaban y el Presidente esperaba impaciente a Cantillo. Éste llegó procedente del gimnasio de la ciudad militar, pues traía los ojos rojos, acabado de darse un baño de vapor, y el Presidente le reclamó: "Eulogio, te dije que vinieras directo del campamento de aviación, no que fueras al club". Cantillo bajó la vista y se excusó balbuceando que había tenido que pasar por su casa. Lo cual era incierto, pues olía a colonia y desodorante, como acabado de bañar.
Al rato, la Primera Dama comenzó a llamar, preguntando cuándo iba el Presidente, porque los invitados llegaban ya a la residencia. Repitió varias veces su llamada, hasta cerca de la medianoche. El nuevo año prácticamente nos cogió en camino hacia Columbia. El Presidente iba bromeando, decía que la culpa del retraso la tenía Sadulé (refiriéndose a mi padre), que había tardado en preparar los carros.
Al llegar a Columbia, me sorprendió que las invitadas (mi esposa, entre ellas) estaban elegantísimas, pero los hombres estaban con ropas de campaña y armas de cintura. Ahí supuse que algo iba a pasar, pero nunca imaginé que nos iríamos. Estaban las señoras de la alta oficialidad, la familia presidencial, algunos políticos, casi todos sin esposas, pues, por ejemplo Doña Isabel Collado de Rivero Agüero estaba con sus hijos en un lugar de fiestas. Esa noche todos los clubs y centro regionales y cabarets estaban llenos...

Boda del Primer Tte. Alfredo J. Sadulé con Marta M. Vila, en la Capilla de la Universidad de Sto. Tomás de Villanueva. Al fondo, el Presidente Batista, el Gral. Tabernilla Dolz y el Cor. Tabernilla. 5 de julio de 1955.

El Presidente y la Primera Dama atendían a familiares y amigos. El Presidente, algo eufórico, nos hizo brindar con café. Se movía saludando a todos, pero no capté nada fuera de lo corriente. Después, cuando acompañé a mi esposa hasta el auto (el comandante Acosta y su esposa la llevaban a casa), vi salir a muchos políticos. Y me tropecé con los generales Tabernilla y Cantillo, que preguntaban por el Presidente y venían acompañados de varios militares armados con ametralladoras.
Ya ahí me preocupé, y salí a buscar a mi padre, jefe de los escoltas, quien se me acercaba buscando noticias. El teniente Bocanegra, escolta personal del Presidente, señalaba cómo la jefatura de regimiento y el Estado Mayor estaban iluminados, y los coches corrían chillando las gomas.
Yo pregunté a mi padre con cuántos hombres contábamos. 60 hombres, me dijo. Bueno, le respondí, no sé lo que pasa, pero aquí no se cumplen más órdenes que las mías y las del general Fernández. Me fui al cuarto de comunicaciones y pedí un teléfono y comencé a llamar a los ayudantes, que fueron llegando inmediatamente.
El Presidente estaba reunido en su oficina con algunos políticos: Anselmo Alliegro, presidente del Senado; Gastón Godoy, presidente de la Cámara de Representantes y vicepresidente electo; Jorge García Montes, senador. Tabernilla y Cantillo le informaron que la tropa no quería pelear, y el propio Presidente, ante una preocupación de la Primera Dama que no estaba al tanto, le pidió (así aparece en su libro Respuesta) que estuviera preparada para salir. Sin aclararle si saldríamos hacia Palacio o hacia Kuquine.
Los informes de los mandos eran negativos y antes de continuar con un baño de sangre, él prefirió entregar la presidencia al presidente del Senado. Alliegro la entregaría al magistrado más antiguo del Tribunal Supremo, y el general Cantillo asumiría la jefatura del Ejército. De manera que firmó el acta mediante la cual renunciaba a la presidencia.
Mi padre y el almirante Rodríguez Calderón, jefe de la Marina, fueron los únicos que hablaron cuando Cantillo dijo que las tropas no querían pelear y el Presidente respondió que si él era la causa del derramamiento de sangre, se iba. Mi padre dijo entonces: "Aquí no hay nadie que tenga moral para decirle a usted que se tiene que ir". Y el almirante: "Presidente, nos vamos usted y yo al polígono, llamamos a la televisión, le hablamos al pueblo y nos vamos a Santiago de Cuba".
