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martes, 7 de febrero de 2012

Cuba.El concurso de fotografias "Pais de Pixeles" entrega sus premios,

Fotografía de Alexander Sánchez Rivas, primer premio de País de Píxeles.
El I Concurso independiente de Fotografía Social País de Píxeles entregó este sábado sus premios en La Habana, donde fue inaugurada además una exposición colectiva con las 40 obras finalistas.
La convocatoria del evento fue lanzada en abril de 2011 con el tema "Cuba y la paisajística actual de su gente", al margen de las instituciones gubernamentales y abierta a todos los cubanos que desearan "captar la imagen futura de nuestro presente nacional".
Unos 80 participantes enviaron más de 600 obras que se publicaron progresivamente en un blog colectivo creado para el concurso e insertado dentro de la plataforma Voces Cubanas.
El primer premio fue para Alexander Sánchez Rivas y, el segundo, para Ernesto Miguel Blanco Sanciprián, ambos de Holguín. El tercer premio lo consiguió Martha Mayra, de Cienfuegos.
Asimismo, recibieron menciones Alina Guzmán Tamayo, Alejandro Menéndez Vega, Claudio Fuentes Madan y William Cácer Díaz.
El jurado estuvo integrado por jóvenes artistas de la plástica, la fotografía y la curaduría: Sahily Borrero (presidenta), Mady Letamendi y Romy Rosales.
Para la elección se tuvo en cuenta el voto de los internautas en el sitio del concurso, de acuerdo con la convocatoria. Los premios principales recibieron cámaras semiautomáticas Panasonic y tarjetas SanDisk SDHC de 32 GB.
"País de Píxeles demuestra el deseo de participación que poco a poco se impone sobre la apatía típica de las nuevas generaciones", dijo el escritor y bloguero Orlando Luis Pardo Lazo, impulsor de la iniciativa y colaborador de DIARIO DE CUBA.
"Es otra manera de recuperar la voz colectiva desde lo individual. Es no pedir permiso para ser creativos. Recuperar el deseo de protagonizar nuestra libre expresión sin censuras de ningún tipo, ni estéticas ni políticas", añadió.
La premiación se realizó en el espacio Estado de Sats, donde se inauguró la exposición y se proyectaron imágenes de las obras concursantes en paredes, suelo y techo.
Los participantes esperan poder llevar la muestra a ciudades del interior de la Isla, aprovechando los contactos creados gracias al concurso.
Tomado de:
http://www.diariodecuba.com/cultura/9458-el-concurso-de-fotografia-pais-de-pixeles-entrega-sus-premios

sábado, 4 de febrero de 2012

Jóvenes cubanos: El Sexto

 

El sexto:La evolución es  imparable.

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -Inscribir símbolos, imágenes o palabras sobre paredes e incluso sobre la simple roca, es una tradición tan antigua como la vida social. Los romanos llamaban graffiti a esas expresiones que pretendían dejar un testimonio duradero y casi siempre anónimo.
“Devuelvan mis cinco euros”, dice el Sexto.
A finales de los sesenta, en medio de la explosión “contracultural”, los grafitis asaltaron el metro de New York y la cultura underground trepó muros para lanzar mensajes libres de toda manipulación, como una guerrilla urbana sin mayor violencia que su arte de ruptura en lucha contra el arte establecido y más allá de las vanguardias. Algunos, como Basquiat, partieron desde los márgenes y conquistaron el espacio de las galerías y el favor de la crítica.
“Me considero un ser humano que necesita expresarse ante todo, y de lo único que puedo hablar es de lo que me rodea. Me pueden considerar un opositor o la palabra que ellos quieran inventar. Ya eso es por parte de ellos. Yo sí voy a seguir haciendo lo que hago, aunque me cueste la vida”, dice el Sexto.
Extendiéndose por Europa y por el mundo, el grafiti, además de convertirse en un vehículo de libre expresión, alcanzó un importante significado en la oposición al sistema establecido, como si quisiera tatuar su testimonio en la piel viva de la sociedad, a la vista de todos.
“Quítenme los sprays, quítenme las manos. Habrá otros jóvenes como yo que griten fuerte y levanten sus puños, tatuándote la ciudad”, dice el Sexto.
Como es sabido, o al menos muy visible, la propaganda del gobierno cubano ha tratado minuciosamente de apoderarse de toda posible pantalla pública, de todo espacio donde quepa un lema, una parrafada de Fidel Castro, un alarido ideológico, un trozo del discurso en jefe. Y no había grietas en esa pantalla pública que es la superficie de la ciudad, pero las abrieron aquellos primeros aventureros anónimos que, con sus simples pintadas, daban testimonio de que la unanimidad fue siempre una falacia enmascarada con los grafitis oficiales.
“Tachan mis grafitis con pintura rosada”, dice el Sexto, divertido.
A lo largo de los ochenta, los noventa (sin hablar de letreros llanamente antigubernamentales), y de casi toda la primera década del nuevo siglo, no aparecían, o no resultaron tan notables, más que algunas inscripciones certeras, como reVés. Pero eran como botellas lanzadas a un mar muerto y, por supuesto, con un mensaje anónimo, porque se daba por supuesto que no valía la pena otra cosa.
Pero en 2009, al veinteañero Danilo Maldonado se le ocurrió poner por todo el reparto habanero de San Agustín un simple mensaje que reproducía uno de los controles de teclas de una grabadora (Rev, rebobinar), con dos flechas debajo apuntando hacia atrás. Cuando, poco después, un amigo suyo fue detenido por haber puesto ese grafiti en una pared de su casa, los agentes le preguntaban lo mismo todo el tiempo: “¿Quién te dio dinero para hacer eso? ¿De dónde sacaste el spray?”
Fue así como Danilo descubrió que con sus humildes recursos, podía llamar a las puertas del poder. Los que no querían escuchar ninguna palabra que no fuera de aceptación, encontraban ahora un mensaje visual y no podían cerrar los ojos ni siquiera por cansancio, porque se trataba de un mensaje para abrir los ojos. Y ellos lo sabían muy bien.
El segundo grafiti de Danilo era una cara, su cara, con una inquisitiva expresión, una estrella de cinco puntas, partida, y dos palabras: ¿Qué pasa? Esa inscripción apareció por toda La Habana. Pero en ese mismo año 2009 se le ocurrió la idea de crear un personaje imposible pero probable, casi en broma: un superhéroe que nos salvara de “esto” a todos, y tomó como plataforma de despegue la machacante campaña mediática del gobierno en torno al caso de los “Cinco Héroes”.
Así surgió el “Sexto Héroe”, sátira sobre farsa: el Sexto, en fin. Y a Danilo le sorprendió cómo mucha gente comprendió de inmediato la idea y se identificó con el personaje, lo que le dio mucho ánimo para seguir adelante, aunque también descubrió que ya no tenía el control sobre el significado del Sexto, porque había muchos matices de interpretación y hasta connotaciones que nunca se propuso.
Para él, ese personaje representaba simplemente a cualquier persona, porque lo que un determinado individuo haga, puede ser hecho también por otro. El gobierno puede apoderarse de muchos héroes para su interés exclusivo, pero cualquiera puede ser un “héroe” libre porque, aunque tantas personas crean que no se puede hacer nada porque nadie hace nada, resulta que siempre hay alguien que se atreve a expresar abiertamente lo que siente, lo que piensa, lo que quiere.
Danilo había encontrado el sentido de su vida, así de sencillo: solo quería expresarse honesta y libremente. Si había grafitis de propaganda gubernamental por todas partes, ¿por qué él no podía hacer grafitis que fueran su más genuina y legítima expresión personal: su arte, en fin?
Su arte, en fin, lo llevó a lanzar flyers (volantes) por toda la ciudad. Y sucedió que a la policía política se le ocurrió la brillante idea de poner un falso flyer, firmado supuestamente por el Sexto, en la puerta de Antonio Rodiles, uno de los organizadores de Estado de SATS, en el que se acusaba a este proyecto de “Socialista, Antiimperialista, Totalitario y Seguroso” (SATS!), citando además, oportunistamente, un fragmento de un artículo de la destacada opositora Marta Beatriz Roque, donde ella exponía su particular interpretación y sus dudas con respecto a ese proyecto.
El resultado de esa torpe escaramuza contrainteligente: el Sexto fue invitado por Estado de SATS y, más aún: Danilo se siente gratificado luego de esta falsificación provocadora a costa de su firma, porque lejos de crear divergencias, tuvo como efecto la coincidencia de dos caminos. Tratando de dividir, unieron.
Como Danilo lo ha hecho todo por sí mismo y como nadie puede acusarlo (sucio truco perenne) de seguir instrucciones de otros, su argumento para los que lo acosan, lo persiguen, lo arrestan y le hacen oposición violenta, es que él se gobierna a sí mismo, pero que a ellos les ordenan ir a donde está él, y necesitan carros patrulleros, policías, segurosos, armas y calabozos para intentar controlarlo a él, que, sin embargo, para su lucha, no necesita nada más que unas latas de pintura, la verdad de su arte y unos “papelitos”.
Al final de la entrevista en Estado de SATS, Rodiles le pregunta si tiene algún mensaje para el gobierno y el Sexto dice: “La evolución es imparable. Como viene el día tras la noche o el invierno tras el verano. El tiempo de ellos ya pasó y no podemos quedarnos esperando a que ellos determinen cuál sea o no el tiempo de nosotros. El tiempo de nosotros vamos a cogerlo como mismo ellos cogieron el suyo”.
Pero no es nada fácil. Un día, a unas cuadras de su casa, se le acercó un carro con chapa particular chillando gomas y se bajaron, dice él —que mide casi dos metros—, “cuatro tipos grandísimos”, que le fueron encima como si estuviera armado o fuera un terrorista. Pero en ningún momento lo encapucharon, como informaron algunos medios pretendiendo dramatizar el hecho. Su madre y su abuelo lo buscaron en la estación de policía más cercana y no recibieron ninguna información.
El hecho es que lo llevaron para la estación de policía, de Zapata y C, en el Vedado, y, sin dejarle hacer ninguna llamada telefónica, lo metieron en una celda. Pero después lo sacaban a cada rato para interrogarlo. “¿Viste que para nosotros tú no eres nada? ¿Viste cómo te cogimos?”
“En todo el tiempo que estuve arrestado vi más de diez caras diferentes”, dice el Sexto.
Esas caras querían saber quién te da dinero y qué relación tienes tú con Yoani Sánchez, y hasta el tercer día no dejaron que su madre hablara con él. “¿Tú crees que es justo que les hagas eso a tu mamá y a tu hermana?” Cuando por fin lo llevaron para su casa al cuarto día, en el mismo auto en el que lo trajeron, le preguntaron si lo habían tratado bien, casi pidiéndole disculpas. Luego sabría Danilo de la campaña que se desató en internet a favor de su liberación.
“Estaré haciendo grafitis hasta que sepa por qué lo hago”, dice el Sexto. “Creo que es por necesidad: como caminar, como soñar”.
Alexis Jardines, también entrevistado por Estado de SATS, cuenta un chiste de la época soviética: “No pienses. Si piensas, no hables. Si piensas y hablas, no escribas. Si piensas, hablas y escribes, no firmes”. Pero Danilo, al dar la cara, está expuesto al último acápite: “Si piensas, hablas, escribes y firmas, no te sorprendas”. Genial apólogo: eso es lo que hay.
Recuerdo haber leído hace muchos años un texto del poeta ruso Evtushenko donde confesaba su vergüenza porque, en un futuro, nuestros hijos se asombrarían de que haber dicho ahora lo que a uno le parece la verdad parezca un acto valiente.
Ellos tachan sus grafitis con pintura rosada y le dicen que se quite un pulóver que dice Laura Pollán vive. Danilo no se lo quita. Ellos se lo desgarran (Laura Pollán no tiene derecho a existir ni siquiera cuando ya no existe). Danilo cree que ellos están conscientes de lo que hacen. Es posible. También es posible que no sepan lo que hacen porque no les importa saber, porque para los esbirros, y para tantos otros, lo más fácil es no saber.
Nosotros vamos a derrumbar la pared, vamos a mostrar nuestros propósitos para un porvenir, para nuestros hijos, para nuestra familia. Vamos a acabar con ese miedo”, dice el Sexto.

