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domingo, 27 de septiembre de 2009

La educación en Cuba


Rectificaciones parciales
Aislada del mundo y con el lastre de la ideología a cuestas, la educación cubana vive sus peores días.
Por Oscar Espinosa Chepe, La Habana, sep 2009

El curso escolar 2009-2010 se ha iniciado justo cuando los inmensos errores cometidos durante decenios, en materia educacional, salen a la superficie, combinados con el reforzamiento de la crisis general que desde hace tiempo afecta la sociedad cubana.

Las consecuencias de la escuela en el campo, la ideologización de la enseñanza, la desproporción en la formación de universitarios, técnicos medios y obreros calificados, y la caída en barrena de la calidad de la docencia son tan evidentes, que el gobierno se ha visto compelido a tomar medidas para reparar, en parte, algunos de esos problemas, sin reconocerlos oficialmente.

En este curso escolar se han abierto preuniversitarios en las zonas urbanas, alegando que educar a un joven cuesta la tercera parte de lo que se gasta en "formarlos" becados en el campo —lo que era obligatorio. Así, se pondrá fin paulatinamente a un programa que durante decenios ha hecho mucho daño a los jóvenes, al alejarlos forzosamente de sus familias y lesionar la influencia de ésta en el desarrollo de los principios morales que se afianzan en esas edades.

El propósito de la llamada "nueva escuela", al separar a los adolecentes de sus familias e internarlos en el campo, era desarraigar de ellos los valores tradicionales, sustituyéndolos por el fundamentalismo y la idolatría a los lideres de la supuesta revolución.

Al mismo tiempo es evidente que, a pesar de la propaganda oficial y de la crédula aceptación de algunos organismos internacionales, en especial de Naciones Unidas, la calidad de la educación nacional actual es pésima. Se han perdido, en alto grado, las ricas tradiciones acumuladas por el esfuerzo de generaciones de educadores, así como los avances obtenidos, con mucho sacrificio, por profesores y maestros en los primeros años posteriores a 1959.

Exámenes de ortografía, realizados al finalizar el pasado curso a alumnos de los últimos años de carreras universitarias, demostraron que decenas de miles tendrán que realizar remediales para poder recibir el título, debido a la deficiente preparación desde la primaria. Especialistas en la materia afirman que si se hubieran hecho esos exámenes a los profesores universitarios, especialmente en las sedes municipales, los resultados habrían sido similares o peores.

Creando falsas ideas

El gobierno ha reconocido que no sólo existen problemas en ortografía, sino también en gramática, historia y matemática, por lo que ha implantado exámenes de esas materias para el ingreso en las universidades. Un desastre debido a la paulatina destrucción de las ricas tradiciones educacionales y al impacto, sobre el sistema de enseñanza, de la crisis general en que se debate la sociedad.

Desde hace años, miles de calificados profesores y maestros abandonaron las aulas para dedicarse a otras labores, a causa de los bajos salarios, las malas condiciones laborales, la burocracia con papeleos y reuniones, la carga política y la falta de reconocimiento social. Ellos fueron sustituidos por adolescentes formados en pocos meses, mediante los llamados "cursos emergentes". A esto se unieron políticas aventureras de preparación improvisada de "profesores integrales", que en las escuelas secundarias básicas tienen que impartir muchas materias, sin especialización alguna.
Paralelamente, con el fin de dar una idea falsa de la educación en la Isla, se crearon cientos de sedes universitarias municipales, sin condiciones algunas ni personal realmente calificado. Al mismo tiempo, faltaban atención y recursos para las escuelas formadoras de técnicos medios y obreros calificados, e incluso para las universidades centrales.

De esa forma se están graduando miles de profesionales universitarios, mientras escasean carpinteros, plomeros, electricistas y muchas otras especialidades, como ha expuesto el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista. Incluso en las graduaciones universitarias se ha credo una enorme desproporción entre los egresados en carreras humanísticas, con respecto a las técnicas y científicas. Lo peor es que muchos graduados en las sedes municipales no están lo suficientemente preparados y muy probablemente sufrirán, en la práctica, la frustración de creerse capacitados, y la vida demostrar lo contrario. Destino inmerecido del que no son culpables.

Ciertamente hay que reconocer que el gobierno ha tomado ciertas medidas para enfrentar esos problemas. La paulatina liquidación del proyecto de las escuelas en el campo, defendido con obstinación hasta hace poco, es un paso positivo.

Asimismo, la elevación de los salarios del personal de la educación, en especial de los docentes, representa algo racional, junto a la decisión de permitir la reincorporación de profesores jubilados, si lo desean, con el pago del sueldo completo. También que profesionales que laboran en otras ramas económicas, según sus posibilidades, puedan ejercer el magisterio.

La escolástica oficial

Sin embargo, las correcciones parciales no resolverán la grave crisis. Mucho más cuando altos dirigentes siguen hablando de la necesidad de mantener los altos niveles del trabajo ideológico, lo cual ha demostrado ser un obstáculo, teniendo en cuenta que la escolástica oficial interfiere con sus dogmas e irracionalidad en la adecuada formación de la juventud.

El nuevo ministro de Educación Superior, desafortunadamente, ha reiterado el vetusto concepto de que "…en la universidad el profesor o el estudiante que no es revolucionario, no cabe en sus aulas", lo cual representa un llamado a bloquear el futuro de muchos estudiantes talentosos, o inducir a otros a fingir y practicar la doble moral, con la deformación ética y moral que supone.
En el mundo actual, las aulas y los profesores siguen teniendo un papel importante en la instrucción de la juventud. Sin embargo, con la irrupción de las tecnologías de la información a nivel planetario, la formación individual tiene cada día mayores posibilidades de desarrollo.

Internet permite el estudio universitario, así como el acceso a un volumen extraordinario de información y a las mejores bibliotecas, museos y centros culturales del mundo. El flujo de los conocimientos, cada vez con mayor vigor, traspasa los obstáculos de las fronteras.

Por ello, gobiernos nacionales y locales, en diversos países, han decidido obsequiar computadoras a los estudiantes, conscientes de que representan la mejor inversión para promover el desarrollo de las nuevas generaciones, su adaptación a una nueva forma de estructura del pensamiento, mucho más compleja y rica; así como el acceso a volúmenes increíbles de conocimientos.
Esto crea un nuevo panorama mundial en cuanto a la formación de los jóvenes, con enormes retos, por cuanto el progreso científico y tecnológico se acelerará a ritmos increíblemente altos, lo cual tendrá efectos notables en la economía y el comercio, con el desarrollo de la competencia entre las naciones.

En este nuevo escenario, Cuba está aislada debido a la prohibición del gobierno al acceso de internet para los ciudadanos. Nuestra juventud y la población en general están desprovistas de instrumentos fundamentales para el desarrollo. De esta manera se ha condenado el país al atraso y a la dependencia de otras naciones.

Frente a esas realidades, resulta indispensable el cambio de actitud de las autoridades, a lo cual ayudaría que los organismos internacionales encargados de evaluar la educación cubana, y otros aspectos de la sociedad, lo hagan con mayor objetividad.

© cubaencuentro.com
http://www.cubaencuentro.com/

1 comentario:

  1. En el siglo XXI todo aquel profesionista, estudiante o ciudadano comun que no tenga acceso a los beneficios que brinda la internet, sera considerado un analfabeto cibernetico. Asi que de nada servira hoy en dia que en Cuba se tenga una profesion o posgrados, si se estan rezagando a pasos agigantados respecto al resto del mundo. Cuando estos profesionistas salgan por X motivo de Cuba, se daran cuenta del tremendo atraso en que viven.

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