Llegaron todos los ayudantes (salvo uno, que vivía lejos) y acompañamos al exilio al Presidente y su familia.
¿Cuántos iban en ese vuelo?
Cuarenta y siete personas, contando pasajeros y tripulación. Ya estábamos en el avión, cuando llegó el coronel Piedra, acompañado de medio centenar de oficiales de distintos cuerpos de investigación (SIM, Policía Secreta, Policía Judicial, Servicio Secreto). El Presidente bajó y los atendió. El coronel Martín Pérez, con un apretado traje de civil, le insistía en que no teníamos que irnos de Cuba.
Yo vi salir el avión del general Tabernilla, que se llevó el Guáimaro, el avión presidencial. Nosotros nos fuimos en un segundo avión, y supe que salió un tercero, con otros familiares del Presidente. El primero y el tercero volaron a EE UU. El nuestro a Santo Domingo. En vuelo ya, el piloto Soto informó la altura, la velocidad y el destino (se suponía que era Nueva Orleans), y el Presidente le reclamó sin alterarse: "¿Quién le dijo eso?". Soto respondió que la torre. Y dijo el Presidente: "¡Qué torre ni que ocho cuartos! Vamos a Santo Domingo".
La decisión la tomó el Presidente en el aire, y fue suya solamente. En República Dominicana consulté mucho a sus allegados, Gonzalo Güell, ministro de Estado, el Dr. Andrés Rivero Agüero, presidente electo, y el Dr. Andrés Domingo y Morales del Castillo, ministro de la Presidencia y mano derecha del Presidente, y todos me dijeron no saber nada de la decisión del destino final ni de todo lo que sucedió esa noche. Todos creyeron que el Presidente tenía un as en mano. Yo mismo, cuando estaba abordando el coche presidencial, no creí en ningún momentos que nos íbamos.
¿Cómo pudo salir Tabernilla en el primer avión, y en el avión presidencial?
Cuando llegamos, ya los Tabernilla habían abordado el avión y sus hijos estaban en los mandos. Los dos eran pilotos, Wincy y Tony. El viejo Pancho Tabernilla, con abrigo de campaña, besó a sus nietos y a su nuera como si se despidiera de la familia y regresó a donde están su ayudante y su escolta. Se palpó el cuerpo como si se le hubiera olvidado algo, regresó al avión, subió, y de inmediato cerraron la puerta, y la nave inició su taxeo por el aeropuerto ante la mirada atónita de sus hombres de confianza, que no podían entender cómo su jefe se iba sin darles una explicación, sin despedirse.
Usted guardó la puerta del avión en que voló junto a Batista. Hubo malas palabras a propósito del comportamiento de Esteban Ventura. ¿Cómo pudo subir Ventura a ese avión?
Varios oficiales pensaron que ya no habrían más aviones, se produjo un momento de confusión y fui yo quien grité una grosería, alegando que era el avión de la familia presidencial.
Los únicos oficiales que no cumplieron las instrucciones fueron el coronel Ventura y el teniente Izquierdo, que llegaron de uniforme. Como le he dicho, el Presidente descendió del avión y les habló muy calmadamente, explicándoles lo que había pasado. Yo permanecí en la puerta con mi brazo derecho apoyado en el marco y esos oficiales se colaron bajo mi brazo. No pasó más nada, ni en el avión ni en Santo Domingo.
¿Pudo acompañarlo su esposa?
No, no tuve tiempo de llamarla. Y teníamos dos hijos pequeños, el mayor de dos años. Volvimos a reunirnos más tarde.
Usted niega que cargaran millones de dólares o de pesos.
Llevo 53 años contándole a todo el que me pregunta cuánto dinero llevaba Batista, y he repetido hasta la eternidad que no llevaba ni siquiera ropa interior para cambiarse. Ni siquiera un cepillo de diente.
El dinero que se depositó en un banco el día 2 o 3 (porque era feriado ese domingo 1 de enero) fueron $15.000 que el coronel Piedra traía para pagar confidencias, que era habitual entre los fidelistas, que vendían información.
Lo demás que se diga es una infamia. A cada uno de los que llegamos al exilio y a los que fueron llegando se les dio alojamiento y una comida al día y $100 para ropas y artículos de aseo.