Sobre el autor:
Ernesto Santana ZaldívarErnesto Santana Zaldívar Puerto Padre, Las Tunas, 1958. Graduado del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona en Español y Literatura. Ha sido escritor radial en Radio Progreso, Radio Metropolitana y Radio Arte. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Distinciones obtenidas: Menciones en el género de cuento de los concursos David, de 1977, y Trece de Marzo, de 1979; premios en los concursos Pinos Nuevos, de 1995, Sed de Belleza, de 1996 (ambos en el género de cuento), Dador, de 1998, (proyecto de novela) y Alejo Carpentier, de 2002 (novela), Premio Novelas de Gaveta Franz Kafka, de 2010, por su novela El Carnaval y los Muertos

viernes, 3 de febrero de 2012

Barack Hussein Obama autoriza al Aeropuerto Internacional de Orlando a realizar vuelos directos a Cuba.

Imagen:Aeropuerto internacional de Orlando, Fl

 FL, EE.UU. (Agencias, www.cubanet.org) – De acuerdo a las disposiciones del Presidente Barack Obama sobre los viajes a Cuba, encaminadas a incrementar el contacto entre familiares, se acaba de autorizar al aeropuerto de Orlando, en Florida, para que desde allí despeguen los aviones con destino a la isla.

Señala una información de la página Café Fuerte, que Orlando es la séptima ciudad de Florida autorizada para conectar directamente con Cuba. En 2011, el Aeropuerto Internacional de Orlando solicitó la licencia del Gobierno para “operar viajes fletados a Cuba”, medida que beneficiará principalmente a los cubanos residentes en el centro de Florida.

Orlando es la séptima ciudad del Estado que recibe la autorización. La lista comprende a Tampa, Miami, Cayo Hueso, Fort Lauderdale, Palm Beach y Fort Myers. En total, son 19 los aeropuertos norteamericanos desde los que se puede viajar a Cuba.
.....
Nota:
El Aeropuerto Internacional de Orlando (código IATA: MCO, código OACI: KMCO) (en inglés Orlando International Airport) es un aeropuerto ubicado a 10 kilómetros del centro de la ciudad de Orlando, Florida, Estados Unidos. Es el aeropuerto de mayor tráfico de pasajeros en el estado de Florida, gracias a la popularidad de Orlando como destino turí­stico y a su destacado crecimiento residencial y comercial.
......
Mi opinión personal.
Solo falta escuchar, de boca del presidente de Estados Unidos, la famosa pregunta:

-¿Voy bien, Fidel?

Sólo que en este caso, como ya el otrora comandante en jefe,  ni pinta ni da color, la frase será innovadora. Por eso no se asombren si le escuchan decir a Obama.

-¿Voy bien, Mi General?

A lo que Raúl Castro le responderá:

-"Todavía tienes muchas tareas que realizar antes de que te saquen a patadas de la Casa Blanca. Empieza por detener la ola de murmuraciones  en contra de la gente que tengo por allá. Ve a ver como resuelves el problema de Reina Loyda Tamayo que ya está protestando y haciendo declaraciones en America TV. Si no la paras, pronto  todo el mundo nos culpará de que la sacamos de aquí, para que no jodiera más con sus desfiles y protestas en Banes, gracias a tu ayuda y protección a nuestros agentes allá, los cuales, exitosamente,  se encargaron de   facilitarle la salida  de Cuba y la entrada a Estados Unidos desde Miami.
Y te advierto, para que no te coja de sorpresa, cuídate las espaldas que los republicanos  han descubierto pistas sobre nuestras relaciones secretas y te pueden sacar un susto en las elecciones venideras. Por si acaso,ve haciendo las maletas, que el pase de cuentas es inevitable. Esa es la razón por la cual nosotros  no aceptamos el pluripartidismo aquí. Esa confrontación entre partidos es inadmisible en un gobierno como el mío. En Cuba sólo mando Yo, con mi PCC, que me garantiza   800 mil militantes comunistas que me responden ciegamente. Debes aprender que un jefe de gobierno, si quiere perpetuarse en el poder, tiene que ser un eficaz Capo, no basta con ser mafioso de nombre, hay que serlo de corazón, como te hemos demostrado mi hermano y Yo."
Obama bajará la cabeza, (no los pies que previamente había puesto a descansar en una de las mesas de la oficina del Presidente de turno en la White House) y responderá, con voz melosa:
-"Como Usted ordene y gracias por su consejo, Mi General."
Esperanza E Serrano

jueves, 2 de febrero de 2012

Carta de la diputada Maria Corina Machado a Fidel Castro


Diputada Maria Corina Machado:Expropiar es robar.

Nadie le ha hablado así al sátrapa cubano, no que se recuerde aquí en estos 13 años de locura chavista, de destrucción de una nación y de la invasión institucional cubana a Venezuela. Antes, los cubanos éramos mirados con un gran afecto en Venezuela, hoy, depende del lado político del interlocutor, desde gusano y apátrida, hasta invasor,somos marginados y mal mirados, todo gracias a esta “revolución bonita” que la ha cagado de punta a punta y con un presidente postrado totalmente al G2 y FAR cubanas, amén de los castro. La aspirante presidencial Maria Corina Machado le ha dado y recordado al Fidel lo que nadie le había dicho antes en este tiempo, lo ha puesto en su justo lugar, como invasor y ladrón de los recursos económicos y naturales de Venezuela. Mujer valiente.Léeanlo.


Martes, 31 de Enero de 2012
Comandante Fidel Castro
La Habana Cuba
Sr. Castro:
Me dirijo a usted en la oportunidad de responder a las alusiones que hizo de mí en sus Reflexiones sobre “La Genialidad de Chávez” del 26 de enero pasado.
Me referiré a dos aspectos de su escrito: el que se refiere a mi intervención en la Asamblea Nacional y el relativo a sus opiniones sobre la política venezolana. El presidente Chávez intentó usar su presentación en la Asamblea para dos propósitos muy evidentes. En primer lugar para mostrar un país de paz y prosperidad que no existe. Venezuela con todos sus recursos humanos y naturales vive los embates de la pobreza el crimen y la humillación en segundo lugar quiso utilizar a los diputados de la oposición para mostrar al mundo un juego democrático que ha sido vulnerado por su gobierno mediante el control abusivo de todas las instituciones del Estado y la represión hacia la disidencia.
Frente a esta manipulación y la indignación que me produjo tomé la palabra para denunciar que no existe ese país que describió Chávez y que por el contrario está signado por la escasez y el racionamiento el crimen desatado y la acción vil e impune del Estado que roba la propiedad privada mediante la figura de las expropiaciones. Por eso cuando pronuncié la frase “expropiar es robar” los venezolanos en su mayoría sobre todo los más humildes se sintieron expresados. No fueron frases que pusieron a prueba como usted dice de Chávez “su caballerosidad y sangre fría” sino su engaño y el teatro que escenificaba hasta el momento de mi exposición.
Usted asegura que “solo él fue capaz de responder con serenidad al insultante calificativo de ‘ladrón’ que ella utilizó para juzgar la conducta del Presidente por las leyes y medidas adoptadas”. Yo dije que expropiar es robar y lo sostengo. Fue el propio presidente Chávez quien se autocalificó de “ladrón” al asumir personalmente la responsabilidad de las expropiaciones que son robos apenas revestidos de un barniz jurídico en el régimen actual.
Tan importante es la propiedad que después de medio siglo Cuba de la mano de su hermano y Presidente la ha redescubierto en su programa de reformas.
Tampoco es verdad que como usted asegura Chávez “respondió a la solicitud individual de un debate con una frase elegante y sosegada “Águila no caza moscas “y sin añadir una palabra prosiguió serenamente su exposición.” En ese momento el presidente Chávez perdió la compostura su manoseada frase sobre águilas y moscas es una grosera manifestación de desprecio hacia sus interlocutores que fue aderezada con una expresión según la cual yo no tengo “ranking” para debatir con él. Sólo un déspota considera que un parlamentario elegido por el pueblo no tiene credenciales para discutir con el presidente de su país.

Pero en el fondo tiene razón el Presidente Chávez: él y yo estamos en niveles muy distantes en cuanto a la moral y los principios.
Lo que usted señor Castro elude es que mi interpelación al presidente Chávez expresó lo que un país hastiado de un régimen autocrático quiere decirle. Estas opiniones suyas no pasarían de ser la consabida lisonja que usted suele prodigar de tiempo en tiempo a Chávez si no fuera porque se atreve a incursionar en el debate político venezolano como muestra del intervencionismo sistemático de su gobierno en los asuntos internos de mi país.
Señor Castro usted intervino en Venezuela en la década de los 60 cuando personal militar a su servicio pretendió imponer un régimen en Venezuela como el que usted impuso en su país. Las autoridades civiles y las Fuerzas Armadas de entonces lo derrotaron a usted del mismo modo que las democracias latinoamericanas lo hicieron en toda la región. Su agresión causó muertes incluyendo la de tantos jóvenes venezolanos que se hicieron ilusiones con su revolución. Más adelante una vez derrotado y abandonado por la Unión Soviética los demócratas latinoamericanos le abrieron a su régimen las puertas a la comunidad regional a condición de que iniciara un proceso de democratización. Uno de los que le facilitó ese reingreso fue el presidente Carlos Andrés Pérez con quien usted se solidarizó cuando ocurrió el golpe de Estado del teniente coronel Hugo Chávez. Los venezolanos recordamos la carta suya al presidente Pérez en la que le decía: “En este momento amargo y crítico recordamos con gratitud todo lo que has contribuido al desarrollo de las relaciones bilaterales entre nuestros países y tu sostenida posición de comprensión y respeto hacia Cuba. Confío en que la dificultades serán superadas totalmente y se preserve el orden constitucional así como tu liderazgo al frente de los destinos de la hermana República de Venezuela”.
Así se desmarcaba usted del golpe de estado de Chávez y expresaba su solidaridad al entonces Presidente cuando su interés era retornar de algún modo a la comunidad latinoamericana debido a que los soviéticos habían dejado a su país sin oxígeno.
Sin embargo más adelante encontraría un nuevo auxilio. Usted se prestó a darle una credencial revolucionaria a quien no habría pasado de ser uno más de los militares golpistas de América Latina a cambio de recibir colosales recursos de nuestro país que le son negados a los ciudadanos venezolanos. Si en los 60 usted invadió a nuestro país en contra de la voluntad de su liderazgo civil y de las FAN ahora lo hace porque el gobierno del presidente Chávez le ha entregado nuestra soberanía. Su ataque a Rómulo Betancourt no puede ocultar un hecho que está inscrito en la historia: Betancourt lo derrotó a usted política y militarmente su reconcomio por esta fatalidad es evidente.
No podía esperarse en sus consideraciones nada distinto al reconocimiento al General Henry Rangel Silva recientemente promovido al cargo de ministro de Defensa de Venezuela. Es un militar cuestionado nacional e internacionalmente en el exterior por supuestos vínculos con la guerrilla y el narcotráfico dentro de Venezuela por haber amenazado en no reconocer el triunfo de las fuerzas democráticas en las próximas elecciones. Este oficial no representa a los militares institucionales de Venezuela ni la protesta mayoritaria de éstos en contra de la invasión cubana a nuestra FAN.
Usted ha invocado muchas veces como razón de su rebelión en la década de los 50 la intervención de los EEUU en su país durante más de la mitad del siglo XX. Usted ha sido crítico de la forma en la que los soviéticos a sus espaldas negociaron a Cuba en el marco de la Guerra Fría. Muchos cubanos todavía resienten la grosera participación de los soviéticos en la dirección del Estado cubano durante tres décadas. Usted que sabe eso podría imaginarse la indignación que produce a los venezolanos ver a cubanos enviados por su gobierno en las más altas esferas del Estado en las instalaciones militares en el Palacio presidencial en los cuerpos de seguridad en registros y notarías. Imagine la humillación que sienten los oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana al recibir órdenes de extranjeros como los oficiales cubanos quienes invaden nuestras instalaciones militares.
Venezuela ha sustituido a la Unión Soviética como sostén de Cuba mientras aquí hay miles de refugiados que vieron sus viviendas destruirse y el gobierno no ha hecho nada para remediarles su situación. Su gobierno recibe que se sepa más de 110 mil barriles diarios de nuestro petróleo en forma de regalo supuestamente compensado con servicios que no valen lo que cuesta producir el petróleo. Su régimen hace triangulaciones de negocios que encarecen lo que Venezuela importa y les permiten a ustedes una grosera e innecesaria tajada de comisiones. Chávez y ustedes han logrado que lo que ha sido la tradicional amistad entre cubanos y venezolanos hoy esté atravesada por el resentimiento y la sospecha. Esa amistad volverá pero una vez que cese la invasión de funcionarios de su país al nuestro.
Usted invocó en su revolución la necesidad de luchar contra los cipayos que en su país propiciaron la intervención foránea durante décadas. Nosotros hoy luchamos contra los cipayos que en Venezuela han propiciado la intervención del gobierno cubano en la dirección de nuestro Estado y nuestra sociedad.
En el futuro seremos países amigos pero jamás aceptaremos la permanencia del status-quo que les ha permitido la anexión institucional de nuestro país al suyo. Tenga la seguridad de que mi gobierno estará comprometido con el pleno retorno de la democracia a Cuba.
Comandante Castro deje de intervenir en los asuntos internos de Venezuela. Hágalo de buen grado o las fuerzas democráticas de Venezuela se lo volverán hacer entender como hace 50 años.
María Corina Machado
Tomado de
http://cubanitoweb.wordpress.com

martes, 31 de enero de 2012

El papel cada vez más reaccionario del Partido Comunista de Cuba

Por Eugenio Yáñez
Otra actividad de turismo partidista ha tenido lugar en La Habana este fin de semana: la Conferencia Nacional del Partido. Como si no existieran suficientes problemas por resolver para mantener ocupadas no solamente a la gerontocracia, sino también a las alrededor de ochocientas mil personas que conforman la militancia partidista, más de ochocientos delegados se reunieron en la capital, supuestamente en homenaje al 159 aniversario del natalicio de José Martí -con los correspondientes gastos de instalaciones, cobertura “periodística”, propaganda, transportación, alojamiento, consumo alimenticio y demás-, para discutir ¿sobre qué?
En la convocatoria oficial del evento, en el acápite número 1.1 de la Introducción, se señalaba que:

  “La Conferencia Nacional del Partido, por mandato de su 6to. Congreso, tiene la responsabilidad de evaluar con objetividad y sentido crítico el trabajo de la organización, así como determinar con voluntad renovadora las transformaciones necesarias para situarlo a la altura de las circunstancias actuales”.