Se ha dicho que huían...
Le he reclamado a más de uno de mis amigos periodistas por qué el instigamiento con Batista. En el fondo, no tienen sustancia los ataques a Batista, y ellos lo saben. Que se fue… Que no peleó… Que rompió el orden constitucional… ¿Cuál orden constitucional, cuando el propio presidente Carlos Prío invitó a Batista a que apoyara políticamente a Hevia o que organizara un golpe de Estado? Habitación presidencial, enero de 1959. (TARINGA)
El presidente Batista, en ese siniestro mes de diciembre, cuando el poder se le iba de las manos y todos lo sentíamos, buscaba soluciones, llamaba a los amigos. Sin agobios, sin dudas, como un estadista. Yo soy ahora el que pregunta, señor periodista, de qué huida habla, cuando el presidente Batista entregó el poder al presidente del Senado, al miembro más antiguo del Tribunal Supremo y al jefe del Ejército, en documento firmado y fechado...
El Presidente habló a sus amigos y compañeros, y les dijo que el que quisiera acompañarlo que lo hiciera, y que el quisiera quedarse que se quedara y que, como militar, ayudara al general Cantillo en su tarea. Lo hizo serenamente, despidiéndose de mano de los leales que lo despedían. No lo vi titubear ni una vez, no dijo ninguna frase desagradable. Ni para los rebeldes, ni para las autoridades norteamericanas, ni para Cuba.
Mucho tendrá usted que investigar, amigo periodista. Mucha gente quiere seguir engañándose al respecto, y repiten lo que alguien les contó o leyó en un libro. Pero yo, mi amigo, estaba allí.
¿Cómo fue la llegada a Santo Domingo?
Aunque no nos esperaban, nos atendieron espectacularmente. Batista y su familia se hospedaron en el Palacio Nacional, y el resto en el Hotel Jaragua. El general Trujillo tuvo que prestarle ropa interior al Presidente. Los ayudantes nos distribuimos el trabajo, y yo quedé a cargo de la correspondencia, la chequera y la atención a la prensa.
Aunque en el decursar de los días pasaron muchas cosas (visitas, llamadas), lo más importante que sucedió fue el desencuentro entre Batista y Trujillo. Estando de guardia de secretario el coronel Rams, éste acompañó al Presidente a una invitación que le hizo el general Trujillo para visitar un campamento militar. Rams me contó que, para sorpresa del presidente Batista, encontraron allí una tropa con ropa y armamento de combate, luciendo en la parte superior del hombro izquierdo el escudo de Cuba. La bandera cubana identificaba a las distintas compañías de fusileros. Habían más de 12 carros de combate, artillado y 12 aviones Vampiros con la enseña cubana pintada en sus colas.
Batista saludó respetuosamente a las tropas abanderadas, y cuando terminó el recorrido, preguntó con la mirada al general Trujillo qué significaba aquello. "Presidente Batista, estos 3.000 hombres es lo que mi país, la patria de Duarte, le ofrece para recuperar a Cuba de manos de esos facinerosos", le contestó Trujillo. Y Batista, turbado, buscaba las palabras para no ofender a aquel hombre, de quien era huésped. "General", le dijo arrastrando las letras, "no sabe cuánto mi país le agradece este esfuerzo, pero no puedo aceptarlo. Las fuerzas armadas de mi país han decidido que no quieren pelear, y no puedo aceptar su oferta. Además, aunque aprecio en todo lo que vale su oferta, esto no sería un acto patriótico, sino un ataque militar de una potencia extranjera, pues estos hombres son dominicanos."
"¿Qué dice, Presidente?", Trujillo estaba molesto. Y Batista le dijo: "No hay duda, General, son dominicanos, la bandera no les cambia la nacionalidad, y eso sería una guerra no declarada".
Trujillo insistió: "Presidente, acéptelo sin condiciones. No le pido nada a cambio, solo quiero defender la democracia en el Caribe". Y Batista: "Inaceptable, General. Si regreso algún día a Cuba, iré comandando tropas cubanas".