 Manejando la información con el enfoque burocrático de siempre, y como si se tratara de papas o boniatos, el periódico “Granma”, órgano oficial del Partido Comunista cubano, publicaba el día antes de la conferencia que en las 65,000 reuniones de base previas al cónclave fueron modificados 78 de los 96 puntos originales del documento base, publicado en octubre, y agregados otros cinco, como si esa información dijera algo o sirviera para algo, como si las decisiones trascendentes y estratégicas tuvieran que ver con porcentajes de modificaciones a las propuestas iniciales o cosas por el estilo.

 José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del PCC y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, al inaugurar la Conferencia, pidió a los delegados acabar con “esquemas mentales obsoletos”. Nada más paradójico que tener que escuchar al campeón indiscutido de los esquemas mentales obsoletos en el partido cubano llamar a acabar con ellos, cuando él mismo es uno de los que más ha contribuido a crearlos, establecerlos y mantenerlos por décadas.

Sin embargo, “más de lo mismo” pudiera resultar la frase idónea para definir el espíritu del cónclave, porque los esquemas mentales obsoletos presidieron todo el tiempo la Conferencia. Como ocurre siempre, la información oficial se iba haciendo pública poco a poco, después de las correspondientes revisiones, contra-revisiones, ediciones, contra-ediciones, aprobaciones y contra-aprobaciones, por lo que puede ser muy precipitado pretender alcanzar todas las conclusiones detalladas en este mismo momento. Sin embargo, de acuerdo a lo que se ha podido ir conociendo, parece claro que los ilusos, una vez más, se tendrán que quedar esperando para poder ver a un general homosexual al frente de una unidad militar o a gente muy joven formando parte del Buró Político.

Porque lo que sí se destacó durante la Conferencia, por parte de Raúl Castro, fue el aviso de que la represión no se detendrá ni por un instante:

 “Considero necesario denunciar, una vez más, las brutales campañas anticubanas instigadas por el gobierno de Estados Unidos y algunos otros tradicionalmente comprometidos con la subversión contra nuestro país, con el concurso de la gran prensa occidental y la colaboración de sus asalariados dentro de la Isla”.

 Al hacer la clausura de la misma, el primer secretario del partido, Raúl Castro, no dijo nada nuevo y se limitó a repetir la misma cantaleta de medio siglo. Ignoró totalmente las propuestas de muchos revolucionarios cubanos dentro del país sobre la creación de un partido revolucionario cubano, o de otros partidos diferentes al comunista, desacreditando esas propuestas al decir que hacen “el juego de la demagogia y la mercantilización de la política” y achacando ese proyecto exclusivamente, como siempre, al “imperialismo”:
“Renunciar al principio de un solo partido equivaldría, sencillamente, a legalizar al partido o los partidos del imperialismo en suelo patrio y sacrificar el arma estratégica de la unidad de los cubanos, que ha hecho realidad los sueños de independencia y justicia social por los que han luchado tantas generaciones de patriotas, desde Hatuey hasta Céspedes, Martí y Fidel”

Invirtiendo tramposamente causa y efecto, vinculó la insistencia en el partido único con su soporte constitucional, diciendo:
“El concepto de un solo partido, al que jamás renunciaremos, se encuentra en plena correspondencia con el artículo cinco de la Constitución de la República, aprobada en referendo por el 97,7 por ciento de los electores, mediante el voto libre, directo y secreto”.

 Por eso no resulta nada casual que horas antes de comenzar la Conferencia la inmensa mayoría de los cubanos de a pie no mostrara el más mínimo interés en el evento partidista ni esperara nada positivo de sus resultados.
Según la agencia española de prensa en La Habana,

“Más de 30 personas consultadas por Efe en la capital cubana afirmaron no estar informadas ni pendientes del desarrollo de esa reunión, en la que los comunistas cubanos evaluarán asuntos como la modificación de los métodos de trabajo del partido y su política de cuadros.

De los pocos entrevistados que sí dijeron estar al tanto de la Conferencia, las opiniones se dividen entre quienes esperan que el gobernante PCC se “conecte” más con las necesidades de la población, y quienes creen que será una reunión que no resolverá los problemas prácticos del país”.

Incluso, la propaganda oficial, siempre triunfalista y eufemística, tiene que tocar el tema del desinterés general, aunque lo haga con los adornos propagandísticos y el rebuscamiento del lenguaje de siempre:

“Afuera, el país y su capital viven un típico fin de semana, diferenciado solo por las celebraciones martianas del 28 de enero, día entrañable para todos los cubanos.
No hay estridencias, ni galanuras, ni señales en las calles de ningún otro acontecimiento extraordinario. Los reportes de la televisión y la radio y el periódico del domingo apenas podrán apresar el sumo de los análisis que transcurren al interior del recinto. Espoleada por mi oficio y por el privilegio de asistir todo lo que se debate, me pregunto si esa parte de la nación que no está dentro de Convenciones, sabrá que sí lo está dentro de la Conferencia”.

 Todavía no está claro qué se discutió en la Conferencia que no se hubiera discutido ya muchas veces antes, a menos que se considere “claro” el cantinfleo partidista y la aburrida repetición de los mismos conceptos huecos que han inundado el espectro seudo-político cubano durante más de medio siglo. De acuerdo a las declaraciones oficiales, la Conferencia se celebraba “con el propósito esencial de profundizar en el trabajo partidista”, cualquier cosa que eso pueda significar.

 En realidad, es la misma música de fondo que ha acompañado al hundimiento sistemático del Titanic, con cantos a la solidez de su estructura y su capacidad de navegación, a la sabiduría de los capitanes que no logran encontrar el rumbo ni acertar en nada, y a la invencibilidad de los vencidos.

De acuerdo a la esotérica cultura de funcionamiento partidista ideada por Lenin, pero diseñada y establecida en la práctica, y a la cañona, por Stalin, una Conferencia Nacional debería ser algo así como una reunión partidista a medio camino entre un Pleno del Comité Central y un Congreso; pero no pretendamos ahora entrar a detallar las características de cada uno de estos cónclaves.

Baste con señalar que los anales de los reglamentos partidistas recogen que los Plenos deberían celebrarse como mínimo dos veces al año, y los congresos cada cinco años, pero todo eso siempre ha resultado escenográfico y circunstancial, mucho más en Cuba que en cualquier otro lugar, quizás con la excepción de Corea del Norte.

Teniendo en cuenta que el sexto Congreso del Partido se celebró catorce años después del quinto, que durante muchos años no se celebraron Plenos del Partido, que nunca en la historia de ningún país “socialista” la mayoría de los acuerdos importantes de los congresos de un partido comunista se han cumplido, y que el único antecedente de una Conferencia Nacional del Partido en la Cuba posterior a 1959 sería la realizada por el PSP (Partido Socialista Popular) en 1960, sin dudas puede señalarse que la Conferencia Nacional del PCC es un evento inédito, sobre el que casi nadie sabía casi nada sobre el cómo y el por qué, aunque eso no tuviera la más mínima importancia, y cuyos logros y resultados serán menos trascendentes que un cuento de Caperucita Roja.

La información oficial que se brindaba al amanecer del domingo, después del primer día de la conferencia, comenzaba con un texto engañoso, diversionista, y que tiende a confundir, como es habitual en todas las informaciones ofrecidas por un partido comunista en cualquier parte del mundo:

“La Primera Conferencia del Partido, esa reunión que convoca el Comité Central en el período que media entre congresos, “para tratar asuntos importantes de su política”, toma por dos días las salas del Palacio de las Convenciones de La Habana”.

 Engañosa, diversionista, y que pretende confundir, porque la Conferencia no es “esa reunión que convoca el Comité Central en el período que media entre congresos” como si fuera algo natural y cotidiano: es la primera vez, en 53 años de revolución y 47 de existencia del Partido Comunista de Cuba que se convoca un cónclave de este tipo.

 Mientras, algunos medios de prensa y corresponsales extranjeros embelesados con las palabras de Mariela Castro, que consideraban que la citada conferencia discutiría y resolvería sobre serios problemas de la comunidad gay en Cuba, no tienen todavía información sobre los resultados. Lo que esperaban estos personajes quedaba muy claro en palabras de un corresponsal extranjero en La Habana,
la Conferencia busca conseguir un incremento progresivo y sostenido de mujeres, negros, mestizos y jóvenes en los cargos de dirección, y abrir las puertas del gobierno, el PCC y las Fuerzas Armadas a los homosexuales, que fueron perseguidos y marginados tras el triunfo de la revolución…”.

La primera parte del párrafo anterior es algo que se ha venido repitiendo, cuando menos, en las últimas tres décadas, sin que se haya materializado nunca: repetirlo ahora es más de lo mismo, nada nuevo.

La segunda parte, relativa a “abrir las puertas” del gobierno, el partido y las FAR a los homosexuales, sería una ruptura total con una política de más de medio siglo, personalmente establecida por Fidel Castro, y que chocaría fuertemente con la cultura machista del poder revolucionario. Habrá que esperar para ver si las cosas suceden de esta manera, y en caso de que sucedieran, hasta dónde y hasta cuando. No solamente si queda en declaraciones rimbombantes, sino sí, realmente, se materializa en la práctica.

Otros ingenuos en el exterior, cubanos o extranjeros, a veces también conocidos como “expertos sobre temas cubanos”, centraron sus esperanzas en que la conferencia daría paso a un relevo generacional que sustituiría masivamente a la gerontocracia y daría paso a nuevas hornadas de tecnocomunistas de consejos de administración y guayabera, sin nada que ver con la lucha guerrillera ni méritos “históricos”, como si eso en Cuba fuera posible antes de los majestuosos funerales de “quien tu sabes” y quienes le rodean.
 Raúl Castro no dejó ninguna duda sobre este tema al clausurar la Conferencia, señalando que la revolución

“dejaría de existir, sin efectuarse un solo disparo por el enemigo, si su dirección llegara algún día a caer en manos de individuos corruptos y cobardes”.
 Así que, para las laboriosas abejas que esperaban por un pronto relevo en las mieles del poder, fue muy claro:

“La generación que hizo la revolución ha tenido el privilegio histórico [...] de poder conducir la rectificación de los errores cometidos por ella misma (...) No pensamos, a pesar de que ya no somos tan jóvenes, desaprovechar esta última oportunidad”

 Incluso algunos ilusos, cuando comentaban sobre la gerontocracia que había copado el Buró Político del partido durante el Sexto Congreso, se embullaron con las palabras que entonces pronunció Raúl Castro sobre la “vergüenza” del no-relevo, y llegaron a expresar, sin sonrojarse, que sería de esperar una sonada renovación de ese buró político durante la Conferencia.
No se ha hecho público al momento de poner este análisis on-line si hubo alguna designación para ocupar la plaza vacante del buró político surgida por la muerte del general Julio Casas Regueiro, así que todavía no puede decirse si se llevó a cabo algún aporte de “sangre joven” al más alto nivel de dirección de la organización.

Tenemos entonces que llegó y pasó la tan traída y llevada Conferencia, y aunque en los momentos de escribir estas líneas solamente se conocen informaciones de la prensa oficial, como siempre sesgadas, parcializadas, generales y fragmentarias, ya está claro que esos ilusos que sueñan con ver masivamente la sangre joven en los más altos niveles de dirección del partido comunista tendrán que esperar para otra oportunidad (¿tal vez las calendas griegas?) para ver ejecutarse ese relevo.
Algunos habían señalado que con las nuevas nominaciones que se verían en la Conferencia podrían obtenerse pistas para imaginarse quien sería el próximo máximo dirigente de Cuba, que no llevaría el apellido Castro. Parece increíble cuantos errores, despistes y disparates pueden contenerse en un solo pensamiento. Lo más que se logró fue un acuerdo unánime de los delegados para “cooptar”hasta el 20% del Comité Central en su presente mandato de cinco años. Teniendo en cuenta que el Comité Central tiene 115 miembros, el 20% serían 23 renovaciones durante un quinquenio. Dentro de cinco años, ¿donde estarán Raúl Castro, Ramiro Valdés y Machado Ventura, que, de estar vivos todavía, tendrían 85, 84 y 86 años respectivamente?
Lo que más parece haber emocionado a todos, tanto amigos como cripto-castristas y adversarios, fue la declaración de Raúl Castro de que se debería limitar a diez años la permanencia de un “dirigente” en un mismo cargo político o estatal, algo que aunque no estuvo mucho más elaborado y fue solamente mencionado, de inmediato fue tomado por algunos como expresión de una voluntad renovadora del partido, que en realidad no existe -ni puede existir- y como un indicio del “relevo generacional” que está por verse.
La propuesta de limitación de mandatos a dos períodos se aprobó, y Raúl Castro señaló que “Una vez definida y acordada la política por las instancias pertinentes podremos iniciar su aplicación paulatina sin esperar por la reforma constitucionaly de los estatutos del Partido que será necesario acometer. No debe pasar inadvertido el concepto de “iniciar su aplicación paulatina”, con todo lo que eso representa en potenciales demoras e interpretaciones enrevesadas.
Lo de la reforma en la Constitución que será necesario realizar para el límite de mandatos en el nivel de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y otros cargos estatales y de gobierno, no representa problema alguno: sencillamente, se le ordenará a los diputados que aprueben la modificación constitucional que resulte necesaria y estos la aprobarán por unanimidad, levantando sus brazos y aplaudiendo, en cuanto se someta a votación. En el Partido, simplemente, se impondrá la modificación.
En su perenne e incansable desvelo por buscarle el rostro “humano” al neocastrismo, no se han dado cuenta de que con esos criterios una persona puede estar diez años en un cargo partidista, pasar de ahí a diez años en un cargo estatal, regresar de nuevo a un cargo partidista por otros diez años, y así sucesivamente, y mucho más en los feudos de Raúl Castro.
Muy pocos “cuadros” en Cuba son exclusivamente del partido o del gobierno: Machado Ventura y Esteban Lazo son dos de los más visibles cuadros “partidistas”, que durante muchos años han estado en esas tareas, mientras que el vicepresidente del gobierno Ricardo Cabrisas puede ser un ejemplo del “cuadro” gubernamental que no se conoce como dirigente partidista, pero en líneas generales no hay nada extraño en que los “dirigentes” sean movidos entre el partido y el gobierno de acuerdo a las necesidades o los intereses del poder (incluyendo las fuerzas armadas, sea porque provienen de ellas o porque regresan a las mismas).
Hay que tener en cuenta, además, que la limitación que se propone parece basarse en el principio de la imposibilidad de mantenerse por más de diez años seguidos en el mismo cargo, pero no en mantenerse la vida entera en el mismo relajo, pasando de un cargo para otro.
Y no debemos olvidar que esta propuesta de no más de diez años en el mismo cargo ha surgido en estos momentos, cuando sus autores en plena senectud y al borde de las tumbas, que no pueden aspirar sensatamente a vivir diez años más ni siquiera en un asilo de ancianos, son los mismos personajes que han estado por casi medio siglo en el mismo cargo, o en todos los cargos posibles, pero sin separarse del poder en mayor o menor escala, con independencia de los errores y barbaridades que hayan cometido, como los hermanos Fidel y Raúl Castro, Ramiro Valdés, José Ramón Machado Ventura, Abelardo Colomé Ibarra, Guillermo García, Leopoldo Cintras Frías, José Ramón Balaguer, Antonio Enrique Lussón, José Ramón (el gallego) Fernández, o Ulises Rosales del Toro, entre otros.

Esta medida “sensacional” de limitar los mandatos a dos períodos consecutivos, inclusive los del presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, siempre fue la que tuvo más posibilidades de ser aprobada en este cónclave, porque venía del propio Raúl Castro y todo el mundo lo sabía, pero más que todo por un sentido propagandístico y adormecedor. Para la historia de Cuba en el último medio siglo era algo absolutamente novedoso y hasta “revolucionario”. Y se trataba de algo que en cualquier lugar siempre caería bien ante una población completamente hastiada de ver a todos sus “dirigentes” perpetuarse en el poder.
Sin embargo, el hecho de haber aprobado una medida de este tipo no puede tomarse automáticamente como prueba de que el partido cubano se está “renovando” o de que está adoptando políticas novedosas. Esta acción, completamente alejada de un conjunto de decisiones fundamentales que no se tomaron ni se tomarán, no puede pasar de lo puramente cosmético y de galería.
Para quienes tienen muy poca memoria o no desean adentrarse demasiado en temas históricos relativamente contemporáneos, es bueno alertarles que cada vez que en un partido comunista, forzado por las crisis, las circunstancias y, fundamentalmente, por el malestar en la militancia y la población, se ha dicho que la permanencia en los cargos de dirección debería limitarse a diez años (es decir, dos períodos de mandato), eso ha sucedido poco tiempo antes de que ese partido perdiera su “papel rector”, y con ello el poder, o quedara en una posición nacional insignificante e intrascendente, o se disolviera.
Porque, simplemente, en cualquier organización partidista del mundo moderno en que realmente funcione una democracia y sus cargos dirigentes sean electos libremente por la militancia, es extremadamente difícil que alguien pueda mantenerse más de diez años en un mismo cargo, a causa del natural desgaste que provoca el ejercicio del poder -de cualquier poder- y de que la persona en el cargo busca nuevos horizontes para su actividad, tanto dentro del mismo partido como fuera de él.
Pretender que pueda existir un partido comunista donde sus “cuadros” solamente puedan estar en el cargo por dos períodos, y después retirarse a una especie de limbo existencial o sosegada vida privada, alejados del poder, es como pretender que exista una monarquía donde la realeza sea electa en comicios periódicos y competitivos. Pero ni siquiera el tan poco común sentido común logró aplacar a los que se han lanzado ya a proclamar el supuesto límite a un decenio como medida de cordura “socialista”.
De nada valió para calmar los ánimos a los “ojalateros”, tan emocionados con el ojalá que pasen tantas cosas, el aviso de Raúl Castro en el aeropuerto, después de despedir al provocador presidente iraní Mahmud Ahmadinejad tras su visita a Cuba, de que