De ahí regresaron al Palacio Nacional, y el presidente Batista se mudó al Hotel Jaragua con su familia y nosotros al Hotel La Paz. Ahí comenzó el viacrucis del Presidente y su séquito. Dos escoltas suyas que visitaban Santiago de los Caballeros tomaban café, preguntaron a un camarero dónde estaba la fábrica de carabinas San Cristóbal, y fueron detenidos e interrogados durante 7 días.
Al comandante Armando Acosta y a mí, por negarnos a pertenecer a la Legión Anticomunista del Caribe, con oferta del grado inmediato superior, nos echaron del país. El presidente Batista y el almirante Rodríguez Calderón estuvieron dos días en la cárcel por negarse a pagar una deuda.
¿Qué deuda era?
Por la venta de unas carabinas. A partir del 2 diciembre de 1957, del desembarco del Granma, el gobierno de EE UU retiró el apoyo militar y político al gobierno cubano, y devolvió a Cuba a todos los cadetes y militares que tomaban cursos en EE UU, y hasta en la Escuela La Américas, de Panamá. Ante esto, el gobierno se vio en la necesidad de comprar armas y municiones a Inglaterra, a Nicaragua y a República Dominicana.
República Dominicana vendió a Cuba las carabinas San Cristóbal, que Trujillo trató de cobrarle al presidente Batista mediante artimañas. Al Hotel Jaragua, donde vivía el Presidente, llegó un ingeniero italiano, con sombrero y sobretodo, a cobrarle las carabinas. Yo le indiqué que Batista ya no era presidente de Cuba, y que esa deuda no era de él, sino del gobierno.
El Presidente fue dos días a la cárcel y para salir definitivamente de Santo Domingo tuvo que pagar aquella deuda, de 3 millones de dólares. Pudo salir gracias a su abogado norteamericano Lawrence Berenson, y a una gestión del presidente de Brasil, Kubitschek, ante Salazar, primer ministro de Portugal.
¿A dónde se fue usted, después de República Dominicana?
Después de una accidentado viaje por el Caribe, me fui a México, donde viví durante 15 años.
A México llegaban políticos, militares, personalidades, ex ministros de otros países, y siempre buscaban contacto conmigo, para intercambiar criterios y muchos para enterarse porque nos fuimos de Cuba. Un empresario cubano radicado allí desde 1933, Don Pablo Machado, me contrató como secretario, me presentó a las autoridades y me dio poder para atender a los cubanos que llegaban. Así pude alquilar habitaciones de hotel (en el conocido Hotel Ontario) y un restaurante (El Malecón) para atender a los militares y familiares que llegaban sin dinero y sin relaciones.
También llegaban pescadores, marinos mercantes, pilotos, estudiantes y artistas, a los que Don Pablo Machado les consiguió permiso de trabajo.
Recibimos también a miembros de la comisión de parlamentarios cubanos que habían viajado a la toma de posesión del presidente López Mateos. Llegaron periodistas, médicos, abogados, banqueros, el elenco completo de Tropicana con su famoso coreógrafo Rodney.
Todo eso llegó a costar 20.000 dólares mensuales, y recuerdo que uno de los ayudantes que trabajaba con el presidente Batista en Madrid y Madeira, comandante Manuel Atorresagasti, llevó a México en 1960 o 1961 un aporte del Presidente que no rebasó los 2.000 dólares, con el consiguiente malestar entre los colaborantes.
En esos primeros días del exilio mexicano, el ingeniero Oscar de la Torre, Raúl Valdivia, el senador Casillas, Julio y Pío Elizalde y yo fundamos Defensa Institucional Cubana, una publicación modesta dedicada a desenmascarar el castrismo.
¿Siguió en contacto con Batista?
Mis últimos contactos con Batista fueron a principios de 1959, y lamentablemente, por las distancias y la falta de comunicación, no fueron todo lo agradable que me hubiese gustado.
Tuve polémicas feroces con él por carta. Primero por su libro Respuesta, por el que yo le reclamaba: "¿Respuesta a quién?".
Después, por los contactos que quería que estableciéramos con autoridades norteamericanas para gestionar su vista para EE UU. Y yo le recordaba lo ocurrido al general Marcos Pérez Jiménez, a quien enviaron preso a Venezuela.