no hay que hacerse tantas ilusiones con la conferencia ni levantar mucha perspectiva (...). El Congreso es lo definitivo. Ahora es una cuestión interna del partido, de irlo perfeccionando”. 
Es decir, que el capitán del Titanic criollo en estos momentos dijo claramente que nadie debería embullarse con la ilusión de que de la chistera mágica verdeolivo de la Conferencia Nacional del Partido salieran sorpresivos conejos socialistas renovadores o decisiones políticas revolucionarias, puesto que se trata, simple y llanamente, de una actividad interna de la institución más reaccionaria, retrógrada, conservadora y cavernícola que ha existido en Cuba en más de quinientos años.
El general-dictador lo avisó claramente -normalmente acostumbra avisar muchas cosas de este tipo, aunque muchos “expertos” no quieran darse cuenta-, porque él sí sabía perfectamente que la Conferencia era una simple formalidad más.
Que fue prevista de esa manera por la incapacidad de la camarilla dirigente para discutir en un único cónclave -en el sexto congreso del Partido-, la necesidad de “jubilar” definitivamente al Comandante en Jefe, y además imponer el reordenamiento conceptual de la economía nacional y el funcionamiento del país a través de los llamados lineamientos económicos y sociales, en un país al borde del abismo.
Encima de eso, tener que fingir que se discutían y se aprobaban temas organizativos y de funcionamiento de una institución cuya única razón de ser, demostrada durante más de un siglo en todo el mundo, aunque nunca aceptada públicamente por sus beneficiarios, es mantenerse en el poder a toda costa y con cualquier pretexto, era demasiado: “mucho para un solo corazón”, como se decía en Cuba.
La información de la prensa oficial al término del primer día de la reunión, señalando que los participantes se pronunciaron por “fortalecer la unidad nacional en torno al Partido y la Revolución y estrechar el vínculo permanente con las masas”, además de una perfecta demostración de lo que significa el vacío absoluto, no decía nada que tuviera la más mínima importancia.
Una vez más, como siempre, el partido se cocinó en su propia salsa, de espaldas a la sociedad, inmoralmente suponiendo que “el pueblo cubano” realizará exactamente lo que ellos decidan que debe hacerse, en este caso, unirse “en torno al Partido”. Pero aun en el improbable y supuesto caso de que el pueblo cubano pretendiera hacerlo, sería perfectamente válido preguntarse: ¿para qué?
Hay un problema de fondo que en muchas ocasiones a los comentaristas extranjeros y diversos “expertos” les pasa inadvertido: a diferencia de la Europa sovietizada y el Asia comunista, el Partido Comunista cubano no hizo la revolución, sino que, por el contrario, fue la jefatura guerrillera del Movimiento 26 de Julio, triunfante en el complejo proceso revolucionario anti-batistiano, la que creó un partido único a su conveniencia.
Por consiguiente, la revolución cubana no se hizo a imagen y semejanza del Partido Comunista, sino el Partido Comunista se hizo a imagen y semejanza de quienes capitalizaron la revolución cubana.
Y eso, tratándose de Cuba y su revolución, significa que no podía haber sido hecho nada más ni nada menos que como instrumento bajo la férrea voluntad y al servicio del Comandante en Jefe Fidel Castro, sin tener demasiado que ver con la jerarquía y la disciplina dogmática de los partidos comunistas “de nuevo tipo” que se crearon a partir de la experiencia soviética y china en Europa y Asia. 
Esa diferencia ha determinado no solo la definición conceptual, organizacional y operativa del Partido Comunista cubano, sino también lo peculiar de todas sus deficiencias y sus fracasos, mucho más allá de los pecados originales de todo partido comunista en el poder.

Uno de los aspectos más realistas alrededor de este dilema fue destacado por el periódico “Granma”, órgano oficial del partido, quizás hasta sin darse cuenta en toda su extensión de lo que planteaba, en una frase inicial de su información sobre la Conferencia, al señalar la necesidad de:
“acelerar el desarrollo de la sociedad y afianzar los Lineamientos Económicos y Sociales aprobados en el Sexto Congreso a partir del concepto de que no hay ideología sin economía”. [Subrayado nuestro].

Después de casi medio siglo con Fidel Castro como máximo líder y pretendiendo imponer y establecer la ideología y la ingeniería social completamente de espaldas a la economía y las verdaderas disponibilidades materiales, ese señalamiento de que no hay ideología sin economía, una vez más, constituye un marcado rechazo, silencioso pero efectivo e inapelable, al fidelismo descontrolado e incontrolado, a pesar de lo cual, sin embargo, pasa inadvertido para tanto “experto”, que solamente ve la parte de la noticia que dice que a Fidel Castro se le ofreció un prolongado aplauso en ausencia.
Sin dudas, el neocastrismo pretende buscar y encontrar su camino sabiendo que no puede contar para nada con el “legado” del Comandante en Jefe si realmente se trata de tomar decisiones realistas.
Ahora bien, el hecho de que se tomen decisiones realistas basadas en los dogmas y los prejuicios que conforman los fundamentos y las estructuras de todo partido comunista no garantiza ni mucho menos que tales decisiones sean efectivas o puedan dar los resultados que se deberían esperar. 
Un ejemplo de ello es el enfoque del problema de la corrupción -un fenómeno intrínseco de todo régimen totalitario- que desde siempre carcome hasta sus cimientos a la estructura “revolucionaria” del neocastrismo, y que en ocasiones se señala como algo más peligroso para el futuro comunista que la disidencia o la contrarrevolución.
Raúl Castro finalmente lo reconoció públicamente:
“La corrupción es (…) uno de los principales enemigos de la revolución, mucho más perjudicial que el multimillonario programa subversivo e injerencista del gobierno de Estados Unidos y sus aliados, dentro y fuera del país”.

Siempre había sido muy evidente el temor por parte del poder gerontocrático a reconocer la amplitud y profundidad de esta lacra, por lo que el general-dictador, al hacer las conclusiones de la Conferencia, aunque destacó el peligro, como se vio anteriormente, también se encargó de restar importancia al asunto.
Tras avisar que sería “implacable” con el fenómeno de la corrupción, que no habría “contemplaciones” con los funcionarios corruptos, y que divulgaría detalles de los casos que están bajo investigación, quiso transmitir serenidad espiritual a todos quienes ven el papalote neocastrista irse a bolina, al señalar tranquilamente que:

“Afortunadamente, sin el menor ánimo de restarle gravedad a este mal bastante generalizado en el planeta, considero que nuestro país puede ganarle la batalla a la corrupción, primero frenarla y luego liquidarla sin contemplaciones de ningún tipo”.
Antes de comenzar la Conferencia se comentaba por parte de algunos especialistas, académicos, estudiosos del tema y periodistas en cierta prensa extranjera que Raúl Castro estaba interesado en separar la acción y la actividad partidista de la del gobierno, porque estaba convencido de que, a lo largo de su historia, el PCC “se involucró en tareas que no le correspondían”, lo que trajo como resultado un “debilitamiento” de su labor.
La observación de esos estudiosos y seguidores del tema es muy sensata, y tal vez la preocupación del general-dictador pueda ser sincera en reconocer que el partido cada vez resulta menos efectivo, pero con esa línea de razonamiento de que se pretende mejorar la dirección de la organización partidista se estaría buscando, una vez más, la solución correcta al problema equivocado, porque sería fundamental comprender en toda su profundidad y trascendencia que en ningún momento de su historia el Partido Comunista de Cuba “se involucró en tareas que no le correspondían”, sino todo lo contrario.
Ya en el primer congreso del Partido Comunista en 1975, diez años después de la creación de la organización con ese nombre, que sustituyó a las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y al Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC), Fidel Castro, fundador, caotizador, máximo jefe y primer secretario de cada una de las mencionadas organizaciones, dijo claramente:

“El Partido lo resume todo. En él se sintetizan los sueños de todos los revolucionarios a lo largo de nuestra historia; en él se concretan las ideas, los principios y la fuerza de la Revolución; en él desaparecen nuestros individualismos y aprendemos a pensar en términos de colectividad; él es nuestro educador, nuestro maestro, nuestro guía y nuestra conciencia vigilante, cuando nosotros mismos no somos capaces de ver nuestros errores, nuestros defectos y nuestras limitaciones; en él nos sumamos todos y entre todos hacemos de cada uno de nosotros un soldado espartano de la más justa de las causas y de todos un gigante invencible”.
Dentro de ese concepto cabe cualquier cosa: gracias a ese peculiar criterio, el partido puede estar “en el centro de todo”, como se proclama continuamente, y por lo tanto, no pueden existir tareas que no le correspondan. Siendo así, entonces el partido nunca se podría involucrar en tareas que no le correspondan, puesto que todas las tareas le corresponderían, ya que ese partido lo resume todo y resulta educador, maestro, guía y conciencia vigilante.
Y, como el partido comunista tiene que seguir pretendiendo, aunque jure lo contrario, controlarlo todo, a toda hora y en todas partes, al final de todos y cada uno de los esfuerzos, por muy serios y responsables que pudieran ser -y eso habría que verlo-, no podrá lograr nada, y cada vez su papel será más retrógrado y reaccionario, a la vez que menos importante y menos trascendente, y cada vez más absurdo, decorativo y escenográfico, porque aunque se empeñe en lo contrario lo más que podrá lograr será, en el mejor de los casos, dirigir mejor que nunca… pero solamente para fracasar igual que siempre.
De manera que, todo lo que se haya podido discutir hasta ahora o se pueda discutir en el futuro, no solamente en esta Conferencia del Partido, sino en cualquier actividad o cónclave del Partido Comunista, aunque fuera de la manera más democrática, transparente y participativa del mundo (lo que sería contra natura, dada la propia característica de un partido comunista), resultará siempre superfluo mientras no se aborde el problema fundamental que enfrenta y que, a la vez, representa en sí mismo cualquier partido comunista en el poder, sea en Cuba, la ex-Unión Soviética, China, Corea del Norte, o cualquier otro país del mundo: el mantenimiento de la existencia o la abolición constitucional del tenebroso artículo que establece la definición del Partido Comunista como “fuerza rectora superior” del Estado y la sociedad.
Mientras tal definición ha existido y estado vigente, ningún país “socialista” ha logrado resolver sus problemas, que cada vez se agravan más. Pero tan pronto como el tal dichoso artículo ha perdido fuerza constitucional, el desmontaje del aparataje totalitario ha sido cuestión de semanas, o cuando más de meses, en todas partes, para bien de la población, la nación y la sociedad de los países en que eso ha ocurrido.
Porque tal artículo constituye una contradictio in adjecto, para decirlo con palabras que utiliza Karl Marx en El Capital y que le gustarían a todos esos marxistas mamporreros, “analíticos”, escandalosos y alborotadores, que nunca se han leído El Capital, ni nada de la obra de Marx, tan abundantes en Cuba y en América Latina, fundamentalmente dentro del partido comunista cubano y la academia, o en los respectivos partidos o movimientos “de izquierda” latinoamericanos. 
Es decir, se trata de una contradicción entre un término y su atributo, un disparate en sí mismo, porque representa un sinsentido y una burla declarar en una ley fundamental, como es la constitución de un país, que la soberanía de una nación radica en su pueblo o en sus trabajadores, para inmediatamente dejar claro que el partido comunista está por encima de ese pueblo, de esos trabajadores, de esa nación, y de esa sociedad, al establecer, como en el caso cubano:
“Artículo 5.- El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”.
¿Cómo se podría ser, a la vez, martiano y marxista-leninista, cuando se trata de dos filosofías radicalmente opuestas y contradictorias?
¿Quién definió al Partido Comunista de Cuba como vanguardia organizada de la nación cubana, como no fuera ese propio partido, que se abroga ese derecho para autodefinirse de esa manera?
¿A partir de qué principios se define al Partido Comunista como la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, si no es a partir de las mismas definiciones que establece ese propio partido de espaldas a esa sociedad y ese Estado?
Que esa auto-concesión de supremacía del partido comunista se produjera a comienzos del siglo XX en la Rusia de los zares, en medio de una cultura eslavo-asiática basada en la autocracia y absolutamente ajena a los valores occidentales de libertad y democracia, y luego fuera transportada a la fuerza a los partidos “hermanos” del llamado socialismo real, es comprensible, por la hegemonía soviética en el “campo socialista”.
Sin embargo, que en pleno siglo XXI esto ocurra en una nación del continente americano, además de una aberración, es un hecho criminal, que niega las conquistas y avances del pensamiento occidental y, a la vez, se burla de todos los antecedentes históricos democráticos, soberanos y constitucionales de la nación cubana. 
Desde ese punto de vista, el Partido Comunista no solamente está jugando un papel de inmovilismo en el país, sino que realmente está actuando todos los días como un elemento absolutamente retrógrado y reaccionario, sin nada que ver con el concepto de “revolucionario” que en algún momento de la historia se le atribuyó -aunque haya sido erróneamente- a los partidos comunistas en el mundo.
Entonces, el verdadero punto de interés a discutir, no solamente entre la militancia, sino entre todos los cubanos, si realmente se desea buscar soluciones reales al drama nacional y a la colosal crisis que enfrenta la sociedad cubana en estos momentos, sería preguntarse si debe existir un partido comunista con prerrogativas por sobre toda la sociedad, el estado, la nación y todos sus habitantes -los que viven en el país y los que han debido o querido irse a vivir a otra parte, pero no dejan de ser parte de la Nación-, porque si esto no se define con mucha claridad y precisión entre todos los cubanos, y no solamente entre la camarilla en el poder y sus cómplices, no se llegará a ningún lugar, y todo continuará siendo más de lo mismo.
Y que no existan dudas de ningún tipo en un aspecto fundamental: un debate de esa naturaleza y de esa trascendencia no se puede realizar a gritos en una plaza pública, levantando los brazos para mostrar acuerdo o desacuerdo, puesto que, en el mundo moderno, civilizado, informatizado y globalizado, como en el que vivimos, se realiza mediante un referéndum popular libre, abierto, sin presiones, donde cada uno de los participantes-votantes puede expresar libremente y sin coacción su punto de vista al respecto, sin temor a represalias si sus criterios no coinciden con los de la mayoría, sin mítines de repudio ni “pueblo enardecido” con impunidad para golpear e insultar a cualquiera que piense de manera diferente.
Un país, una nación, depende del esfuerzo y la voluntad de toda su sociedad, no de una camarilla partidista, ni aunque esta fuera -que no es el caso- un cónclave de iluminados.
Lo demás, cualquier cosa que sea o pueda ser, ni es cierto ni tiene sentido. No es más que una estafa, porque ni es democracia ni verdadera participación popular, en nada.

No es más que totalitarismo tropical.

 Neocastrismo puro y duro, valga la redundancia.

Tomado de:
http://www.cubanalisis.com

Mas de mil cubanos usan protesis de pene.

Un 47 por ciento de los hombres con edades entre 40 y 70 años padecería disfunción eréctil.
Más de mil cubanos han recibido prótesis peneanas en los últimos años, dijo el doctor Ramiro Fragas Valdés, especialista en urología y sexualidad, y uno de los primeros que tuvo a su cargo este tipo de operaciones en la Isla, informó el sitio oficial en internet CubaSí.
Según Fragas Valdés, a las prótesis peneanas llega "un cinco, un diez por ciento, de todos los pacientes con disfunción eréctil severa".
"Es lo último que se hace, constituye un tratamiento de tercera línea. Primero es el control de enfermedades crónicas, el tratamiento con medicamentos y la terapia sexual", dijo el especialista.
Precisó que la mayoría de quienes son remitidos para recibir estas prótesis tiene causas orgánicas, condicionadas por factores de riesgo mal manejados como el hábito de fumar, alcoholismo, sedentarismo, obesidad, mal control de una diabetes, así como hipertensión, cardiopatía isquémica y otras enfermedades.
Las prótesis empleadas en Cuba son las llamadas maleables, y consisten en un material rígido, silicona, con un alambre de plata o de acero en su interior. Según Fraga, son más duraderas y económicas que las conocidas como prótesis hidráulicas.
Los extranjeros las reciben en la Clínica Cira García a un costo aproximado de 5.000 pesos convertibles cubanos.
Fragas dijo que prevalencia de la disfunción eréctil entre los cubanos superaría el 45 por ciento.
"Aunque no hay muchos estudios al respecto, nosotros hicimos uno en un área de salud del municipio Plaza (La Habana), y detectamos que aproximadamente el 47 por ciento de los hombres con edades entre 40 y 70 años tenían disfunción eréctil", señaló el especialista y opinó que la cifra a nivel nacional sería similar.
"Las estadísticas mundiales reflejan que la mitad de los hombres tiene ese padecimiento. También estudios hechos por la Sociedad Latinoamericana de Medicina Sexual Latinoamericana así lo evidencian. Cuba no es una excepción en ese sentido, lo que pasa que a consulta acude solo cerca de un diez por ciento. Muchos hombres callan el problema y no lo dicen por machismo", añadió.
El médico consideró que en el caso de los cubanos las causas de la disfunción son "los factores de riesgo: fuman, consumen alcohol de modo excesivo, no controlan sus enfermedades de riesgo", dijo.

lunes, 30 de enero de 2012

Nadie apuesta por el Chrysler del former senador Barack Hussein Obama

Según el aviso de la subasta, se trata de un Chrysler 300C, modelo 2005, que el presidente de Estados Unidos, entonces senador en la Asamblea legislativa de Illinois, arrendó el 13 de julio de 2004 cuando el vehículo tenía menos de cuatro kilómetros rodados. EFE/Archivo

 

Washington, 30 ene (EFE).- El automóvil Chrysler que usara el entonces senador Barack Obama ha estado en la subasta de internet eBay durante una semana, con un precio de partida de un millón de dólares (761.819 euros), pero hasta hoy no ha recibido ni una sola oferta.
El plazo de la subasta vence el jueves 2 de febrero, a las 04:51 GMT.
Según el aviso, se trata de un Chrysler 300C, modelo 2005, que el presidente de Estados Unidos, entonces senador en la Asamblea legislativa de Illinois, arrendó el 13 de julio de 2004 cuando el vehículo tenía menos de cuatro kilómetros rodados.
"Tenemos el título original que muestra que Obama usó realmente el vehículo", añade el aviso. "El auto anduvo unos 35.775 kilómetros mientras lo tuvo Obama".
Obama ganó posteriormente su elección al Senado de Estados Unidos en noviembre de 2004 y "quizá manejó el automóvil en Washington y en Chicago en 2005 y 2006". En febrero de 2007 inició su campaña para la Presidencia de Estados Unidos que le llevó a ganar en las elecciones de noviembre de 2008.
Según el aviso en eBay, Obama canjeó el Chrysler 300C por un Ford Escape híbrido en el verano de 2007.
Quienes han sacado a subasta el vehículo indican que "el precio de arranque de un millón de dólares no es broma" y recuerdan que algún millonario (no identificado) pagó 8 millones de dólares (seis millones de euros) por un convertible Mercedes Benz que había sido de Adolfo Hitler.
También que alguien pagó casi 2 millones de dólares unos 1,5 millones de euros) por un Peugeot viejo que había sido en 1977 del ahora presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad.
Si es que aparece algún comprador, todo lo que debe hacer es un depósito de 2.000 dólares (1.523 euros) dentro de las 24 horas antes del cierre de la subasta, y el resto del pago completo en los 10 días siguientes.
"El comprador será responsable de recoger y fletar el vehículo", añade el aviso.
Fuente:


sábado, 28 de enero de 2012

Elecciones 2012


Hace apenas unos minutos me llamaron para una encuesta de Opinión y Sondeo sobre las primarias republicanas que se llevaran a cabo el martes, 31 de enero, aquí en La Florida. Contesté todas las preguntas y dejé constancia de que mi voto se lo daré a Newt Gingrich.
Si esa misma encuesta me la hubieran hecho hace una semana, quizás hubiera respondido que mi favorito era Romney. ¿Soy por eso una cambia casaca? No lo creo. Solo que he estado revisando archivos y consultando otras fuentes de opiniones, por eso ya he llegado a la conclusión de que el candidato que se llevará mi voto es Newt Gingrich, experimentado y conservador hasta la médula.
Estamos en elecciones y no son unas elecciones cualesquiera. Este país está en crisis y hace falta que nuestro voto sirva para endorsar al que mejor se perfile como futuro presidente. Presidente que no será un mago, pero tendrá que resolver, entre otros, los serios problemas económicos que nos afectan a todos.
No me gusta publicar en ambos blogs, el mismo día, un mismo post. Hoy haré una excepción y mostraré aquí lo que ya temprano en la tarde publiqué   por allá  con el título:
Ya lo he decidido: Mi voto es para Newt Gingrich
Ya lo he decidido.
¿Por qué Gingrich y no Romney?
Romney incrementó, en más de 5 billones de dólares, los gastos del Estado de Massachusetts durante sus tres últimos años como gobernador de ese estado dejándole a su sucesor un déficit de más de un billón de dólares.(State of Massachusetts Website, ·"Historical Spending, http://budget.mass.gov,4/4/07. )
Romney se negó a endorsar o apoyar el Plan de Bush sobre los recortes de impuestos (The Bush Tax Cuts)("Analyst Puts Increase in Fees, Taxes at $700m"" The Boston Globe, 2/27/06 Mitt Changes Tax-Cut Tune"Boston Herald, 2/8/07)
Durante su mandato como gobernador aumentó la tasa de desempleo en Massachusetts por encima de la media de toda la nación.
Lo siento Romney. Yo había pensado seriamente darte mi voto. Pero las cifras hablan más que todos tus discursos. Este país necesita solucionar los serios problemas económicos que nos afectan a todos, y Tú desgraciadamente, aunque eres un buen capitalista, te gusta gastar tanto como a  Barack Hussein Obama y su gente. Como él, también hablas bonito y prometes mucho, pero en la concreta no resuelves.
Lo siento, Romney.Yo te perdono tu fe y tus costumbres mormonas, tus inclinaciones a apoyar para puestos claves a figuras izquierdistas, te perdono tus guiños demócratas y tus posturas moderadas populistas, pero no confio en ti. No creo que con esos antecedentes que tienes de gastón de los fondos públicos del Estado, cambies el rumbo que lleva el país gracias a Obama.
Me gusta que pienses en los más necesitados, pero no comparto tu tendencia a incrementar los gastos del erario publico, el fondo de los contribuyentes, en planes sociales que no contemplan la superación individual de los desempleados, con el objetivo de lograr  la reincorporación de estos a nuevos empleos con nuevas posibilidades de desarrollo individual. Tú sabes bien que las riquezas y el desarrollo económico de Estados Unidos,  dependen de su fuerza laboral para la producción de bienes materiales dentro del país, tanto para su consumo interno como para la exportación. La economía de mercado capitalista depende de la producción, venta y consumo de esos bienes materiales. Cuando  se rompe un eslabón, se rompe la cadena, se cae la economía.
Tampoco me gustan tus coqueteos para ganar el voto hispano cuando en realidad ni siquiera sabes cuáles son los verdaderos problemas que afectan a toda Latino América. Problemas que inciden en el marcado incremento de inmigrantes legales e ilegales que han entrado en este país en  las últimas décadas.
Lo siento Romney por tu ineficacia en asuntos de economía de estado y doméstica, lo siento por tu cara bonita y tu elegancia carismáticas para atraer a los tontos útiles. Yo, ya lo he decidido, mi voto es para Gingrich, viejo y feo, pero que me ha demostrado ampliamente, a través de su larga carrera política al servicio de este país y de la humanidad, que es muy eficaz en sus gestiones para salvaguardar y defender la historia, los valores, las tradiciones, las costumbres y el espiritu en el que se ha fundado y mantenido esta gran nación. Me convencen sus palabras, sus acciones y sobre todo su legado histórico dejado por los años que fungió como  líder del Congreso.

Esperanza E Serrano.

Para conocer las propuestas de Gingrich relacionadsa con la economía, la creación de fuentes de empleo y  recortes de impuestos, visite,
Newt for Jobs Gingrich's Plan for Restoring America's Economy
( si no sabe inglés puede usar el traductor de Google)

En el natalicio de un hombre sincero



Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,
y hacia todas partes voy:
arte soy entre las artes,
y en los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños
de las yerbas y las flores,
y de mortales engaños,
y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura
llover sobre mi cabeza,
los rayos de lumbre pura
de la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros
de las mujeres hermosas,
y salir de los escombros
volando las mariposas.

He visto vivir a un hombre
con el puñal al costado,
sin decir jamás el nombre
de aquella que lo ha matado.

Rápida, como en un reflejo,
dos veces vi el alma, dos:
cuando murió el pobre viejo,
cuando ella me dijo adiós.

Temble una vez- en la reja,
a la entrada de la viña-
cuando la bárbara abeja
picó en la frente a mi niña.

Gocé una vez, de tal suerte
que gocé  cual nunca:-cuando
la sentencia de mi muerte
leyó el alcaide llorando.

Oigo un suspiro, a través
de la tierra y la mar,
y no es un suspiro,-es
que mi hijo va a despertar.

Si dicen que del joyero
tome la joya mejor,
tomo a un amigo sincero
y pongo a un lado el amor.

Yo he visto al águila herida
volar al azul sereno,
y morir en su guarida
la víbora del veneno.

Yo sé bien que cuando el mundo
cede, lívido, al descanso,
sobre el silencio profundo
murmura el arroyo manso.

Yo he puesto la mano osada,
de horror y júbilo yerta,
sobre la estrella apagada
que cayó frente a mi puerta.

Oculto en mi pecho bravo
la pena que me lo hiere:
el hijo de un pueblo esclavo,
vive por él, calla y muere.

Todo es hermoso y constante,
todo es música y razón,
y todo como el diamante
antes que luz es carbón.

Yo sé que al necio se entierra
con gran lujo y con gran llanto,-
y que no hay fruta en la tierra
como la del camposanto.

Callo, y entiendo y me quito
la pompa del rimador:
cuelgo de un árbol marchito
mi muceta de doctor.
José Martí.