Y, por último, discutí con él por su silencio, al no aceptar entrevistas televisivas ni radiales ni de prensa plana. Él se defendía diciendo que no iba a aceptar que lo llamaran dictador. Y yo le ponía de ejemplo a Perón, a quien no le importaba que le dijeran dictador, pero salía en la prensa a diario, en el mundo entero, y desde el exilio logró ser presidente nuevamente, votado por una generación que no lo conocía, pues faltaba de Argentina por 18 años. A tal punto, que el justicialismo de Perón todavía manda en Argentina, después de 60 años.
¿Cree usted que Batista tuvo la impresión de que volvería a Cuba como había vuelto en 1948?
No tengo detalles de cómo pensaba en su segundo exilio, pero por sus libros creo que quedó herido en su ego al verse derrotado por esa plebe, y con tanto repudio internacional. Porque no fue solamente que EE UU lo abandonaran, sino que los soviéticos vendieron una imagen de él y de sus hombres como la de los peores hombres del nazismo.
Sin acusar a ningún medio de la época, pues no quiero traicionar a mi memoria, que es la de un octogenario, algunos medios publicaron que Batista había hecho capar a Fidel Castro.
¿De dónde salieron entonces esos cinco hijos? Le repito, creo que él quedó muy herido. Lo que en esgrima se llama touché.
¿Qué le parece cómo cuentan la noche del 31 de diciembre de 1958 en la segunda parte de El Padrino de Ford Coppola?
Hollywood no ha sido nunca muy bueno, a pesar de los recursos con que cuenta, para escoger a los artistas que representen a personajes cubanos, sean políticos o históricos. Una vez vi una película sobre la Guerra de Independencia, y me vistieron al actor que hacía del general Antonio Maceo con un traje de confederado, con chaquetón de lana a media pierna, en pleno sol de Cuba.
En El Padrino, la escena donde le informan a Batista de que se cayó el gobierno es grotesca. Mis amigos españoles estaban seguros de que así mismo había sido. Batista estaba de traje esa noche, en esa fechas no se usaban condecoraciones ni la banda presidencial. No fue en un salón público, sino en la residencia en Columbia.
Lo que hicieron fue un mal cuento para vender entradas. El actor era indígena y, aunque Batista tenía el pelo lacio, no era un indígena. Y no se vestía tan espectacularmente.
Hablando de películas, ¿qué le parece otro Batista de cine, el de La Ciudad Perdida de Andy García?
Me indigné y escribí un artículo que envié a El Nuevo Herald, pero, por supuesto, no lo publicaron. Déjeme decirle que admiro mucho al actor Andy García, pero lo que no admiro ni respeto es que se rodee de un aura de supersabio, sobre todo conociendo que él salió de Cuba siendo niño.
Cuando en el exilio, en Miami y España, le han reclamado las fallas históricas de la película, él se disculpa diciendo que fue Guillermo Cabrera Infante quien escribió el libreto. Pero él la dirigió, por lo tanto es responsable por no haber preguntado.
Y aun cuando se pueda tolerar con tal de hacer la película amena y simpática, no se puede tolerar la falta de respeto al Presidente de la República de su país, que pudo ser un hombre presumido, pero de eso a mariquita… Además de irrespetuoso y de faltar a la verdad histórica, es vulgar.
¿Cómo supo la noticia de la muerte de Batista?
Escuchando la radio en mi coche, en Ciudad México. El murió en Marbella el 6 de agosto de 1973, y el sepelio se efectuó en Madrid.
¿Cómo ve, pasado ya tanto tiempo, su figura?
Como alguien que siempre quiso ser un demócrata, un hombre de multitudes, nunca un dictador... Alguien que escribía bien, que era carismático hasta el punto que sus enemigos políticos no querían hablar con él, pues los convencía (y no dicho por él, sino por ellos mismos). Lo conocí como hombre, como político, como padre, y siempre lo vi tomar decisiones correctas y de acuerdo a las circunstancias. Ni en sus peores momentos lo vi dubitativo, siempre responsable y ecuánime.
La historia, dentro de 100 años, le hará justicia.
Nadie de la familia ni de sus seguidores políticos ni militares ha querido levantar la bandera del batistianismo. Sin embargo, considero que será una buena ideología política para las generaciones venideras, que busquen en la política algo más que populismo y nacionalismo.
Fuente
http://www.diariodecuba.com